Las autoridades de Corea del Sur evacuaron hoy a más de 100 residentes de aldeas fronterizas en la provincia norteña de Yeoncheon tras el intercambio de cohetes y fuego de artillería que se registró entre su ejército y el de Corea del Norte, sin que se produjera ninguna víctima.

El ministerio de Defensa de Seúl indicó que el breve rifirrafe se produjo después de que sus defensas detectaran el disparo de un cohete contra una de sus posiciones militares en la línea divisora entre ambos territorios. Los uniformados sureños respondieron con "docenas" de obuses de artillería.

"Nuestros militares han incrementado la vigilancia y están observando muy de cerca los movimientos del ejército de Corea del Norte", aseguró el ministerio citado en un comunicado.

Dos países que continúan en guerra

El encontronazo es uno de los más graves que se produce entre las dos naciones -que técnicamente continúan en guerra- desde el serio altercado del 2010, cuando la artillería de Pyonyang mató a cuatro surcoreanos, dos de ellos militares, en una isla situada en la linde marítima entre ambos.

En octubre del año pasado, los dos países cruzaron disparos de ametralladoras en la misma zona después de que un grupo de activistas surcoreanos hiciera volar hacia el territorio vecino globos con propaganda.

El intercambio de fuego disparó la tensión en la línea de demarcación y llevó a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye a mantener una reunión de urgencia con el llamado Consejo de Seguridad Nacional y a decretar la alerta máxima de su ejército.

Nueva escalada de la tensión en las últimas semanas

Las dos Coreas mantienen un intercambio de descalificaciones y amenazas cada vez más altisonantes desde el incidente del pasado día 4 en el que dos soldados surcoreanos resultaron heridos al explotar una mina en la frontera. Seúl acusó a Pyonyang de haber colocado el artefacto a propósito, algo que negaron estos últimos.

A raíz de este episodio Corea del Sur decidió reactivar la guerra propagandística a través de altavoces colocados en la linde que se había suspendido en el 2004, una acción a la que su vecino respondió con nuevas amenazas.

Según el mismo ministerio de Defensa de Seúl, Pyongyang ha enviado una misiva a las cinco de la tarde (hora local) en la que exige que se interrumpan de nuevo las emisiones en un plazo de 48 horas o "iniciará acciones militares". Corea del Norte ya había advertido que respondería por la fuerza si el país vecino no cesaba esa práctica.

La nación asiática había lanzado asimismo toda una andanada verbal ante el inicio de las maniobras anuales conjuntas de Corea del Sur y EEUU, que comenzaron este lunes y suponen el despliegue de decenas de miles de soldados.

Sin embargo, como indicó a la agencia Yonhap el profesor Yang Moo-Jin, de la Universidad de Estudios sobre Corea del Norte, la respuesta habitual de los militares norcoreanos era "probar misiles de corto alcance". "Es muy inusual que disparen su artillería", añadió.