Antes y después de ser elegido presidente, Hollande prometió en repetidas ocasiones que Francia negociaría «otra política». Durante tres largos años, el Gobierno socialista francés ha lanzado sucesivas iniciativas y propuestas, siempre rechazadas por una gran mayoría de miembros de la zona euro, que nunca ha logrado llevar a buen término y han generado frustración una amplia mayoría de sus votantes.

«El paro comenzará a estabilizarse y bajar a finales del 2013»

La promesa estrella del candidato y presidente Hollande ha sido un fracaso absoluto, hipotecando su futuro político.

Durante los tres años de la presidencia Hollande, el paro ha crecido a un ritmo superior a los 200.000 parados anuales. La herencia provisional de 630.000 nuevos parados, en tres años, es un fantasma amenazante y ha dividido profundamente a toda la izquierda. Hollande y su guardia pretoriana insisten en una política que promete respetar los compromisos de Estado del Pacto fiscal europeo. La izquierda del PS, los ecologistas, el PCF y el Frente de izquierdas reclaman «otra política». Arnaud Montebourg, ex ministro de economía, ha invitado a Yahis Varufakis, ex ministro griego de economía, a un «festival» político, el próximo fin de semana, para apoyar «otra política».

«Nuestra política favorecerá el crecimiento económico»

En tres años, Hollande ha cambiado en tres ocasiones de política económica. Comenzó intentando «relanzar» el crecimiento con algunos gestos políticos y presupuestarios (subida salario mínimo, etcétera). Siguió un primer paquete de recortes, que el Tribunal de Cuentas (presidido por un socialista) consideró «insuficientes». Lanzó un nuevo proyecto, el Plan de responsabilidad, solidaridad y crecimiento… Tras la sucesión de «experiencias», el resultado ha sido nulo. Francia apenas tendrá este año un crecimiento del 1% o el 1,25% y se encuentra en el pelotón de los países europeos con menos crecimiento. Solo Austria, Italia y Croacia lo hacen peor.

Se trata de un lastre muy duro para la economía y la prosperidad nacional. El poder adquisitivo de las familias se ha estancado. El paro ha continuado creciendo.

«Una gran reforma fiscal nos ayudará a equilibrar nuestras cuentas, reducir el déficit y cumplir nuestros compromisos europeos»

La «gran reforma fiscal» ha sido aplazada «sine die». La promesa de reducir el déficit público al 3% del PIB, el 2013, continúa alejándose. El Gobierno estima que 2015 terminará con un déficit del 3,8%, esperando alcanzar el 3,5% el 2016.

El incumplimiento de tales promesas ha minado la credibilidad de Francia en la zona euro. Víctima de sus promesas incumplidas, Hollande no tiene aliados de peso. Y la sucesión de nuevos proyectos de nuevas «reformas» (nacionales y europeas) sufren de su falta de credibilidad.

«Crearé 150.000 empleos con futuro para los jóvenes menos favorecidos»

El candidato Hollande prometió en incontables ocasiones que «favorecería» la «creación» de empleos subvencionados, en barrios «difíciles”, de preferencia. Las subvenciones han sido insuficientes. Los «empleos con futuro» están muy lejos de ser la panacea prometida. Los 780 guetos suburbanos siguen siendo una tierra baldía donde proliferan los conflictos étnicos, culturales, religiosos y sociales, que la matanza perpetrada a primeros de año, en la redacción parisina del semanario satírico «Charlie Hebdo», iluminó de trágica manera.