El viceministro Alexiadis se declara incapaz de acabar con el impago de impuestos que cada año provoca un agujero de 20.000 millones al Fisco griego.
El
Ministerio de Finanzas griego, que hace solo unos meses consideraba
a Wolfgang Schäuble el enemigo público número uno, acude ahora a él
en busca de ayuda. El encargado de transmitir la señal de socorro ha sido
el viceministro Trifon Alexiadis, líder sindical hasta entrar en el Gobierno y
que ahora es el encargado de la recaudación de impuestos. «Necesitamos el apoyo
fundamental del señor Schäuble», ha suplicado en declaraciones a Bild Zeitung,
borrando de un plumazo la era Varufakis y justificando que «a pesar de que
venimos de diferentes campos políticos, tenemos un objetivo común: la lucha
contra la evasión fiscal y la corrupción».
Alexiadis
se declara impotente en la lucha por hacer más efectiva la recaudación en
Grecia y reconoce que su última esperanza es que el ministro de Finanzas alemán
acuda en su ayuda. «Sí, tenemos un problema… tenemos un déficit de 3.000
millones de euros en impuestos impagados en este año», calcula. «Cada año
sufrimos una tensión total para recaudar la cantidad de entre 47.000 y 50.000
millones de euros. Si sumamos la evasión y el contrabando, cada año perdemos
entre 15.000 y 20.000 millones, entre el 30 y el 40% de los ingresos
fiscales totales», mide el agujero negro.
Según
las cifras de Alexiadis, «en septiembre de 2009 los pasivos por impuestos al
Estado eran de 31.000 millones de euros y en septiembre de 2015 esa cifra
asciende a 80.000 millones de euros». Un informe de la OCDE ha cifrado
recientemente en el 89,5% las deudas fiscales históricas a fecha de 2010, lo que
da una idea del problema. En Alemania, la cifra correspondiente es de apenas el
2,3%.
Alexiadis
había afirmado ya ante el Parlamento griego que «tenemos que tomar el
camino alemán». «Me refería a la forma en la que se llevan a cabo en Alemania
las redadas y registros contra grandes evasores con cientos de policías y
agentes dela fiscalía…», explica. Y como la reacción de Alemania ante tal gesto
ha sido nula, ahora llama a las puertas de Berlín insistiendo en su petición:
«la forma en que actúa el ministro Schäuble contra la evasión es un ideal para
nosotros. Soñamos con ello. Nos gustaría aprender de él».
De la
asistencia alemana depende, en definitiva, el futuro del paquete de reformas
votado anoche por el parlamento de Atenas, el primero de la nueva legislatura,
de cuya aprobación depende el desembolso de un tramo del tercer rescate por
valor de 2.000 millones de euros. Entre las medidas que contiene figura un
aumento de los intereses, del 3% al 5%, para aquellos que se acogieron a
la posibilidad de devolver a plazos sus deudas al Estado y legalizar su
situación. También introduce penas de cárcel de un mínimo de 2 años para
cantidades no declaradas del IVA que superen los 50.000 euros, y de más de
100.000 euros en el caso del impuesto sobre la renta. Si la evasión fiscal
supera los 150.000 euros se procede al embargo del 50% de los depósitos
bancarios.
«Necesitamos
ideas»
El
problema es que la experiencia del Ministerio de Finanzas griego demuestra que
de nada sirven las penas si antes no se localiza al evasor. «Necesitamos ideas
y necesitamos las herramientas con las que cuentan los funcionarios fiscales
alemanes. No solamente necesitamos ayuda, sino también cooperación»,
invoca el alto funcionario griego, que no deja lugar a dudas sobre la petición
oficial de auxilio: «el gobierno griego pide al gobierno alemán, sobre todo al
señor Schäuble, cualquier tipo de asistencia técnica que pueda proporcionarnos,
ya sea con expertos o con herramientas de software».
La
inoperancia del Estado griego ha quedado en el pasado tristemente demostrada.
Son numerosos los países que han hecho llegar a sus oficinas listas de
presuntos evasores griegos sin que haya sido posible tomar medidas. «Esas
listas son una vergüenza», se fustiga Alexiadis, tras reconocer que
concretamente la lista enviada por Crhistine Lagarde, desde el FMI, con 2062
nombres con sus respectivos apellidos, ha tenido hasta ahora este escuálido
balance: «tenemos la lista desde 2012 y ese año no fue inspeccionado ni
uno solo de esos nombres; en 2013 fueron investigados 3 y en 2014 95. En 2015
vamos por 38 nombres».
Ya a
principios de 2012, 160 recaudadores de impuestos de Alemania se ofrecieron
como voluntarios para posibles actividades en Grecia a fin de ayudar al
atribulado país del Mediterráneo a cobrar los tributos de manera más
efectiva. Después el ministro Schäuble reiteraría varias veces esa oferta,
que fue despreciada por Atenas en medio de enormes tensiones debidas a las
negociaciones del rescate. El trato que Schäuble ha recibido por parte de
Grecia justificaría, además, ciertas reticencias del ministro alemán a prestar
ahora su ayuda. «Eso fue en el pasado, yo no miro hacia atrás», dice Alexiadis,
confiando en que Schäuble pueda hacer lo mismo.