El presidente de EE.UU. da el visto bueno a un cambio del modelo del avión presidencial, que con el Boeing 747-8 seguirá siendo la fortaleza aérea más poderosa del planeta.
En
Estados Unidos hay símbolos indiscutibles. Uno es la bandera, exhibida con
orgullo, en cantidad y dimensión, a lo largo y ancho de todo el país. El otro
es el Air Force One, el avión presidencial, concebido y dotado de los
medios adecuados para que el también comandante en jefe de la primera potencia
mundial pueda dirigir el país al tiempo que es protegido bajo cualquier
circunstancia. Pero es más que eso: el imponente avión blanco y azul, con el
«Estados Unidos de América» estampado en su largura, ha logrado también
instalarse en el imaginario norteamericano como uno de los grandes emblemas
nacionales gracias a la desarrollada imaginación de Hollywood. Hoy, 25 años
después de su estreno, los actuales dos aparatos Boeing 747-200B que la
Fuerza Aérea norteamericana tiene designados como aviones presidenciales bajo
la denominación VC-25As, piden el relevo. Y la Administración
de Barack Obama se lo va a conceder.
El
presidente estadounidense, que al igual que sus predecesores suele presumir de
la comodidad y la seguridad de que disfruta cuando vuela en el todopoderoso
avión, pese a ser consciente de que él no podrá disfrutar del nuevo
modelo, ha dado el visto bueno a un proceso que tiene poco de simple y
menos de barato. El Pentágono va a iniciar antes de fin de año el procedimiento
para que un Boeing 747-8, más grande, capaz de volar más alto y con la
tecnología más avanzada, se convierta en el modelo del Air Force One. Para
ello, el departamento de Defensa ha solicitado ya una partida de 102 millones
de dólares para el próximo ejercicio fiscal, y de 3.000 millones para los cinco
siguientes.Todo con tal de que en el año 2023 el nuevo modelo esté listo para
acomodar a un nuevo presidente… O presidenta.
La
complejidad del proceso de construcción y adquisición y el tiempo que requiere
casi ha convertido en tradición que sea un presidente de Estados Unidos el que
formalice la petición al Pentágono para que lo disfrute el siguiente. Así fue
también en el cambio del modelo anterior, encargado por Ronald
Reagan para que lo terminara disfrutando su sucesor, el también
republicano George H. Bush.
Para
satisfacer las siempre ambiciosas demandas de la Administración norteamericana
cuando se trata del Air Force One, con el que Obama ha sumado millón y medio de
kilómetros durante sus casi siete años de mandato, la compañía constructora
Boeing va a fabricar un aparato de 76 metros de largo y alrededor de 12.500
kilómetros y más de 30.000 kilogramos de propulsión de motor. Además de
ser capaz de repostar en pleno vuelo, el nuevo 747-8 estará robustecido por el
impulso electromagnético de una explosión nuclear y equipado con múltiples
defensas, como el más avanzado equipo de misiles. A ello hay que sumar el
último grito en tecnología digital, un avance mayor que el que en 1990 supuso
la novedosa instalación de un fax en el avión. Toda una fortaleza aérea para
seguir cumpliendo con el objetivo de preservar la seguridad del presidente de la
nación.
**Más:
http://www.abc.es/estilo/gente/20151021/abci-barack-obama-avion-201510202135.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Boeing_747-8