El grupo yihadista manipula una imagen que denuncia el efecto de la guerra en niños.
“Sometidos
al bombardeo de los cruzados. El símbolo del ISIS y el Estado
Islámico están protegidos y nunca caerán aunque la guerra lo destruya
todo”. Un creativo publicitario no lo hubiera dicho mejor. Aunque se habría
cuidado mucho de no robarle la imagen a otro autor. Pero si el terrorismo no
conoce límites, es natural que tampoco su propia propaganda los tenga. Por eso,
una mañana reciente el fotógrafo estadounidense Brian McCarty, que lleva años
trabajando en un proyecto llamado War Toys (Juguetes de Guerra), descubrió con
espanto que una de sus fotografías había sido pirateada por el ISIS y
transformada en un cartel publicitario que corría libremente entre los círculos
más extremistas de Internet. Las palabras que abren este artículo se habían
sobreimpreso entre los misiles que en la foto original caían sobre una
Cenicienta azul. Pero en la imagen modificada llovían sobre una bandera negra
de ISIS y un Corán escudados bajo una burbuja transparente.
“Fue
como recibir una patada en el estómago. No me gusta que me roben mi trabajo con
fines comerciales, aunque te llegas a acostumbrar. Pero que lo haga el ISIS es
completamente diferente. Se apropiaron del miedo real de una niña hacia la
guerra y lo transformaron en algo que promueve sus creencias extremistas”.
McCarty lo explica desconcertado en declaraciones a este diario desde Los
Ángeles, donde reside y trabaja como fotógrafo comercial de juguetes.
“Nunca
dejaron de gustarme y he tenido la suerte de convertir esa pasión en mi
trabajo. Recibo encargos de empresas como Disney y con los ingresos financio
proyectos personales como War Toys”, explica. Con ellos explora la guerra desde
la perspectiva de los niños que la sufren. McCarty los convierte en los
directores de arte de sus fotografías, invitándoles a dibujar sus guerras.
Después busca juguetes en su contexto cercano y los utiliza para dar vida a
esos dibujos infantiles donde los pequeños han expresado sus traumas.
La
imagen original pirateada por el ISIS fue tomada en Gaza en 2012. “Una niña de
una escuela de refugiados hizo un dibujo en el que había soldados, helicópteros
y un cielo lleno de misiles que apuntaban hacia otra pequeña que lloraba.
Cuando le preguntamos por el significado del dibujo se centró en la niña y en
los misiles, así que busqué en Gaza una muñeca y encontré a una Cenicienta para
representarla y misiles de juguete. Tomamos la foto mientras sobre el horizonte
caían misiles de verdad y el suelo temblaba con las explosiones”, comenta el
fotógrafo.
Brtian
McCarty no se enteró por casualidad del robo perpetrado por los terroristas. A
menudo utiliza Pixsy, una página web que permite a los fotógrafos averiguar si
sus imágenes han sido robadas y reclamar sus derechos de autor. “Vi la
fotografía y se la envié a varios amigos árabes que confirmaron con la
traducción de lo que decía el cartel su verdadera naturaleza, así que colgué la
imagen original junto a la pirateada en las redes sociales con la frase: ‘Isis
me ha robado una foto. ¿Qué tal va tu día?’. No podía decir más. Me había quedado
sin palabras”.
Después
discutió con los responsables de Pixsy qué hacer. ¿Defender por la vía legal
sus derechos de autor? Su conclusión fue rápida: McCarty jamás aceptaría dinero
de un grupo terrorista y, además, el ISIS no tomaría en serio su reivindicación.
“Jamás me planteé hablar con ellos. No es una organización interesada en
discusiones sobre propiedad intelectual o perspectivas de los niños afectados
por las guerras”, dice. Sí es, en cambio, un grupo consciente del poder de la
imagen y es probable que la de McCarty no sea ni la primera ni la última que
roben para popularizar su destructiva ideología.