La mayor manifestación tuvo lugar en la capital, donde una gran multitud se reunió frente al Tribunal Constitucional. Luego los manifestantes marcharon a través de la ciudad hasta el palacio del presidente, quien ha jugado un papel clave en la crisis.

Los manifestantes al frente de la marcha llevaban una pancarta con la leyenda "recuperemos el orden constitucional". El ayuntamiento calculó que participaron unas 50 mil personas.

También se realizaron protestas en Poznan y Wroclaw, que se organizaron para mostrar apoyo a la asediada corte y exhortar al partido conservador en el poder, Ley y Justicia, para que deshaga los cambios que han minado la capacidad del tribunal para actuar como control del poder del gobierno.

Según los detractores, las medidas han neutralizado a la corte y han minado la democracia polaca, conquistada gracias a años de sacrificio encabezados por Lech Walesa y su movimiento Solidaridad en la década de 1980. Las protestas en las calles han sido frecuentes en los últimos tres meses.

También el sábado, el gobierno —que sigue siendo popular entre su electorado conservador— dijo que seguirá negándose a publicar una sentencia del Tribunal Constitucional que anuló las modificaciones legislativas aprobadas en diciembre que han bloqueado la Corte y han sumido a la nación en una crisis.

Al negarse a publicar la sentencia, el gobierno ha evitado que se convierta en vinculante. El anuncio hecho por el portavoz del gobierno, Rafal Bochenek, indica que no hay resolución a la vista todavía.