Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
En Profundidad  
 
08/04/2016 | España - Batasunización

Pilar Rahola

Uno de los milagros del proceso fue la inversión que se produjo en la relación entre la causa vasca y la catalana. A pesar de que a menudo hemos ido a rebufo, y que siempre hubo más admiración desde el lado catalán (descontando, por supuesto, el tema de la violencia), el proceso soberanista invirtió los términos y fueron muchos los que alabaron la inteligencia estratégica que Catalunya mostraba al mundo.

 

Era la revuelta de las sonrisas, cuya capacidad de seducir inter-na-cionalmente iba pareja con la virtualidad de sumar gentes de todas las condi-ciones.

Desde democristianos hasta antisistema, desde un Otegi hasta líderes de la derecha europea, pasando por todas las centralidades. Catalunya dio una muestra de civilidad, capacidad de organizar manifestaciones de multitudes sin tirar un papel al suelo y, sobre todo, demostró que se podía iniciar un proceso de ruptura caminando en el límite de la ley, sin otro estropicio que el estropicio final. Hacerlo bien, como lo habíamos hecho durante las últimas Diades, orgullo desacomplejado de la capacidad de nuestro país de reaccionar con categoría.

Sin embargo, ¿estamos en el mismo camino? Porque la proyección del proceso en los últimos tiempos ofrece una foto invertida, como si nos corrigiéramos a nosotros mismos. Y remato la pregunta: ¿estamos pasando de la revuelta de las sonrisas a la batasu-nización del proceso? O, aún más claro: ¿la estrategia del resistencialismo estético de la CUP está impregnando a Junts pel Sí, a la ANC y al conjunto del movimiento? Y lo cuestiono con una salvedad: entiendo que la CUP haga su estrategia, porque su naturaleza po-lítica está ciertamente más cercana a la kale borroka. Pero una cosa es que la CUP busque la heroicidad de pancarta, y otra que nos olvidemos de que esa estrategia de confrontación frontal –y harto infantil– sacó los votos más minoritarios de toda la Cámara. En este punto entiendo a quienes me recuerdan que, a pesar de ser el menos votado, posee el voto clave para la estabilidad política, pero ello comporta otra pregunta: ¿significa que la necesidad del voto cupero ha traspasado la nece-sidad parlamentaria y se ha convertido en una estrategia global? Dicho en plata, ¿está la CUP abduciendo a Junts pel Sí?

Y aunque acepto la impertinencia de la pregunta, me parece obligada cuando vemos mociones innecesarias para sacar pecho, debates surrealistas sobre insumisión de los Mossos y un Fuenteovejuna a la catalana, con una alcaldesa que cree que la heroicidad pasa por una senyera en un balcón. Es decir, estamos deshaciendo el camino bien trazado que teníamos para ir a trotar por la montaña. Craso error, si fuera el caso, porque no olvidemos que lo que consiguió el milagro de una abrumadora mayoría parlamentaria a favor de la independencia no fue la estética basatuna, sino la civilidad noucentista. Volvemos a los años treinta, y cometemos los mismos errores.

La Vanguardia (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
05/05/2017|
30/07/2016|
22/10/2015|
05/10/2015|
21/09/2015|
23/07/2014|
09/06/2013|
27/03/2013|
26/02/2013|
18/09/2011|
15/09/2011|
11/09/2011|
26/11/2010|
12/09/2010|
21/07/2010|
16/04/2010|
31/03/2010|
10/11/2009|
10/11/2009|
21/09/2009|
25/03/2009|
17/03/2009|
17/03/2009|
22/03/2008|
20/07/2006|
21/03/2006|
08/03/2006|
30/01/2006|
06/04/2005|
06/04/2005|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House