"Significa que el Estado reconozca las particularidades de Puno. Somos una nación que debe tener autonomía. Hasta el momento, el 90% de la administración pública está en manos del Gobierno central, y lo que deseamos es manejar nuestra región. Estamos capacitados para hacerlo y tenemos un propósito muy concreto: lograr una zona franca, desarrollar la educación bilingüe y conseguir una descentralización financiera", declaró Jiménez.

Puno, la región donde creció y se desarrolló el Imperio Aymara y Tiahuanaco, posee grandes riquezas turísticas, agrícolas, y mineras. Sus habitantes aprendieron a cultivar la tierra de los ´ayllus´ y a desarrollar la industria ganadera. Los españoles, como lo narra el periodista y escritor Álvaro Vargas Llosa, se quedaron extasiados ante las minas de oro que encontraron. Además, la cercanía de la región a las frontera de Bolivia y Chile, le permite ser un cónclave importante del comercio de la zona.

Sin embargo, la propuesta no fue bien recibida por las organizaciones civiles puneñas, las cuales acusan a Jiménez Sardón de desviar, con una propuesta demasiado altruista, las denuncias de irregularidades financieras y malos manejos que se dan en su gestión. Las organizaciones que rechazan esta iniciativa son el Frente de Defensa de los Intereses de Puno, el Comité Cívico, la Confederación Campesina de la Zona Norte, la Central de Barrios y la Asociación de Comerciantes. En total, agrupan a más de 10 mil pobladores del altiplano.

Pero no se trata de que los pobladores de Puno se opongan a la idea de ser una región autónoma, lo que desean muchos de ellos es una consulta popular para plantear un proyecto conjunto que beneficie a todos los sectores.

El congresista de Puno, Johny Pacheco, plantea una autonomía administrativa y política que permita realizar convenios con empresas y gobiernos extranjeros, pero siempre vinculados al país y la historia del Perú. "No podemos imitar a los bolivianos en conseguir independencia total. Hay que descubrir a los puneños invisibles que trabajan incansablemente " dijo.

Finalmente, David Jiménez enfatizó su propuesta: "Somos distintos, pero vemos con atención lo ocurrido en Santa Cruz. Estamos muy lejanos a un concepto separatista o independentista, pues es muy distante a nuestra propuesta. Queremos que se reconozcan las autonomías administrativas que plantea la ley y encontraremos el camino para lograr que la Constitución reconozca nuestra autonomía".

Aunque la recolección de firmas ha empezado en diversos pueblos de Puno, quizás lo más recomendable para el presidente de la región, David Jiménez, y su Movimiento por la Autonomía Regional Quechua Aymara, sea plantear oficialmente, en el más breve plazo, la propuesta a los diversos gremios de productores y organizaciones sociales de la región altiplánica.

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