Hace cuatro años el economista y reconocido historiador Adolfo Meisel Roca publicó una investigación sobre el reparto del poder ministerial en Colombia, en relación con la costa Caribe colombiana: "¿Quién manda aquí? Poder regional y participación de la Costa Caribe en los gabinetes ministeriales 1900-2000" es su libro, una investigación que a grandes rasgos examinó con filigrana la composición regional de los diferentes gabinetes ministeriales durante el siglo XX. La finalidad de su trabajo fue dar a conocer la influencia regional, tanto en el número de ministros como en el tipo de ministerios.
Demuestra que consuetudinariamente el poder se ha concentrado en la región andina: Bogotá, Antioquia, Valle y los departamentos del Eje Cafetero, con la mayoría de los nombramientos en las diferentes carteras ministeriales. Un trabajo que pone en contexto la inequidad en la concentración en el reparto del poder ministerial en Colombia, entre la región andina (el centro del país) y las otras regiones de la periferia. De hecho, refleja en cierto modo los desequilibrios que existen en el desarrollo nacional, entre el centro y la periferia de la nación.
El trabajo de Meisel evidencia que de los 702 colombianos que fueron ministros en el siglo XX, 130 fueron de Bogotá, 118 de Antioquia y 61 del Valle del Cauca, mientras que en el caso de la costa Caribe, el Atlántico tuvo 28, Bolívar 24, Magdalena 11, Cesar 9, Córdoba 9, Sucre 6, Guajira 3 y San Andrés ninguno.
Igualmente examinó que en las primeras décadas del siglo XX el ministerio de Hacienda estuvo en poder de personajes oriundos del departamento de Antioquia. Entre tanto, Educación y Gobierno fueron ministerios ocupados por ciudadanos nacidos en el departamento del Valle. Plasma que en el censo de 1993, la Costa Caribe tenía el 20,7% en la población del país. Sin embargo, en el reparto del poder solamente 90 costeños fueron designados ministros en el siglo XX.Es decir, el 12,8% de los nombrados.
También coloca en contexto los desequilibrios que hay en la propia costa, en cuanto a la concentración de ese poder. Además, señaló que de los ministros que tuvo la costa del Caribe en el siglo XX, la mayoría fueron de los departamentos del Atlántico, Bolívar y Magdalena, en cambio, departamentos como La Guajira tuvo poca representación en los gobiernos nacionales: en los tres siglos, sólo ha tenido seis ministros. Es decir, 1 cada 50 años.
Hace un año el diario La República actualizó la cifra donde se indicó que en los últimos 115 años, 786 colombianos han tenido el privilegio de ser ministro, donde igualmente se observa que el llamado triángulo del poder de las élites de Bogotá, Antioquia y Valle continúan concentrando la riqueza y el poder en el reparto ministerial, seguidos por los departamentos de Santander, Boyacá, Caldas, Cauca, Atlántico, Bolívar, Norte de Santander, Magdalena, Nariño, César, Córdoba, Sucre, Quindío, Risaralda, Chocó, Guajira y Meta.
Los nuevos departamentos: Arauca, Casanare, Guainía, Guaviare, Putumayo, San Andrés y Providencia, Vaupés y Vichada, ninguno ha tenido un ministro del despacho.Es una clara inequidad y discriminación en la política colombiana que ocho departamentos que concentren más de la tercera parte de la extensión territorial, jamás hayan tenido un personaje oriundo de sus entrañas en los gabinetes ministeriales.
En el caso del departamento del Chocó, en toda la historia ha tenido siete ministros. Con el nombramiento de Luis Gilberto Murillo Urrutia, en el ministerio del Medio Ambiente, vuelve a tener un ministro después de 63 años a través del llamado gabinete para la paz y el pos conflicto. El último chocoano en haber ocupado una cartera ministerial había sido Manuel Mosquera Garcés, quien ocupó la cartera de Educación en 1953, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.
En conclusión: el desequilibrio en el control y en el reparto del poder en Colombia se refleja en las desigualdades regionales del desarrollo colombiano; en la concentración de la riqueza; en el abandono y la exclusión que existe en las regiones de la periferia del país.
