Filipinas celebra mañana lunes unas elecciones presidenciales donde los sondeos vaticinan una holgada victoria para Rodrigo Duterte, un hombre de 71 años al que muchos se refieren como el Donald Trump de este archipiélago asiático. Su triunfo confirmaría el hartazgo de una población cansada de ver cómo unas pocas dinastías políticas y empresariales se reparten el poder desde hace décadas, optando por un candidato que ha prometido arreglar la nación "cueste lo que cueste".

¿Qué se vota este lunes?

Los casi 55 millones de votantes registrados elegirán mañana a su nuevo presidente para los próximos seis años. De acuerdo con su sistema electoral, el ganador será aquel que obtenga un mayor número de votos en la primera ronda, sin necesidad de alcanzar el 50%. En 2010, el actual presidente Benigno Aquino III se proclamó vencendor con el 42% de las papeletas emitidas.

Además de la presidencia, mañana hay otros 18.000 cargos en juego. Entre ellos, la vicepresidencia, 12 senadores, 291 legisladores y 80 gobernadores provinciales, aparte de alcaldes y otros oficiales locales.

¿Quienes son el favorito y sus rivales?

Pese a que fue el último en postularse al cargo, varios sondeos publicados en los últimos días avanzan un cómodo triunfo para el veterano Rodrigo Duterte, que obtendría el 33% de los votos.

La irrupción de Duterte, alcalde durante 22 años de Davao (la tercera ciudad del país), ha tenido un tremendo impacto en la vida política de Filipinas, y es la primera vez que un líder de la conflictiva región sueraña de Mindanao tiene posibilidades de alcanzar la presidencia. Sus excentricidades, continuas bravuconadas y salidas de tono -que incluyen bromas sobre la violación y muerte de una misionera australiana en un motín carcelario, alardear de sus numerosas amantes o llamar "hijo de puta" al Papa- no parecen haberle restado puntos entre la población de mayoría católica, y su candidatura ha ido ganando peso conforme pasaban las semanas.
Diez puntos por detrás de Duterte se encuentra la senadora Grace Poe, a la que respalda el ex presidente Joseph Estrada, y Manuel Roxas II, amigo personal de Aquino, que apostó por él como su sucesor para estos comicios. Otros dos nombres completan el quinteto de candidatos presidenciales. Este fin de semana, Aquino sugirió una alianza de varios candidatos cuya suma de votos evite la derrota frente a Duterte, a quien calificó de ser "un dictador en ciernes". Para ello, pidió que Poe o Roxas se retire de la carrera presidencial y solicite el voto para el otro aspirante, aunque parece improbable que se forje una alianza de este estilo.

¿Oligarquía contra populismo?

Diferentes estudios demuestran que 40 de las familias más ricas del Filipinas controlan el 76% del PIB del país, con 178 dinastías politicoeconómicas que llevan las riendas del país, incluyendo la jefatura de 73 de sus 80 provincias o el 80% de los escaños del Parlamento.

  Quizás el ejemplo más representativo de esta realidad es el de la familia Marcos, que gobernó el país con Ferdinand Marcos y su esposa Imelda durante dos décadas con puño de hierro hasta que fueron expulsados del poder en 1986 por una revolución popular. Tras años en el exilio, ahora su hijo Ferdinand Marcos Junior tiene muchas opciones de hacerse con la vicepresidencia, con una gran parte de la población que parece haber olvidado el terror y saqueo de las arcas públicas padecido durante el reinado de sus padres.
  Frente a estas familias políticas, Duterte se presenta como un candidato independiente de la élite gobernante que pretende ayudar a la gran cantidad de pobres que no están disfrutando del auge económico que vive el país y que quiere poner coto a la corrupción y el crimen con violencia si hace falta. "Las funerarias van a estar repletas. Yo proporcionaré los cadáveres", dijo en una ocasión el septuagenario, al que se le ha relacionado en múltiples ocasiones con los escuadrones de la muerte que ejecutaron a unas 1.000 personas en Davao.

¿Cómo ha sido la campaña?

 La campaña electoral ha estado marcada por los exabruptos, amenazas y acusaciones de todo tipo. A varios candidatos, incluido el favorito, se les han pedido dar cuenta sobre las denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito que penden sobre ellos o sus familias, pero ninguno ha querido dar demasiadas explicaciones. Al igual que en comicios previos, la violencia también ha jugado un papel importante, con al menos 15 personas asesinadas en relación directa con el proceso. El último de estos incidentes tuvo lugar ayer mismo, cuando el político Armando Ceballos fue abatido a tiros por un grupo de desconocidos en una zona montañosa del sur del país. 

¿A qué retos se enfrenta el ganador?

A pesar del rápido crecimiento económico de los últimos años y el aumento de las inversiones extranjeras, Filipinas todavía padece de elevados índices de pobreza y desempleo, además de deficiencias en las infraestructuras o un inacabable conflicto armado en el sur del país, con grupos como Abu Sayyafdedicados al secuestro de rehenes y la piratería.
  Otro de los grandes retos del nuevo gobierno será lidiar con China y sus reclamaciones territoriales en el Mar de China Meridional, que chocan con las pretensiones de soberanía filipinas en la zona. El presidente Aquino retó al gigante asiático llevando el caso al Tribunal Internacional de la Haya y firmando nuevos acuerdos con los Estados Unidos que autorizan a los buques americanos a patrullar por sus aguas, dos medidas que desataron las iras de Pekín. Pese a que todos los candidatos apoyan las pretensiones filipinas, algunos como Duterte ya han anunciado que estarían dispuestos a dialogar con China y optar por un camino más conciliador, acusando a Aquino de haber sido demasiado beligerante.