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23/06/2016 | El debate sobre Venezuela: momento de la verdad para América Latina

Franco Ordoñez

El jueves los líderes de América Latina demostrarán lo que la democracia realmente significa. Desde Cuba en 1962, la OEA ha suspendido a un país sólo una vez. Venezuela califica los desafíos de OEA exagerada

 

La Organización de Estados Americanos tomó medidas por primera vez hace 15 años para asegurar que los gobiernos elegidos democráticamente sobrevivieran en el Hemisferio Occidental tras años de dominio por parte de gobiernos militares.

Ahora, se está haciendo un llamado a los miembros de esa organización para que expliquen qué significa la democracia para ellos y cuán lejos están dispuestos a llegar para defender esos ideales.

El jueves, la OEA debatirá si el atribulado gobierno venezolano es verdaderamente democrático luego que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, invocó la Carta Democrática Interamericana, documento que la organización aprobó en el 2001 para asegurar que los gobiernos electos del hemisferio nunca se vean sujetos de nuevo a golpes de estado militares. Si la OEA determina que Venezuela ha violado la carta, la misma podría verse suspendida de la organización de 34 naciones.

Es un evento poco frecuente para la organización, de estructura semejante a la ONU, que típicamente se ha resistido a meterse en los asuntos de otros gobiernos.

La OEA solamente ha suspendido una sola vez desde la redacción de la Carta Democrática Interamericana. La OEA suspendió temporalmente a Honduras cuando un golpe militar derrocó en el 2009 al presidente Manuel Zelaya. Cuba también fue suspendida, pero esa medida se tomó en 1962, cuatro décadas antes de la Carta Democrática.

Venezuela, que cuenta con las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, está al borde del derrumbe económico. Este mes se desencadenaron motines en busca de comida cuando venezolanos desesperados saquearon los mercados en busca de comida. Niños han muerto a causa de una escasez del 80 por ciento de medicinas y equipos médicos. Cientos de miles de personas han firmado peticiones para un referéndum para revocar al presidente Nicolás Maduro.

Almagro sostiene que el gobierno de Venezuela tiene que rendir cuentas por sus violaciones a los derechos humanos, impedir que la Asamblea Nacional, elegida democráticamente, lleve a cabo su papel, y encarcelar a presos políticos. El exigió que Maduro permita un referéndum antes de fin de año, lo cual podría concluir su mandato.

En su cáustico informe de 132 páginas sobre la crisis, Almagro presionó a los miembros de la OEA a que actúen, citando al arzobispo anglicano retirado de Sudáfrica Desmond Tutu: “Si te mantienes neutral en una situación en que haya injusticia, has escogido ponerte de parte del opresor”.

En su informe, Almagro acusa a la administración de Maduro de toda una serie de actos antidemocráticos con relación a la separación de poderes y la independencia judicial. El acusó al gobierno de llenar el Tribunal Supremo de Justicia de incondicionales del partido antes de que la nueva Asamblea Nacional dirigida por la oposición entrara en funciones. Citó 17 decisiones del Supremo que afirmó socavaban el resultado de las elecciones en diciembre del año pasado, incluyendo la suspensión de cuatro miembros que negaron la supermayoría a la oposición en la cámara y el bloqueo de una ley que hubiera puesto en libertad a casi 80 presos políticos.

Almagro acusó asimismo al gobierno de Maduro de no responder adecuadamente a la creciente crisis humanitaria del país. Dijo que la pobreza aumentó el año pasado en un 76 por ciento, y alegó que el venezolano promedio tiene que visitar cinco tiendas y esperar en cola casi cinco horas para conseguir comida. Un cuarto de la población sobrevive con menos de tres comidas al día, dijo.

Pacientes hospitalizados, incluyendo a niños, han muerto a consecuencia de la falta de medicinas. En áreas tales como la oncología, se estima que la escasez de drogas es de alrededor del 65 por ciento.

El gobierno tampoco ha hecho nada por detener un alarmante aumento en los homicidios, con casi 18,000 personas asesinadas en el 2015, de acuerdo con el informe de Almagro. Las pandillas criminales operan en las ciudades con “total impunidad”, dijo. Desde el 1 de enero, dijo, más de 109 miembros de la policía y las fuerzas de seguridad han sido asesinados, reportó.

Venezuela ha tratado de irse por encima del secretario general, presionando a sus aliados para que bloqueen y debiliten cualquier medida punitiva en su contra. La ministra de Relaciones Exteriores Delcy Rodríguez dijo que los esfuerzos de Almagro eran ilegales y parte de un golpe de estado dirigido por Estados Unidos para derrocar al gobierno venezolano.

El martes, ella dijo a los miembros de la OEA que los problemas de su país han sido exagerados, y que no se diferencian de las dificultades que el descenso de los precios han causado en otros países productores de petróleo.

Durante años, Venezuela ha ejercido una influencia desproporcionada en la OEA, en gran medida debido a que muchos miembros reciben petróleo subsidiado bajo el programa Petrocaribe de Venezuela, el cual fue comenzado por el difunto presidente Hugo Chávez. Maduro, ex ministro de relaciones exteriores de Chávez, ha amenazado a esas naciones que se le opongan con “dejarlas en seco”. Pero, a medida que los precios del petróleo se han desplomado, el programa Petrocaribe se ha debilitado.

Lo que suceda el jueves dependerá en última instancia de quién tenga una posición más fuerte, dijo Roger Noriega, quien fuera nombrado embajador de Estados Unidos a la Organización de Estados Americanos por el presidente George W. Bush y ha prestado servicio asimismo como subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental.

“¿Podrá Venezuela conseguir a las malas este apoyo, o habrá suficientes gobiernos convencidos de que, si no lidiamos con esto de un modo responsable, vamos a tener parte de la culpa de lo que suceda en Venezuela?”, dijo Noriega, ahora miembro invitado del Instituto Estadounidense de Empresariado (American Enterprise Institute), de tendencia conservadora, un centro de investigaciones.

Aunque invocar la Carta Democrática Interamericana podría conducir a la suspensión de Venezuela, eso es poco probable. Pero Noriega y otros afirman que el grupo podría redactar una resolución reconociendo la crisis, ofrecer el apoyo de la OEA y llamar a un referéndum revocatorio.

La OEA no tiene en realidad muchas otras herramientas para imponer su punto de vista, dijo Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas (Council of the Americas), radicado en Washington. La OEA carece de fuerzas militares o policiales. Ellos pueden expulsar a Venezuela, pero eso podría traer como consecuencia un aislamiento aún mayor.

De los países del Hemisferio Occidental, solamente Cuba no envía a un embajador ni participa en los debates del grupo. Cuba fue suspendida en 1962 y, aunque la OEA acordó considerar permitirle la entrada de nuevo en el 2009, el gobierno cubano se ha negado a unírseles.

“Lo único que eso hizo fue dar al gobierno cubano un modo de mostrar cómo el ‘imperialismo’ de Estados Unidos los estaba castigando”, dijo con respecto a la suspensión de Cuba Gregory Weeks, director de la publicación académica The Latin Americanist. “Y creo que, si la OEA suspende a Venezuela, Maduro al menos trataría de hacer lo mismo”.

Correo electrónico: fordonez@mcclatchydc.com; Twitter: @francoordonez.

El Nuevo Herald (Estados Unidos)

 



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