Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
High Tech  
 
11/07/2016 | Estudian conectividad de simpatizantes de ISIS

Elena Bozhkova

Neil Johnson, físico de la Universidad de Miami, estudia patrones que emergen en sistemas complejos.

 

Junto con sus colegas publicó este mes dos documentos de investigación que abordan los resultados de un esfuerzo por rastrear la conectividad de más de 100.000 personas que siguen comunidades de Internet que apoyan a la organización terrorista islámica ISIS. Usando VKontakte, una red social grande basada en Rusia, los investigadores descubrieron 196 comunidades pro ISIS. Nature conversó con Johnson.

- ¿Por qué estudiar comunidades pro ISIS en Internet?

- Siempre me ha interesado todo lo que conlleve creencias extremas. Hay muchos estudios sobre la evolución del extremismo en Internet, pero tienden a analizar conversaciones entre individuos o a estudiar quién sigue a quién en Twitter. El tópico está lleno de teorías más bien vagas en el sentido de que la gente se comporta de una forma u otra en un grupo, pero no hay muchos análisis cuantitativos sobre lo que realmente está pasando.

A principios de 2014 empezamos a hacer búsquedas de palabras clave y “hashtags” para seguir sentimientos pro ISIS en VKontakte, donde las comunidades (o agregados) pro ISIS tienden a vivir más tiempo que en Facebook, que cierra su actividad muy rápido. Algunas de estas comunidades sólo viven uno o dos días; otras pueden estar activas entre cuatro y cinco meses. Para setiembre de 2015, muchos de los grupos que habíamos analizado empezaron a cerrarse o a volverse privados. Fuimos muy afortunados en poder monitorearlos durante el tiempo que tuvimos.

-¿Qué aprendió sobre el comportamiento en Internet de las comunidades pro ISIS?

-Nos sorprendió encontrar que 40 por ciento de los seguidores declaró ser mujer. Las mujeres tienen una posición inesperada en las redes pro ISIS; tienden a ser centros de flujo de información entre los seguidores y a incrementar la esperanza de vida de estas comunidades. Típicamente, no tienen roles similarmente prominentes en redes comparables del mundo cotidiano, como las redes de innovación para patentes en la industria y la academia.

Estas comunidades cambiaron muy rápido: aproximadamente 15% de los grupos cambia su nombre, y otros ajustan sus configuraciones de privacidad o desaparecen y vuelven a emerger con otra identidad pero con la mayoría de los mismos seguidores. Esto es distinto de las comunidades que aparecen en Internet en otras situaciones, como las protestas que hemos examinado en Brasil en junio de 2013, y Venezuela en febrero de 2014. Los agregados que aparecieron en estos casos no se adaptaron ni cambiaron de alguna forma, probablemente porque nadie intentaba desorganizarlos.

-¿En qué forma esta investigación puede ayudar a los que intentan apagar a ISIS?

- Una implicancia clave de nuestro trabajo es que una vez que se encuentra a las comunidades, se le tiene tomado el pulso a toda la organización. En lugar de tener que revisar entre millones de usuarios de Internet y rastrear individuos específicos, una agencia anti ISIS simplemente puede seguir el número relativamente chico de comunidades.

A la luz de la reciente masacre de Orlando y del apuñalamiento en París, nuestra investigación también sugiere que cualquier “lobo solitario” en Internet realmente sólo estará plenamente solo durante lapsos breves: como resultado del proceso de coalescencia que observamos en la actividad de Internet, cualquier lobo solitario recientemente formó parte de un agregado o pronto estará en otro.

El apoyo a ISIS se transformará rápidamente en una súper comunidad grande (que pronto podría diseminar material por Internet) si las agencias anti ISIS no son lo suficientemente activas para cerrar a los grupos más chicos. Pero mostramos matemáticamente que debería ser posible evitar el desarrollo de grandes agregados acabando con los más chicos. Por ejemplo, para impedir la formación futura de agregados de 1.000 o más, las agencias pueden enfocarse en romper grupos de 100, por ejemplo. Sin estas piezas más pequeñas, las más grandes no pueden desarrollarse.

No me decido a decir que monitorear el número de agregados puede ayudar a predecir cuándo podría haber ataques en el mundo real, pero sí vimos que las comunidades proliferaron antes de estallidos de ataques en el mundo real.

Al principio de nuestro trabajo, compartimos nuestros hallazgos preliminares con algunas personas de la comunidad de inteligencia, pero sospecho que no se sintieron suficientemente cómodos con nuestro enfoque científico de sistemas complejos. La comunidad parece estar dominada por científicos sociales que favorecen discusiones narrativas y teorías sobre el comportamiento humano, mientras que el nuestro se basa en datos. Con suerte, esta situación podría cambiar en el futuro, con científicos naturales, sociales y matemáticos trabajando más de cerca en dichos tópicos, como hicimos en nuestro equipo.

- ¿Todavía sigue a grupos de ISIS en Internet?

-Sí, pero también queremos empezar a analizar a otros grupos que se auto-organizan en Internet en torno de creencias extremas, como la homofobia. En el futuro, los grupos extremos indudablemente emergerán en torno de algún otro conjunto de creencias comunes.

Los Andes (Argentina)

 



 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House