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15/07/2016 | Y ahora, todos con Bashar el Asad

Felix Flores

EE.UU. compartirá con Rusia objetivos militares en Siria en perjuicio de los grupos rebeldes. Los turcos hacen hoy las paces con el Kremlin y anuncian que quieren normalizar relaciones con Damasco

 

Cada día que pasa está un poco más claro. Bashar el Asad va a ganar la guerra de Siria, con ayuda de Rusia, Irán, el Hizbulah libanés y… Estados Unidos. Los derrotados van a ser los países del Golfo que apoyaron a los grupos rebeldes contra Damasco -empezando por Arabia Saudí- y, sobre todo, Turquía, que está tratando de salvar los muebles.

El fracaso de las conversaciones de paz en Ginebra, el pasado enero, dejó claro que en Siria solo hablarían las armas. Y en los últimos días, el comienzo del cerco de Alepo por las fuerzas de régimen sirio y sus aliados –con un estimable apoyo de los kurdos- deja claro que las milicias rebeldes van a quedar sofocadas en un espacio cada vez más reducido junto a la frontera turca.

Así, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, viaja hoy a Moscú para una visita de dos días. Y según revela The Washington Post, la idea es aunar esfuerzos con Rusia contra el Estado Islámico (por supuesto) y contra el Frente Al Nusra, la franquicia siria de Al Qaeda. La propuesta es estadounidense y consistiría en “sincronizar” operaciones militares y compartir información sobre los blancos de Al Nusra.

El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, dijo el martes en una rueda de prensa que las posiciones de Rusia y EE.UU. sobre Siria “no están tan distantes”. Y el propio John Kerry lo insinuaba el 28 de junio en Aspen (Colorado) cuando mencionó en la misma frase al Estado Islámico, Al Nusra y dos grupos hasta ahora apoyados por Washington, el Ejército del Islam y Ahrar al Sham. Ambos quedaban catalogados, como por error, como terroristas. El Departamento de Estado dijo entonces a The Washington Post que se trataba que la posición oficial no había cambiado y que se seguía insistiendo ante Rusia en que no se trata de grupos terroristas.

Pero da igual. Teniendo en cuenta que Al Nusra es uno de los grupos que combaten en Alepo junto a otras milicias, como el Ejército del Islam, si EE.UU. lo convierte en objetivo compartido con Rusia en esta fase decisiva de la guerra, eso irá en perjuicio de todas las fuerzas rebeldes que Washington respaldaba hasta ahora.

Para salvar las apariencias, y siempre según la versión difundida por el Posty por la agencia rusa Sputnik, los norteamericanos pedirían a los rusos que Damasco cese sus bombardeos aéreos, que causan estragos en la población civil.

A partir de ahí, la siguiente fase es buscar una solución política para Siria.

Precisamente, la cadena estadounidense NBC emite hoy una entrevista con Bashar el Asad en la que el presidente sirio afirma que Vladímir Putin nunca le ha pedido que deje el poder. “Nunca dijo una sola palabra al respecto”, asegura.

No menos significativo que el giro de Estados Unidos es el cambio de actitud de Turquía, cuyo primer ministro, Bildamir Yildirim, dijo el miércoles que su país quiere “normalizar” las relaciones con Siria e Iraq. Yildirim está considerado un hombre muy leal a Erdogan, luego sus palabras deben ser las del presidente turco. Lo curioso es que ha retomado el concepto estratégico de “cero problemas con los vecinos” formulado por su predecesor en el cargo, Ahmet Davutoglu, ya antes incluso de que ejerciera de ministro de Exteriores. El académico Davutoglu tenía este concepto de la que debía ser la posición de Turquía, hasta que todo quedó en agua de borrajas por el empeño de Erdogan de derrocar a Bashar el Asad, con quien por cierto había compartido días de veraneo al lado de sus respectivas esposas.

Ahora, la realidad se impone para los turcos. Su apuesta por las milicias rebeldes sirias fracasa, las milicias kurdas de siria ocupan una franja cada vez mayor a lo largo de la frontera con la ayuda de Rusia y EE.UU. Y los yihadistas están golpeando Turquía con atentados frecuentes que están vaciando el país de turistas.

Así, horas antes de John Kerry llegue a Moscú, una delegación de varios ministerios turcos –Exteriores, Turismo, Transportes, Interior…- hace hoy las paces con Rusia después de una guerra de sanciones provocada por el derribo de avión ruso sobre la frontera siria.

Turquía necesita, entre otras cosas, a los turistas rusos, y esta iniciativa diplomática va acompañada de otras: la normalización de relaciones con Israel, recién conseguida, y con Egipto. A partir de ahí, el Gobierno turco va a tener que enfrentarse al problema de los kurdos de siria, aliados de los kurdos de Turquía, cuyo protagonismo es cada vez mayor. Porque los kurdos y sus milicias, las YPG, son aliados de casi todos: del régimen de Damasco, de Rusia y de Estados Unidos. Y su objetivo es reclamar el territorio que han conquistado.

Pero eso será en otra fase del conflicto.

La Vanguardia (España)

 



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