El republicano Gingrich va más allá de la propuesta de Trump de prohibir la entrada de musulmanes.
La
retórica antimusulmana de parte del Partido Republicano se agravó este jueves,
tras el ataque en Niza, con la propuesta de Newt Gingrich, expresidente del
Congreso, de deportar a todas las personas en Estados Unidos que crean en la
sharia, la ley que hace una interpretación rígida del islam.Gingrich va más
allá de la propuesta de Donald Trump de prohibir la entrada a EE UU a
musulmanes extranjeros. Gingrich fue uno de los nombres que sonó como posible
vicepresidente de Trump, pero el candidato republicano a la Casa Blanca se ha
decantado por el gobernador de Indiana, Mike Pence.
“La
civilización occidental está en guerra. Francamente, deberíamos hacer una
prueba a todas las personas que tienen antecedentes musulmanes y si creen en la
sharia deberían ser deportadas”, dijo, en una entrevista a la cadena Fox News,
Gingrich, que aspiró a la nominación republicana en las elecciones
presidenciales de 2012.
También
sugirió que las mezquitas en EE UU deben ser espiadas y pidió endurecer la
lucha penal contra el yihadismo: “Debería ser un delito que cualquier persona
visite una página web favorable a ISIS, Al Qaeda o cualquier otro grupo
terrorista. Y debería ir a la cárcel. Cualquier organización que acoja esas
páginas web debería ser acusada de un delito y [las páginas] deberían ser
cerradas inmediatamente”.
Gingrich,
que fue presidente de la Cámara de Representantes entre 1995 y 1999, no ostenta
ningún cargo público. El principal objetivo de su propuesta sobre los
musulmanes sea seguramente generar titulares informativos. No hay vínculos
conocidos entre la creencia en la sharia y los ataques de simpatizantes
yihadistas en EE UU en los últimos meses. Y las iniciativas del republicano
vulnerarían la Constitución y sentencias del Tribunal Supremo que prohíben la
discriminación por religión, y las restricciones a la libertad de expresión y
creencia.
Pero
Gingrich es una voz destacada dentro del universo conservador, como evidencia
que Trump sopesara nombrarlo su vicepresidente. Sus declaraciones tras el
ataque de Niza, en que murieron al menos 84 personas, exhiben el modo de pensar
de una parte significativa del Partido Republicano y cómo busca utilizar los
últimos ataques, ya ocurran en EE UU o en el extranjero, con fines electorales.
Como ya
hizo tras otros atentados, Trump utilizó el atropello masivo de Niza para
recetar mano dura y proyectar la imagen de un mundo en descontrol. “Otro ataque
horrible”, escribió el magnate inmobiliario en Twitter. “Muchos muertos y
heridos. ¿Cuándo aprenderemos? Esto solo está empeorando”.
Gingrich,
y muchos votantes republicanos, avalan ese discurso de dureza. El expresidente
del Congreso dijo que el ataque en Niza es “culpa de las élites occidentales
que carecen de las agallas de hacer lo que es correcto, lo que es necesario”.