Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Inteligencia y Seguridad  
 
22/07/2016 | Venezuela - El General en su Laberinto: Maduro se atrinchera en las FFAA mientras la crisis humanitaria arrecia.

Luis F. Jiménez

Hay quien considera que esta inusual medida de Maduro viene a instaurar algo así como un cogobierno “cívico-militar”. Recuerdan que hace escasas semanas Maduro “ordenó” a los militares que ocupan posiciones de gobierno (el 30% de ellas) regresar a sus funciones militares.

 

El ex presidente de Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero había llegado a Venezuela lleno de ínfulas (CARETAS 2445): pretendía lograr una reunión entre la oposición y el gobierno. Partió a España sin lograrlo. Solo adoptó de la oposición, tímidamente, la propuesta de incrementar el número de “mediadores” incorporando al Vaticano.

No debe haberle caído bien esta idea al gobierno. Sabido es que el Secretario de Estado del Vaticano tuvo que cancelar un viaje a Venezuela “por razones que no dependieron de la Santa Sede”. En otras palabras, el gobierno no lo quiso recibir. Ello ocurrió después que el papa Francisco se había referido a la necesidad de liberar los presos políticos en Venezuela. El diálogo ha quedado en el limbo.

EL GENERAL EN SU LABERINTO

A mayor desesperación, los nombres de las “misiones” (operativos administrativos para abastecer a una población hambrienta y enferma) son cada vez más pomposos. Maduro, en una clara fuga hacia delante, dio a luz la Gran Misión de Abastecimiento Seguro y Soberano.

Y puso al frente de ella nada más ni nada menos que al mismo ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López, quien utilizará todos los recursos militares que controla y a quien se subordinarán todos los ministros del gabinete e, incluso, el propio vicepresidente.

Hay quien considera que esta inusual medida de Maduro viene a instaurar algo así como un cogobierno “cívico-militar”. Recuerdan que hace escasas semanas Maduro “ordenó” a los militares que ocupan posiciones de gobierno (el 30% de ellas) regresar a sus funciones militares.

Los expertos apuntan, además, que la Fuerza Armada no está capacitada ni entrenada para afrontar el desabastecimiento, problema en extremo complejo, pues tiene que ver con asuntos de larga data cómo la tasa de cambio del dólar (para las importaciones), el ingreso de divisas (ligado al precio internacional del petróleo y a las menguantes exportaciones de crudo), a las unidades de producción (liquidadas por la revolución bolivariana) y, al final, pero no lo último, a la corrupción de quienes tienen la función de controlar el comercio de los bienes escasos, es decir, la propia Fuerza Armada.

Hoy, todos los reflectores están puestos sobre Padrino. Y él sabe que la Fuerza Armada que comanda es una institución de inestables equilibrios. De allí que jugará un papel importante en el reconocimiento del gobierno del resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre pasado. (CARETAS 2415)Pocos saben cuánto hubo en esa decisión de vocación democrática y cuánto de conveniencia institucional para evitar letales enfrentamientos internos.

LA TRANSICIÓN ¿HACIA QUÉ?

El realismo indica que todo se juega en este muy extraño período de transición. La impopularidad de Maduro no es la impopularidad del PSUV ni la de las instituciones estatales. El tan mentado diálogo debería tener por objetivo compatibilizar los distintos intereses institucionales y tender un puente de plata a quien tenga que abandonar posiciones.

En ese sentido, un referendo revocatorio bien organizado podría ser útil en la medida en que le diera previsibilidad a la transición hacia un nuevo orden político en Venezuela. Le conviene a la Fuerza Armada pues le evitaría enfrentamientos internos. Le convendría al PSUV que evitaría verse pulverizado y rescataría su permanencia para la siguiente etapa. Y le convendría a Nicolás Maduro y a su esposa que podrían ser alojados por un período en un país por el que tanto han hecho: Cuba. Y, por fin, le convendría a la oposición que tendría la posibilidad de instaurar una nueva etapa democrática, tan cara a la historia venezolana.

Para que un diálogo sea tal, deberá ser aceptado por las partes (gobierno y oposición) y lograr un patrocinador con poder político. Lo único que nos queda, ante el limbo de Rodríguez Zapatero, son los cancilleres americanos. Una Reunión de Consulta en el marco de la OEA es el único mecanismo capaz de conciliar los intrincados y peligrosos elementos involucrados en la crisis venezolana. En ella, participaría la canciller de Venezuela y los Estados cercanos a ella, lo cual garantizaría que se cumplieran las condiciones que se pactaran. Y si no se diera.

Caretas (Peru)

 



 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House