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03/09/2006 | Los medios y la realidad política - ''El escenario político sobreiluminado''

Alberto Natale

La política "sobreiluminada" que nos propone indagar Carlos Viana es un apasionante estudio sobre una de las cuestiones axiales de nuestro tiempo. Es imposible abstenerse de comprender la realidad contemporánea sin analizar la influencia que los modernos medios de comunicación pública tienen sobre los comportamientos generales. Por supuesto, que en el campo de la ciencia política hay muchos ensayos sobre esta cuestión. Basta recordar la obra de Sartori cuando describe lo que él llama la "video política" o la de Jiménez de Parga al referirse a la "ilusión política".

 

Sin embargo, la de Viana avanza mucho más allá. No se limita a detectar un fenómeno y estudiar sus consecuencias, sino que busca formular una concepción global de esta nueva situación, desde todos los planos: la filosofía, la historia, la psicología, la física, la política, por indicar los que me parecen más relevantes. Lo consigue en un ensayo realmente que conmueve por su dimensión abarcativa.
     

Una afirmación del autor de contenido histórico, encierra un ejemplo perfecto cuando dice que "los grandes imperios de la antigüedad cayeron en parte por la falta de comunicaciones, los del siglo XX por la intensificación de ellas", lo que vendría a coincidir con lo que demuestra más adelante sobre la vertiginosidad del derrumbe de importantes liderazgos políticos que, en diferentes países, emergieron y se sumergieron con una prontitud impensable en otras épocas. La historia, en especial, pero no solamente la del pensamiento político, es uno de los eslabones singulares de la obra. Aquí se nota fácilmente el acervo intelectual de quien la escribió. Desde los egipcios, los helenos y los romanos, hasta aquella que ilustra el siglo que acaba de terminar, es manejada con destreza de artesano para ilustrar con rigor científico las hipótesis que se proponen.
     

Por cierto que el ocaso de las ideologías, como se titula el capítulo, no podía estar ausente. Se revisan debates contemporáneos y se afirma que ellas están siendo reemplazadas por la solución pragmática de los problemas de la sociedad, pero a la luz de los valores fundamentales en palabras del autor.
     

Entonces pronto surge otro debate que Carlos Viana propone y afronta, ¿cuál será el destino del Estado-nación en una época signada por dos corrientes que, en apariencia, divergen: la globalización y la regionalización? El asunto apasiona. Una tendencia, la primera, es expansiva, la otra, inclusiva, dice bien el autor. La descripción de lo acaecido en las últimas décadas en distintos países y áreas del mundo, permite adentrarse en la indagación. A la vez, otro asunto trascendente: la influencia de las comunicaciones electrónicas sobre los cambios políticos dirigidos hacia la democratización que se están operando.
Nos dice el autor: "Considerando los antecedentes de la cultura grecolatina podemos plantear dos grandes interrogantes: ¿cómo actuar para que el camino hacia la libertad no se transforme en anarquía, frustrando el impulso hacia la unidad? y ¿de qué manera impedir que el impulso hacia la unidad no ahogue la libertad ante el temor de la anarquía?". Esto último me sugiere el recuerdo de los miedos de Hobbes que tanto habrían de influir en la idea del Estado-nación, hoy eclipsada por las realidades analizadas por el autor. También el papel de los partidos políticos que nos dice, "cumplen con una función que hasta el momento no se visualiza como reemplazable".
     

Una extensa parte de la obra está destinada al desarrollo de la filosofía. Entonces, Carlos Viana se pregunta y nos pregunta "¿en qué nos puede servir esta profundización filosófica para explicar la influencia de la revolución de los medios de comunicación en las crisis de las elites políticas?". Sostiene así la necesidad de considerar el fenómeno con solidez y permanencia, porque de lo contrario entraríamos en la banalidad de lo que es de circunstancia sometido al bombardeo de informaciones carentes de conexión. Esto nos ha de llevar a otro aspecto singular que se analiza en el libro: el conocimiento como base de la comunicación. "La comunicación no es posible sin el fenómeno del conocimiento. ¿Cómo voy a comunicar lo que no sé? Lo que remarco porque es elemental, en la inteligencia de que el vocablo proviene de elemento que es el principio de las cosas, la primera materia sin la cual no se puede construir nada. Es la base de la pedagogía, muchas veces ignorada por apresurados pedagogos que olvidan que no se puede enseñar sin saber, así como tampoco se puede comunicar sin conocer, como se resalta en el estudio.
     

Hay una idea primordial en el libro referida a que la realidad humana presente no soporta una concepción lineal. Así invoca Carlos Viana el pensamiento anticipatorio de pensadores, físicos, poetas, pintores, ensayistas, quienes vieron la realidad multidimensional cuando todavía la teoría política no la había advertido. Lo demuestra con referencias específicas a muchos de ellos. Entonces nos dice que el político actúa para la platea, pero esta no lo observa con una visión tridimensional clásica sino multidimensional, poniendo ejemplo en el Guernica de Picasso y destacando el aporte del psicoanálisis y la psicología en general, para esta nueva manera de observar la realidad. 
     

Es que la revolución de los medios de comunicación ha "sobreiluminado" el mundo político y de esa manera le ha dado otra dimensión, diferente de la que conocimos hasta ahora.

El Escenario Político Sobreiluminado incita a su lectura apenas se despliega la primera página. Un libro no sólo para leer sino, en especial, para instarnos a pensar.

Alberto Natale , autor de este comentario, es profesor de Derecho Político en la Universidad Nacional de Rosario y ex diputado nacional por el Partido Demócrata Progresista.

La Nueva Provincia (Argentina)

 



 
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