Las autoridades no descartan que un ataque realizado con un cuchillo el pasado miércoles en un albergue de Queensland, en Australia, tenga una motivación terrorista, aunque no consideran prioritaria esta posibilidad. El supuesto culpable, de nacionalidad francesa, fue arrestado al grito de «Alá es grande» ante los 30 testigos que presenciaron la escena, y ello desató todas las alarmas.

El agresor asesinó a una mujer británica de 21 años a cuchilladas y dejó dos heridos, uno de 31 años que se encuentra hospitalizado en estado crítico, y un segundo, que recibió una puñalada en la pierna, y que ya ha sido dado de alta.

El subinspector de la Policía de Queensland, Steve Gollschewski, ha querido tranquilizar a la opinión pública, ya que «no hay ninguna amenaza ahora mismo para la población como resultado de este incidente».

Las autoridades también han asegurado que el atacante, un francés de 29 años con visado de turista desde marzo, no tenía ningún tipo de vínculo con la población local. No se descarta la hipótesis de que actuara bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente o que contase con problemas mentales.

El presunto responsable se encuentra custodiado por la Policía, que mantiene las investigaciones en marcha. Al menos 100 personas han abandonado Australia en dirección a Siria, por lo que se teme que a su regreso puedan perpetrar algún ataque en el país.