Lo que descubren los emails de Wikileaks sobre la relación entre Hillary Clinton y los bancos
Ha quedado eclipsado en los medios de comunicación de EE.UU. por
los titulares sobre el machismo barriobajero de Donald Trump. Pero
la publicación por parte de Wikileaks de las conferencias que Hillary
Clinton pronunció a puerta cerrada en diversos bancos de Wall Street
entre 2010 y 2014, y por las que la demócrata cobró unos 1,8 millones de
dólares, son materia de primera pagina.
A juzgar por las ponencias filtradas, Clinton pareció
querer tranquilizar a los ejecutivos bancarios en 2013 en tres conferencias
dadas en Goldman Sachs, el banco mas estrechamente identificado con el poder
aplastante de Wall Street, por las que cobró 650.000 dólares. “Sobre la regulación,
demasiada es mala, y demasiado poca, también. ¿Cómo se logra el termino medio?
Pues la gente que sabe más son precisamente la que trabaja en el sector”, dijo
Clinton en referencia a los banqueros reunidos para el evento.
En su calidad de senadora por Nueva York, la actual
candidata demócrata también limó las asperezas en las relaciones entre la
administración Obama y Wall Street al insistir en otra conferencia pagada por
Goldman que se tuvieron que adoptar medidas contra Wall Street solamente “por motivos
políticos”. Pese a que la Ley Dodd-Frank de reforma financiera fue diseñada
inicialmente, según el discurso público dominante, para evitar una repetición
de la mega cash de 2008, en sus encuentros privados con los
bancos, Clinton daba a entender que las medidas serian principalmente
cosméticas, solo necesarias para frenar la rebelión del movimiento Occupy y
del Tea Party. En los años posteriores, un ejército de grupos de
presión de Wall Street lograron debilitar las medidas de regulación incluidas
en los borradores del proyecto de ley.
En un momento en el cual todos los banqueros se
quejaban del supuesto exceso de regulación de la nueva ley, no es de extrañar
que Tom O’Neill un ejecutivo de Goldman, echase el siguiente piropo a Hillary
Clinton en una conferencia celebrada después. “Estamos agradecidos de que
cuando usted fue senadora por Nueva York, mostró coraje en áreas relacionadas
con Wall Street”.
Una posición en público,
otra en privado
El contenido de estas conferencias se filtró
finalmente como parte de los más de 50.000 correos electrónicos del pez gordo
demócrata John Podesta -actual jefe de campaña de Clinton- en poder de
Wikileaks. La filtración llega tras la negativa de la campaña de Clinton de
responder a loa repetidos llamamientos de su rival en las primarias demócratas,
Bernie Sanders, para que los correos se publicaran. “Hace falta tener una
posición pública y otra privada”, confiesa Clinton en otra de las conferencias
con banqueros hecha pública. Otro e-mail demuestra que Clinton, pese a sus
declaraciones al contrario, sería favorable a recortar el impuesto de
sociedades para las grandes multinacionales.
Pero no es el único correo que muestra las diferencias
entre la posición publica de Clinton y sus relaciones a puerta cerrada con los
bancos y lideres empresariales. En una conferencia dada en el 2013 en el banco
brasileño Banco Itaú, Clinton defendió la creación de un acuerdo de
liberalización de inversiones y comercio multinacionales en toda América Latina
pese a los discursos públicos en los que defiende la revisión del Tratado de
Libre Comercio com México (criticado tanto en EE.UU. como en México por su
impacto negativo sobre los salarios en ambos países) y no pactar el acuerdo
pacífico con los países asiáticos. “Mi sueño es un mercado común global con
fronteras abiertas y libre comercio“, dijo Clinton ante un publico de
directivos de Itaú, según las filtraciones de Wikileaks.
De hecho, Bill Clinton intentó inútilmente pactar tras
la cumbre de Miami de 1994 la creación de una Área de libre comercio de las
Américas que provocó una rebelión latinoamericana en toda regla. De las
conferencias secretas de Hillary Clinton se puede desprender que ahora estaría
dispuesta a tomar el relevo de su marido, a pesar de su posición pública al
respecto. “Las empresas deben dar prioridad (a la liberalización de inversiones
y comercio) y los gobiernos pueden hacerlo mas fácil”, dijo en la misma
conferencia secreta en la entidad brasileña.
En otro mail, remitido en febrero de 2016, el abogado
internacional, experto en acuerdos e liberalización transnacional, e
interlocutor del lobbypro israelí AIPAC, Stuart Eizenstat, busca un
puesto de asesoramiento en la campaña Clinton. Eizenstat destaca que los
polémicos acuerdos de liberalización transnacionales de inversiones y comercio
como el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) y el acuerdo
transpacífico van a topar con la oposición. “Serán cuestionados por los
sindicatos y los grupos de consumo. Puedo ayudaros a tomar posiciones” dice al
equipo de Podesta. Para respaldar su solicitud, añade: “Soy el presidente del
Consejo de Negocio Transatlánticos (un lobby de empresas multinacionales) , y
(...) miembro de los consejos de UPS, Blackrock, Alcatel, Globe Speciality
Metals, Chrsitie’s GML, y Coca Cola”. Se da la circunstancia que en los últimas
semanas, Clinton se ha acercado a las posiciones de Sanders y Trump en su
discurso público al defender la revisión del TLC con Mexico y oponerse a los
tratados con Europa y Asia.
De Wall Street a la Casa
Blanca
Otros mails, remitidos poco antes de la victoria de
Obama en noviembre del 2008, demuestran cómo funcionan la puertas giratorias de
Wall Street con el poder de Washington. La correspondencia de la campaña
demócrata con Michael Froman, jefe de Estado mayor de Bill Clinton y máximo
responsable de política comercial para Clinton y Obama, con quien se había
incorporado tras pasar por la dirección de Citigruop junto a Robert Rubín, es
una buena muestra.
Los emails reparten los cargos en la administración Obama incorporando a
varios ejecutivos de Wall Street en la administración federal justo después del
colapso de Lehman Brothers, momento en el cual Obama terminaba su campaña con
promesas de ser implacable contra los bancos.