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21/10/2016 | EE.UU. - Tercer Debate Elecciones2016: Trump afea su mejor debate al no aceptar el resultado electoral

Manuel Erice Oronoz

Denuncia que el proceso está «amañado» porque a Hillary «no se le tenía que haber permitido presentarse» por el escándalo de los e-mails. Clinton tacha al candidato republicano de «títere de Putin», tras asegurar Trump que el presidente ruso «no le respeta» a ella ni a Obama. Un último debate muy equilibrado deja la candidata demócrata en ventaja para afrontar como favorita la recta final hasta el 8 de noviembre.

 

El tercer debate vino a salvar el honor de esta desabrida campaña electoral, que había vivido diez días antes en San Luis (Misuri) uno de los momentos políticos más mediocres de la historia de Estados Unidos. Celebrado en el Thomas & Mack Center de la Universidad de Nevada, Las Vegas, el último cara a cara electoral contribuyó a recuperar parte de la normalidad perdida con un repaso, por fin, a los problemas sustanciales que afectan al país. Pero el mejor Donald Trump de toda la campaña terminó afeando su propio debate, al dejar en «suspense» si aceptará o no el resultado electoral que se produzca el 8 de noviembre. Basado en la teoría de que a Hillary Clinton no se le tenía que haber permitido presentarse, sino que debía haber ido «a la cárcel» por el escándalo del uso de un servidor privado cuando era secretaria de Estado, el candidato republicano repitió que la elección está«amañada» y el sistema, «corrupto». De forma que Clinton, que sigue sonando más convincente que su rival como futura inquilina de la Casa Blanca, tuvo un argumento a mano para considerar a Trump «el peor candidato a presidente de la historia de América».

No fue un gran debate. Fue más un intercambio de acusacionesque una puesta en común de propuestas para un país necesitado de planes de futuro. Pero al menos dejó aparcados los asuntos personales y la frivolidad de los días pasados. Sin duda, retomó cierta altura. Y la política exterior deparó los momentos más interesantes, con una serie de intercambios de golpes entre los candidatos. El más vibrante llegó cuando Trump se defendía del reproche de Clinton de flirtear con Vladímir Putin, acusado por la demócrata, y por la Administración Clinton, de intentar condicionar la campaña con «pirateos informáticos» desde sus servidores. Después de asegurar el neoyorquino que el presidente ruso «no respeta» a la demócrata y excusarse afirmando que a él sólo le conoce porque «dice cosas buenas de mí», Clinton lanzó un directo a Trump al espetarle: «Lo que quiere Putin es tener a un títere» como presidente de Estados Unidos. El magnate acusó el golpe replicando: «La títere eres tú».

La idea-fuerza que el republicano esgrimió durante una parte del debate es que la «débil» política exterior del presidente Obama, y con él de Clinton, secretaria de Estado entre 2009 y 2012, ha quedado «siempre sometida» a la desplegada por Rusia. Argumento para el que citó la guerra de Siria, un «desastre total», a juicio del magnate. La candidata demócrata no tuvo una buena intervención en este punto. Asumida de un tiempo a esta parte la estrategia de Obama, su contraargumento de plantear una zona de exclusión aérea, ahora que Siria y Rusia combaten de la mano y a tumba abierta, sonó extemporánea.

La agresividad de Trump también sonó convincente cuando su rival proclamaba su determinación de derrotar a Daesh: «Hablas de derrotar a Daesh, y resulta que cuando llegaste (a secretaria de Estado) no existía, y ahora está presente en 23 países», le echó en cara el magnate. Y a continuación acusó a la candidata republicana, aunque fuera en nombre del presidente Obama, de atacar Mosul (el bastión de Daesh que está asaltando el ejército iraquí con ayuda de Estados Unidos) «por motivos electorales». Y culminó la explicación preguntando por qué no se había iniciado la operación «antes de que los principales líderes yihadistashubieran huido de allí».

Pero Hillary Clinton estuvo también a buena altura, y más presidencial que su oponente. La veterana senadora, que recuperó el tono de su primer debate, sigue mostrando una mayor experiencia y un conocimiento más profundo de los asuntos que tiene pendientes de resolver el país. En materia de inmigración, se mostró más realista y defendió también las«fronteras sólidas», como Trump, pero «no mediante la construcción de muros, ni con deportaciones que rompan familias o generen traumas entre niños y padres». El candidato republicano contestó con el mensaje básico que gusta a sus más fieles seguidores: «En nuestro país hay hombres malos, y hay que echarlos». Sobre la polémica de las armas, Clinton también quiso competir con el millonario en defensa de la segunda enmienda de la Constitución, «pero no para que los norteamericanos se maten con ellas». Y acusó a su contrincante de «favorecer los intereses de los grandes grupos de presión».

El último debate electoral contrapuso dos visiones sobre el trato a las mujeres, una polémica que ha acaparado las últimas semanas y que puede haber quebrado la campaña de Trump definitivamente. El magnate quiso zanjar las nuevas acusaciones de la demócrata con una frase tajante: «Nadie trata a las mujeres mejor que yo».

No fue la única aseveración llamativa del candidato republicano. Recién iniciado el debate, cuando el moderador, Chris Wallace, presentador de la cadena FOX, preguntó por el aborto y el supuesto de ir más allá de los plazos y supuestos legales, Clinton defendió en todos los casos a la mujer y aludió al «trauma» que supone para las madres y las familias el hecho en sí de abortar. Trump replicó que «no se puede amparar bajo ningún concepto llevar a la muerte a un bebé de nueve meses».

ABC (España)

 



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