Dar una cifra exacta de desaparecidos en México es labor casi imposible en un país en el que según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2014, por ejemplo,sólo se denunció uno de cada 100 secuestros. Sin embargo, las cifras oficiales, que probablemente son bastante más positivas que la propia realidad ante esa carencia de denuncias, son ya alarmantes: en México, desde 2007 hasta el 31 de diciembre de 2015, constan 27.659 desaparecidos según el Registro de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. Intentando afinar una cifra más real habría que sumar los miles de inmigrantes ilegales centroamericanos y los miembros de grupos 'narcos' que no aparecen en muchos casos en las denuncias de desaparecidos y restar por otro lado las desapariciones voluntarias.

Otro grave aspecto de los fríos números de esta lacra se dio a conocer en abril cuando la Red por los Derechos de la Infancia en México aseguraba en un informe que hizo público en Washington ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que "el 30% de los casos de desapariciones son de niños y adolescentes".

En una división territorial de los 32 estados o regiones que componen México, hay 14 en los que se acumulan el 90% de desaparecidos: Tamaulipas, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Sonora, Michoacán, Guerrero, Puebla, Ciudad de México y Guanajuato. Probablemente Veracruz o Colima, donde las estadísticas estatales parecen poco fiables, merezcan estar en esa lista negra.

Ese dato muestra una realidad difícil de detallar cuando se habla de un país tan grande y variado como México: existen algunos estados con bajos niveles de violencia y otros donde el crimen organizado tiene el control de parte del territorio y las instituciones locales. Incluso, dentro de las propias ciudades hay una completa diversificación por zonas o barrios a la hora de analizar el crimen.

Lo que parece evidente es que la lacra de las desapariciones tiene dos ejes claros: la guerra entre 'narcos' y el factor frontera norte que afecta a los inmigrantes que tratan de cruzar a EEUU.

Todos los estados fronterizos del norte, no los del sur, son zona roja en este campo, entre otras cosas porque son territorios enormes y desérticos que facilitan la creación de las fosas comunes y porque además son las zonas del país donde tienen mayor implantación los grupos 'narcos'.