La Fiscalía Anticorrupción acusa de blanqueo, tráfico de drogas y falsedad documental a una veintena de integrantes del 'clan Polverino'.Crearon estructuras en Tarragona, Alicante, Málaga y Jerez de la Frontera.
Delitos
continuados de blanqueo de capitales, organización criminal, tráfico de drogas,
delitos continuados de falsedad en documento oficial, y hasta de tenencia
ilícita de armas... La Fiscalía Anticorrupción desglosa con
precisión de cirujano los delitos en los que han podido incurrir los más de
veinte acusados de formar parte del clan Polverino, desmantelado
cuando habían tejido una complicada tela de araña por media geografía española.
Como
detalla el escrito de acusación de la Fiscalía, el origen del clan
Polverino se conecta con el llamado clan Nuvoletta,
encuadrados ambos dentro de la llamada Camorra italiana. Los miembros
originarios del clan Nuvoletta, los hermanos Nuvoletta (Angelo, Ciro, Gaetano y Lorenzo),
han muerto o se encuentran en prisión. Sin embargo, la estructura del grupo
sigue manteniendo sus principales características, en particular, su
funcionamiento celular, como la estructura de la Mafia siciliana, con la que ha
guardado históricamente fuertes vínculos, relacionados con los Corleonesi.
El clan
Nuvoletta estuvo históricamente aliado con los subclanes de los Nettuno,
los Polverino y los Orlando, desarrollando
actividades criminales de distinto signo: tráfico de estupefacientes (hachís,
introducido en España procedente de Marruecos y
trasladado posteriormente a Italia), estafas, extorsiones en la
construcción, en el negocio de la provisión o abastecimiento de organismos
públicos, en el ámbito de las compañías de limpieza, así como en el control de
operaciones hoteleras, además de los ajustes de cuentas y disputas con otros
grupos o clanes rivales.
Dicho clan
cuenta con una alta capacidad de infiltración en todos los ámbitos de la
Administración italiana, policía, judicatura y partidos políticos, al mismo
tiempo que mantiene una gran capacidad de expansión internacional.
Una vez
decaído el poder del clan Nuvoletta fue el clan
Polverino el que asumió el control de las operaciones de tráfico de
droga en la ciudad de Nápoles. En 2012, los italianos alertaron a
España de que esta organización había generado en nuestro país una importante
infraestructura logística, con la adquisición de viviendas, vehículos y
sociedades dedicadas al sector inmobiliario.
Según el
escrito de los fiscales Juan José Rosa y José Grinda,
esta estructura creada en España ha permitido continuar con las actividades
criminales a pesar de la detención del líder del clan, el acusado Giuseppe
Polverino, el día 6 de marzo de 2012 en Jerez de la Frontera (Cádiz),
así como de otros integrantes entre ellos Raffaele Spasiano y Luigi
Mele.
El clan
Polverino es considerado por Italia como una de las más importantes
asociaciones mafiosas dedicada principalmente al tráfico de drogas
internacional, extorsión, homicidio, proxenetismo, usura, corrupción de las
Administraciones Públicas y blanqueo de capitales con la reinversión en bienes
inmobiliarios, el cual tiene una sede destacada y estable en España.
Los máximos
exponentes del clan Polverino tienen sus contactos para crear
una red internacional de tráfico de drogas organizado. La droga es trasladada a
Italia por empresas de transporte de mercancías con sede en España. El hachís
se paga antes de realizar su transporte.
Parte del
beneficio generado por la organización es trasladado a España en dinero en
efectivo aprovechando los transportes de mercancías que han sido utilizados
para camuflar el tráfico de drogas. Este capital ilícito es invertido en
diferentes negocios del clan, entre ellos las inversiones inmobiliarias en
España.
Según
detalla el escrito de Fiscalía, el clan Polverino se organiza
en «paranzas», grupos o células en que se divide la organización y que tienen
la infraestructura suficiente para dar cobertura a sus actividades ilícitas.
Sus miembros del clan residen en lugares próximos y ostentan diverso patrimonio
procedente de su actividad delictiva.
Aunque la
organización ya estaba asentada en España, al menos, desde 2001, las fuerzas de
seguridad logran reconstruir la existencia de estas «paranzas» en función del
seguimiento que se realiza al líder de esta trama Polverino, hasta su
detención.
Así, se
inicia con su estancia en El Vendrell (Tarragona). Ante la
situación de inseguridad que vivía por ser buscado por los Carabinieri junto
con la Guardia Civil, decide huir a la provincia de Alicante.
Pasado un tiempo, buscando una vez más burlar el cerco policial, se desplaza a
la provincia de Málaga, donde tenía una fuerte infraestructura.
Finalmente, viendo en peligro su huida, se desplazó, junto con Raffaele
Vallefuoco, a Jerez de la Frontera, donde fue detenido. Su detención no
supuso la paralización de sus actividades. Su tela de araña ya estaba
perfectamente montada en España y contaba con estrechos colaboradores
repartidos por la geografía española para distribuir y controlar sus negocios.
La hija del
capo transmitía las órdenes
Los
seguimientos de las Fuerzas de Seguridad sobre los integrantes de la trama
dirigida por Polverino fueron intensos. Las fotografías muestran los contactos
y reuniones entre los integrantes más destacados que están bajo sospecha. Una
de las más figuras más relevantes de la estructura, aunque en España no tiene
causas pendientes porque fue entregada a Italia, es la hija del capo, Palma
Polverino, quien se trasladó a Málaga para reunirse con los acusados Domenico
Panella, Massimiliano D'Aria y Francisco Javier
Picatoste, a los que les transmitió las órdenes de su padre. Otra de las
figuras que más esfuerzo requirió durante las pesquisas fue la de Mohamed
Lahasen Mohamed quien, como detalla el escrito de los fiscales,
contaba con abundantes y peligrosos antecedentes y era el hombre clave en toda
la trama del tráfico de drogas.