La cita era a las seis de la tarde frente a la Cancillería pero no acudió casi nadie. Los líderes de la formación populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD) sólo tuvieron el apoyo de par de docenas de ciudadanos que, como ellos, acusan a la canciller Angela Merkel del atentado cometido el lunes en un mercadillo navideño de Berlín, y cuya autoría ha reivindicado el Estado Islámico.

La manifestación, convocada bajo el lema "Basta Ya" partió del vicepresidente de la AfD, Alexander Gauland, y del líder regional de Turingia, Björn Höcke, ambos exponentes del ala más dura de la formación, que ha hecho de la crisis de los refugiados su razón de ser. "Llevamos años pronosticándolo. Han dejado entrar a cientos de miles de refugiados sin control. Es la desintegración de Alemania", clamaba el político ultraderechista Björn Höcke ante una pancarta con la frase Merkel muss weg -Merkel debe irse- junto a la sede de cancillería.

"Exigimos que se expulse a los delincuentes y terroristas llegados aquí al amparo de Merkel", proseguía el representante de la derecha radical, en medio de un fuerte despliegue mediático.

Un día, antes, para ir calentando los ánimos, Höcke escribía en su perfil de Facebook que "las víctimas del cobarde atentado se merecen un homenaje digno. Ha llegado el momento de plantar cara a la política de asilo que defiende Merkel", agregó al convocar la manifestación, que contaba con el apoyo de Götz Kubitschek el ideólogo de los llamados Nuevos derechistas, una corriente intelectual del extremismo de derecha.

Según el diario Neues Deutschland, también apoyaban la protesta el vicejefe del movimiento islamófobo Pegida, Siegfried Däbritz y Philip Stein, quien dirige la iniciativa racista Ein Prozent (Uno por ciento).

El atentado al mercadillo navideño, del que hasta el momento hay un sospechoso de nacionalidad tunecina, ha vuelto a poner en el centro del debate la laxa política de asilo de la canciller, un filón que ha sabido aprovechar la AfD en los comicios regionales celebrados este año y que esta formación antiinmigración y está dispuesta a utilizar de cara a las generales de 2017.

La presidenta del partido, Frauke Petry, no acudió a la manifestación, pero había afirmado que el atentado demostró que Alemania "ya no es segura" y exigió a Merkel reimplantar los controles de las fronteras. El mismo día del atentado, el líder de AfD en el "Land" de Renania del Norte-Westfalia, Marcus Pretzell, había aludido a través de Twitter a las víctimas mortales del ataque como "muertos de Merkel".

A las protestas de AfD se suman las nuevas críticas lanzadas desde la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Angela Merkel, contra la acogida de refugiados en territorio alemán.

El líder del partido, Horst Seehofer, quien lleva meses exigiendo de la canciller la imposición de un límite a la llegada de refugiados, insistió ayer en esta reclamación y apuntó que, de no acceder a ello la canciller, su partido está dispuesto a pasar a la oposición.

Horas antes de la manifestación frente a la cancillería, un grupo de refugiados y de ciudadanos berlineses se unieron a modo de coro en el mercadillo donde se produjo el atentado para honrar a las víctimas.

El conjunto, integrado por miembros de la Gedächtniskirche -la vecina Iglesia de la céntrica plaza donde está el mercadillo- y por peticionarios de asilo, ofreció un pequeño concierto a los paseantes en señal de reconciliación. Noche de paz y We are the world fueron algunas de las piezas que cantaron, mientras algunos transeúntes se unían al conjunto hasta formar un grupo de unas 200 personas.

Los puestos del mercadillo junto a la Gedächtniskirche sigue cerrado al público, pero se espera abra de nuevo con normalidad. En otras zonas de la capital alemana, los mercadillos abrieron sus puertas. En el resto del país, la situación es igualmente de normalidad, aunque en algunas ciudades se han incrementado las medidas de seguridad.