Entre el espanto y la comedia, Argentina no se cansa de escuchar la grabación de una conversación de teléfono entre la ex presidenta, Cristina Fernández y Oscar Parrilli, su ex jefe de los servicios de Inteligencia donde se refiere a éste como «pelotudo» (gilipollas) y, por un lapsus, deja entender que durante su Gobierno inventaban denuncias con acusaciones y pruebas falsas.

Las escuchas, ordenadas judicialmente en el marco de una causa de narcotráfico, datan de mediados del año pasado. En la conversación, que toma desprevenido a Parrilli, «Cristina» le trata de forma despectiva y le reprocha que no haya leído un reportaje publicado en La Nación donde el ex agente, Antonio «Jaime» Stiuso, hace responsable a su Gobierno de la muerte del fiscal Alberto Nisman y la acusa de haber tenido, «servicios (de inteligencia) paralelos que les armaban carpetazo» (informes, falsos o no, para extorsionar o hacer denuncias). «Empezá a buscar todas las causas (judiciales) que le armamos» (inventamos en el argot), le exige la ex presidenta a Parrilli que, acto seguido, se da cuenta de sus palabras y se corrige, «no que le armamos, que denunciamos» a Stiuso. Parrilli le responde que son «ocho causas. Las tengo todas» y ella le insta a averiguar “qué juez tiene cada causa… Es increíble que no se haya hecho absolutamente nada”, se lamenta volviendo a poner en el ojo del huracán a una justicia, en su mayoría, bajo sospecha.

Más tarde, la ex presidenta, en el contexto de sus quejas por las declaraciones de Stiuso a La Nación, propone un cara a cara con «Icazuriaga y Larcher», ex jefe de Inteligencia y poder secreto en las sombras respectivamente durante su doble Administración. Parrilli le quita la idea de la cabeza, posiblemente por temor a que hablen más de lo que ellos quieren y ella, a modo de defensa, añade: «¿A quién le armamos carpetazo nosotros?» y ambos -sabiendo que están siendo grabados- le adjudican «los carpetazos» a Stiuso.

El ex jefe de los servicios de inteligencia, se muestra atribulado desde el inicio de la conversación. Cuando pregunta a su interlocutora quién es, la ex presidente le responde «Yo, Cristina, pelotudo». La frase se ha convertido en motivo de chanza y desencadenado memes diferentes y hasta la parodia de la viuda de Kirchner en las redes sociales. En una de su cuenta de telegram «Cristina» subió un par de camisetas con la frase que ahora está de moda y su imagen, telefóno en mano, de paso, responsabilizó a su sucesor de lo que considera un acoso judicial.

En tono imperativo pero de máxima confianza, la que fuera la mujer más poderosa de la historia de Argentina le llega a decir a Parrilli; «ándate a tu casa y ponete a laburar» para que vea el reportaje de La Nación por internet.

En otro fragmento, la ex presidenta dice sobre Situso: «A ese chico -en sentido figurado- hay que matarlo, es un caradura». Parrilli la ataja, «no viste que está apichonado, dice que no te conoció a vos que no conoció a Néstor».

Replicada la conversación en todos los soportes, Oscar Parrilli consideró la filtración, al periodista Luis Majul, «un mensaje cuasi mafioso» para la oposición, En menos de 24 horas se sucedieron las denuncias contra la viuda de Kirchner y Parrilli en lo que muchos consideran, la prueba de que ese modus operandi de inventar pruebas para hacer falsas denuncias y «carpetazos», fue una política de Estado del kirchnerismo.