¿Quiere decirse que la joya legislativa de los ocho años de mandato de Barack Obama ha sido derogada? En absoluto. El júbilo del presidente Trump es comprensible: se trata de su primera victoria tangible desde su llegada al despacho oval con un estilo ejecutivo más propio del propietario de una compañía que del presidente de Estados Unidos. Víctima de esa imagen y sus promesas, Donald Trump estaba obligado a demostrar capacidad resolutiva, virtud relativa que deja de serlo en un sistema democrático de contrapoderes. Y, sobre todo, Donald Trump y Paul Ryan se vengaban del bofetón recibido por esa misma Cámara de Representantes cuando hace un mes y medio votaron en contra de un primer texto presidencial más rotundo hecho para borrar del mapa de Estados Unidos la ley de cobertura sanitaria de Barack Obama. Fue un revés en toda regla y un mensaje a la Casa Blanca de una Cámara de Representantes bajo control republicano: los grandes asuntos de Estados Unidos no dependen del temperamento presidencial sino de su capacidad de pactar y persuadir al Capitolio. Prisas, las justas.

El reducido margen de votos se explica por la ausencia de una disciplina de voto en los dos grande partidos y por el pragmatismo del sistema. Este proyecto de ley es más comedido y no se carga el de su predecesor aunque sí lo corrige hasta el punto de desvirtuarlo. Recortes presupuestarios, autorización a las compañías aseguradoras para que eleven las tarifas a pacientes con dolencias previas a la fecha de contratación de la póliza y reducción de las recargas a los estadounidenses con más ingresos.

No obstante, esta ley anti- Obamacare tiene que pasar por el Senado, donde las fuerzas son menos proclives a Donald Trump y las urgencias por el texto, escasas. Muchos senadores creen que este proyecto puede ser percibido como un caramelo para los ricos a costa de la clase media y baja y son partidarios de una serena corrección. Trump tiene cuatro años de mandato, los senadores, en cambio, afrontan elecciones en el 2018. Y cada uno debe pasar cuentas en su circunscripción.