Una alerta "amarilla" sacude Argentina -y de paso a nuestro país- tras los fallos en dos de sus centrales energéticas cercanas a Buenos Aires.

El más grave, un problema en la planta nuclear Atucha I, el 21 de septiembre, situada en la costa del Paraná: según voceros de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa operadora de la central atómica, se trataría de fallas "en el intercambiador". Técnicos del sector, en cambio, hablan de filtraciones "en un caño del sistema de refrigeración de la central".

Como sea, Atucha I estará fuera de servicio entre uno y tres meses, dejando de aportar 357 MW de potencia instalada.

El segundo, pocos días antes, ocurrió en la Central Puerto, apostada en Buenos Aires, donde una falla en el transformador de una de sus turbinas menguará su capacidad de generación, restándole al sistema eléctrico trasandino otros 370 MW por otros 90 días.

En suma, entre ambas bajas, Argentina deja de generar poco más de 800 MW, cerca del 7% de la capacidad total nacional.

La alerta "amarilla" obedece a que hacia diciembre, con el aumento de las temperaturas, se incrementa el consumo energético por el alto uso de sistemas de refrigeración industrial y climatización de ambientes. Estos aumentos podrían poner en riesgo el abastecimiento de Buenos Aires, pues puede acercar la demanda energética al máximo histórico.

Según analistas, esta situación redundará en un aumento de los recortes de gas natural argentino hacia Chile en los próximos meses.

En nuestro país, en tanto, expertos coinciden en que esta coyuntura no debería impactar en el corto plazo el suministro de gas natural hacia Chile.

"No obstante, esto viene a confirmar el deterioro de las condiciones energéticas en la región, lo que complica aún más el escenario del año 2007", dice el director ejecutivo de Electroconsultores, Francisco Aguirre.

Según él, hay que atender a la composición de la matriz energética de nuestro país, la que se alimenta en 78% de energía hidráulica, 12% de carbón, 7% de gas natural y 3% de otras fuentes (ver infografía).

Y a medida que nos acercamos a los meses de verano y los embalses de nuestras centrales hidroeléctricas comienzan a bajar, se hace más necesario el aporte de energía térmica, la que es escasa y más costosa.

Otro experto agrega que si hay déficit de aporte térmico y se gastan las reservas de agua podrían confirmarse los peores pronósticos y generarse racionamientos hacia fines de 2007.

En todo caso, los analistas descartan el desabastecimiento de gas natural a nivel residencial. Esto porque existe la Resolución 754 del Ministerio de Economía, la que establece que en casos de dificultad de suministro, el gas que ingrese al sistema se deberá redireccionar hacia los consumidores particulares.

Lo que sí es factible es el aumento de costos en la energía, ya que en casos de contingencia, la generación de electricidad con alternativas al gas argentino es cuatro veces superior a éste.

Además, se agrega que ante el precario escenario argentino, existe una altísima probabilidad que el gobierno trasandino y las empresas proveedoras de gas natural no les renueven los contratos a las distribuidoras chilenas, como expresara hace algunos días el embajador de Chile en ese país, Luis Maira.

Es el caso de Metrogas, cuyo contrato principal vence en 2007 y debe proveer del combustible a sus más de 340 mil clientes residenciales.

Versiones acusan que se ocultó "escape nuclear"

La prensa trasandina ha entregado versiones contradictoras en relación a posibles fugas de material radiactivo.

Clarín consigna que técnicos confirmaron "alguna filtración" hacia los sistemas de refrigeración de la central. Además, que "los técnicos no pueden estar allí más de 10 minutos por el nivel de exposición a la radiación (y luego no pueden ingresar a la central atómica por un año), y deberían usarse robots".

La agencia TotalNews publicó que el viernes 29, el gobierno del Presidente Néstor Kirchner "jamás desmintió las versiones que circulaban en la Casa Rosada que alertaban sobre un pequeño escape en la central nuclear Atucha I, ocasionado por falta de mantenimiento".

MEGAWATTS

Entre ambas centrales, el sistema argentino deja de percibir 800 MW, cerca del 7% de la capacidad total.