La Alianza del Pacífico está empeñada en marcar un ritmo de integración económica que difiere al son proteccionista global entonado por EE.UU. y Reino Unido. El bloque comercial, creado en 2011 para integrar cuatro economías latinoamericanas y fomentar sus relaciones con Asia, dio un nuevo paso adelante tras incluir como Estados asociados a Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur, cuatro países angloparlantes que muestran su compromiso con esta organización que ya conforma el octavo PIB mundial.

El 30 de junio, los cuatro países fundadores de la Alianza del Pacífico –México, Perú, Colombia y Chile– votaron en su XII cumbre a favor de abrirse a estos cuatro miembros para, así, profundizar en su objetivo de fomentar el comercio entre todos los países bañados por el océano más grande del mundo. «Aprobamos la creación de una categoría de nuevos miembros que hemos denominado Estados asociados y permite a la Alianza como bloque negociar acuerdos, por ejemplo, de libre comercio con bloques o con países», dijo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en un evento en el que estuvo respaldado por sus homólogos de Chile, Perú y México.

Proyección global

De todas las iniciativas de integración regional que han surgido en América en la última década, la Alianza del Pacífico se ha convertido en la más efectiva y es vista como la de mayor proyección global. Costa Rica y Panamá llevan cerca de dos años negociando su candidatura para ser miembros oficiales del bloque. Por otro lado, Uruguay también ha pedido ser miembro de pleno derecho, aunque por el momento primero buscará convertirse en un Estado asociado de este bloque engloba las economías más abiertas al libre comercio de América Latina.

Los avances en la integración que lidera la Alianza del Pacífico a nivel regional e internacional contrastan de manera directa con la fuerte retórica proteccionista que se ha instaurado en Washington desde la llegada de Trump a EE.UU., país que tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial ha sido el adalid del libre comercio a nivel global, un papel que esta Administración no tiene interés en interpretar.

El anuncio de que cuatro economías angloparlantes y de peso importante en la economía global serán Estados asociados de la Alianza, se produce un mes y medio antes de que México, Canadá y EE.UU. comiencen a renegociar el día 16 de agosto el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un acuerdo que Trump había prometido poner fin pero que finalmente será revisado para ajustarlo lo máximo posible a los intereses nacionales de cada uno de sus tres miembros.