El aumento de plantaciones particulares ha disparado el tráfico y consumo de marihuana, provocando que de paso se abarate su precio en la calle. Un fenómeno muy presente en España -primer país europeo en consumo e incautaciones de cannabis- del que tampoco escapa el archipiélago balear, donde las fuerzas policiales reconocen que en las últimos años la proliferación masiva de cultivos caseros sobrepasa con mucho los recursos disponibles en vigilancia.

«Nos ha desbordado. Es un fenómeno que se ha desbocado completamente». Antonio Suárez es jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional de Palma. Las aprehensiones en domicilios particulares, explica, pueden rondar las dos por semana. Una denuncia vecinal a causa del potente olor de las plantas suele ser suficiente para desmantelar un cultivo casero que podría generar de cuatro a seis cosechas anuales sin necesidad de grandes conocimientos ni instrumental excesivamente caro. «El olor les acaba delatando», asevera Suárez para reconocer que, no obstante, la abundancia de este tipo de cultivos «hace imposible que podamos estar encima de todos».

Por simple delimitación de las competencias territoriales, la Guardia Civil acostumbra a protagonizar incautaciones de cantidades variables de plantas de cannabis que encuentran en fincas de la Part Forana, en plantaciones que pueden alcanzar grandes dimensiones y que son mayoritariamente de cultivo exterior. Es mucho más habitual que la Policía Nacional intervenga en casos de cultivo interior, en edificios plurifamiliares o unifamiliares de Palma y alrededores.

En opinión de Suárez, la ligereza con la que el código penal trata a las drogas blandas (de uno a tres años por su producción) es un factor que contribuye a apuntalar su omnipresencia en la sociedad. «Está relativamente poco sancionado porque se distingue entre las sustancias que provocan graves daños en la salud y las que no». La pena es de tres a seis años de cárcel en el caso de las conocidas como drogas duras.

En el Informe Europeo sobre Drogas 2017 -elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA)- se constata un aumento de las incautaciones de hierba de cannabis, que desde 2009 superan las de hachís. No obstante, la cantidad de resina incautada es seis veces superior, debido principalmente al tráfico de grandes volúmenes de esta mercancía que la hacen más vulnerable a la interceptación por parte de las autoridades.

Por lo que respecta a los efectos de este fenómeno en auge en relación con el precio, el jefe de la UDYCO asevera que se ha producido un abaratamiento tanto del hachís como de la marihuana, rondando el primero los 6 euros el gramos y los cinco euros la segunda. «Probablemente, el boom de la marihuana de hace unos cuantos años ya hiciera bajar el precio del hachís».

Las nuevas drogas

En el caso de las drogas de síntesis, su irrupción no ha sido tan arrolladora como puede parecer por el eco de productos tan inevitablemente mediáticos como la flakka o la droga caníbal. «Al final las sustancias que más se encuentran son las de toda la vida: cocaína y cannabis sobre todo». Las pequeñas aprehensiones en puntos divergentes son las que indican a las fuerzas policiales la tendencia en cuanto a los productos vectores que marcan la línea en el mercado de la droga.

Suárez también insiste en desmentir el mito de que zonas de ocio nocturno y eminentemente turísticas como Magaluf o Ibiza sean utilizadas como banco de pruebas para los distribuidores de las nuevos productos. «No creo que eso sea exacto. Es cierto que son zonas, sobre todo Ibiza, donde más drogas de recreo se consumen, sobre todo en verano, pero no creo que sea acertado catalogarlo como un laboratorio en el que se testan los efectos de nuevas sustancias sobre la gente, como si fueran conejillos de indias, para ver si tienen salida en el mercado».

Por otro lado, las dificultades para perseguir la ingente cantidad de productos químicos que sirven de ingredientes para la elaboración de estas drogas dificulta significativamente su fiscalización. Muchos de estos ellos cuentan con aplicaciones en la industria química y farmacéutica, lo que lleva a que su comercialización por vías legales y comunes no sea nada raro. Una vez se detecta el uso de determinados ingredientes para confección de estupefacientes se pueden dar -y eso sí, se necesita tiempo- iniciativas legislativas destinadas a restringir su tráfico o a vetarlo directamente.

Sin embargo, se trata de procesos farragosos y dilatados y en cualquier caso nunca es demasiado complicado para la industria de la droga hallar un sustitutivo una vez la ley bloquea uno de esos ingredientes. En 2016 el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías(EMCDDA) contaban hasta 620 sustancias nuevas.

Por otra parte, muchas nuevas sustancias psicoactivas se resguardan bajo un marco de alegalidad que les permite comercializarse libremente vía on line o en tiendas especializadas promocionándose como «euforizantes legales». Más del 70% de las nuevas sustancias detectadas por la UE se ha fabricado en los últimos cinco años.

En consonancia con las cifras que revelan las incautaciones en Baleares, las personas con drogodependencia ingresadas para tratamiento en Proyecto Hombre combaten adicciones a las conocidas como drogas clásicas, con la cocaína en primera posición, aunque también con un número significativo de ingresos por consumo de cannabis.

Lino Salas, presidente hasta el pasado mes de febrero de Proyecto Hombre en Baleares, prefiere la expresión «drogas de laboratorio» para huir de las connotaciones atrayentes de «droga de diseño». «Eso hace que los jóvenes lo perciban como algo positivo, algo guay». A modo de confirmación, y tal y como anualmente se constata en los informes, la edad de consumo continúa bajando. «Había bajado de 16 a 15 años y ahora llega a casi 14 por lo que respecta al inicio del consumo de cannabis», explica Salas.

A la facilidad con la que se introducen estas nuevas en el mercado se ha añadido en los últimos años los nuevos laboratorios caseros. Algo a lo que puede llegar a contribuir -deja Salas para el debate- el éxito de series televisivas sobre el narcotráfico freelance como Breaking Bad, como ocurrió en 2016 con el joven búlgaro cazado en su domicilio de Palma mientras trataba de emular a Heisenberg/Walter White: fabricaba speed -sulfato de anfetamina- y otras drogas de síntesis amparado en su condición de técnico de laboratorio de la UIB. Al final, le cayeron tres años de cárcel. «Es una visión que hace que parezca algo fácil, incluso atractivo».

En cualquier caso, el portavoz de Proyecto Hombre en Baleares asume que la droga es un mercado para el que parece que nunca faltará demanda. «Cuando se produce un excedente de leche simplemente se tira. Con las drogas siempre se crea más mercado».

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EL 'HEISENBERG' DE LA PLAZA DE TOROS DE PALMA

'Breaking Mallorca' fue el nombre con el que la Policía Nacional bautizó la operación tras la que Valeri Z. iría a dar con sus huesos en la cárcel, hace justo un año. Este búlgaro de 29 años se inspiró en la popular serie de televisión Breaking Bad para armar el mayor laboratorio de fabricación de drogas de síntesis que se haya descubierto nunca en Baleares. Se servía de su trabajo como técnico de laboratorio de la UIB para hacerse con los ingredientes que necesitaba, bajo la excusa de usarlos para experimentos contra el cáncer. En realidad, desde su domicilio de la Plaza de Toros de Palma, fabricaba speed y otras drogas que luego distribuía por zonas de ocio como el Paseo Marítimo. El juez le condenó a tres años de cárcel.

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EL MERCADO DE LA DROGA EN EUROPA

• 1. Cannabis: la hierba gana Terreno. Representa el mayor porcentaje (38%) del mercado minorista de drogas ilegales en Europa, donde España lidera el ranking por su condición de puerto de entrada. Marruecos exporta la mayor parte en forma de resina (hachís), aunque ha subido el tráfico desde Albania y Libia. Desde 2009 las incautaciones de hierba han superado a las de resina y se ha detectado un aumento de la potencia (contenido de THC) de ambas debido a la introducción de técnicas de producción intensivas y a la llegada de plantas de alta potencia y de nuevas técnicas de Marruecos. De precios similares ( 8-12 euros el gramo), la resina mantiene mayor potencia que la hierba.
• 2. Heroína: aumenta la pureza. Es el opioide más consumido, con un valor de mercado de 6.800 millones de euros. Europa importa dos tipos de heroína: la marrón -procedente de Afganistán, primer productor ilegal de opio del mundo- y la blanca -procedente del sudeste asiático en un principio pero que ahora llega de Afganistán y países vecinos como Irán o Pakistán-. Se han descubierto laboratorios en República Checa y España, lo que indica que Europa fabrica una pequeña cantidad. Los otros opioideos más incautados son de uso médico, como buprenorfina, tramadol o metadona.
• 3. Cocaína: laboratorios en europa. La mayor parte procede de Bolivia, Colombia yPerú a través de vuelos comerciales, servicio postal, yates o contenedores marítimos. El precio oscila entre los 59 y los 78 euros y el valor en el mercado llega a los 5.700 millones de euros. España sigue siendo el país en el que más cocaína se incauta. En 2015 se detectó un ligero aumento de la pureza, además de la existencia de nuevos laboratorios europeos que producen clorhidrato de cocaína cuando solo había laboratorios de extracción (para separar la droga de los materiales en que se había camuflado para su transporte).
• 4. MDMA: concentraciones mortales. Es un pariente químico de las anfetamina, pero con diferentes efectos. Tras un periodo de baja disponibilidad por falta de ingredientes en los últimos años ha recuperado el vuelo. El aumento de la concentración en pastillas ha llegado a provocar en algunos casos muertes y daños importantes. Su valor de mercado es de unos 700 millones de euros y su precio en la calle oscila entre los 6 y los 10 euros por pastilla. La producción se concentra en Bélgica yPaíses Bajos y se exporta a otras partes del mundo.
• 4. Nuevas drogas: una a la semana. El ritmo de aparición de nuevos psicoactivos en Europa es de uno a la semana y la cifra de sustancias disponibles en el mercado sigue creciendo, con gran parte de la producción procedente de farmacéuticas de China. No son objeto de un control efectivo y normalmente se comercializan como sucedáneos pseudolegales de drogas ilegales, muchas veces de manera abierta en Internet y en tiendas especializadas como euforizantes legales. Más del 70% de las nuevas sustancias se ha fabricado en los últimos cinco años. Destacan los cannabinoides sintéticos, comercializados como sucedáneos legales del cannabis. Representan el mayor grupo de nuevas sustancias vigiladas por el EMCDDA.