Marcelo Odebrecht advierte que su exejecutivo “no puede guardar silencio en un proceso de colaboración”.
La mesa está servida. El próximo martes 27 y miércoles 28,
Jorge Barata responderá a los fiscales peruanos en la sede del Ministerio
Público de Sao Paulo, que allí se llama Procuraduría Regional de la República.
Barata será entrevistado como testigo, advirtió su abogado
Carlos Kauffmann, y en consecuencia no entregará documentos.
En la primera jornada a las 2 de la tarde, 11 de la mañana
hora peruana, el exmandamás de Odebrecht en el Perú recibirá al fiscal de
lavado de activos, Germán Juárez, quien lleva la investigación contra el expresidente
Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia. Ambos se encuentran encarcelados con
prisión preventiva desde hace siete meses. Humala ha negado haber recibido US$
3 millones en efectivo para la campaña del 2011, como lo reconocieron ante la
justicia peruana Barata y su jefe, Marcelo Odebrecht. Juárez llega con un
pliego de 33 preguntas que ya fueron alcanzadas a Barata.
Al día siguiente será el turno de José Domingo Pérez y su
lista de 71 preguntas. El también fiscal de lavado de activos está al frente de
las pesquisas sobre la campaña fujimorista. En el centro de esa historia está
la anotación aparecida en una agenda electrónica de Odebrecht: “Aumentar Keiko para
500 e eu fazer visita”. El ejecutivo brasileño reconoció la autenticidad de
la frase, señaló que su intención era contrapesar la decisión de Lula da Silva
de apoyar a Humala y que los detalles los tenía Barata. ¿Se refiere, en ese
orden de ideas, a un aporte de US$3.5 millones? ¿Podrá obtenerse ahora una
respuesta definitiva?
Durante las diligencias estará presente Orlando Martello,
fiscal de Curitiba, y sus colegas de cooperación judicial internacional con
sede en Brasilia.
A partir de allí la historia se pone más misteriosa.
LA AUSENCIA DE HAMILTON
Según los trascendidos de prensa, el fiscal Pérez
interrogará a Barata también por los casos del expresidente Alan García y el
actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski. Lo que llama la atención es que no
tiene las investigaciones de ninguno de los dos.
El gran ausente en el reparto es el del fiscal Hamilton
Castro, jefe del equipo especial que investiga el caso Lava Jato. Castro está
al frente de una investigación contra Alan García por tráfico de influencias,
relacionada con los US$ 8 millones de coimas que Odebrecht reconoció haber
pagado a funcionarios de su gobierno en los casos de los tramos 1 y 2 de la
Línea 1 del Metro de Lima. El equipo especial también hace las averiguaciones
sobre PPK y los pagos que Odebrecht hizo a su empresa Westfield y
First Capital de su exsocio Gerardo Sepúlveda.
Según la información recabada por CARETAS, el fiscal Castro
no ha visto necesario en este punto volver a interrogar a Barata, con quien
inició el proceso de colaboración eficaz. En lo relacionado a Kuczynski, la
prioridad actual del fiscal Castro consiste en interrogar a Sepúlveda por
videoconferencia desde Santiago. Sepúlveda ya accedió a declarar por las
consultorías que Westfield realizó para Odebrecht. El fiscal envió una carta
rogatoria a las autoridades chilenas para establecer la fecha, que se espera
sería en los próximos días.
PALABRA DE MARCELO
No hay que olvidar que este nuevo interrogatorio a Barata
surge a partir del que el fiscal Pérez le hizo a Marcelo Odebrecht el pasado 9
de noviembre. Allí es que el ex CEO de la constructora sembró quemantes
titulares y derivó los detalles a quien fuera su lugarteniente en Lima.
Sobre el aprista, dijo entonces que “diría que con toda
seguridad, a pesar de que no tenemos información precisa, que nosotros apoyamos
a Alan García… Es Barata quien va a poder, con certeza, ser más preciso en ese
punto”. Aclaró que si bien “con seguridad había un apoyo a su campaña”, no sabía
si fue “directamente a su campaña, a la campaña de los congresistas o a su
partido”.
Odebrecht no hace distingos si se refiere a la campaña del
2006, en la que ganó García, o la del 2011, donde la actual premier Mercedes
Aráoz fue la breve precandidata del partido de la estrella.
Sobre la excandidata de Fuerza Popular sostiene que “no
recuerdo haber estado con Keiko. Tal vez la vi a Keiko en un evento”.
Lo interesante se encuentra en su interpretación de la
anotación de su agenda y su relación con los US$ 3 millones que habría aportado
a la campaña de Humala en el 2011 por órdenes de Lula.
“No sé si hablé con Barata de 500”, declaró, “pero le comenté: si tú crees que
tendrás un riesgo, haz una donación mayor a Keiko y se resuelve”.
Explica que esto ocurre “en la época en que veo la gestión
en Brasil que estaban pidiendo los 3 millones (para Humala). Ella era candidata
contra Humala en la segunda vuelta. De ahí la preocupación de Barata porque
todo el sector empresarial estaba apoyando a Keiko y la percepción era que
Keiko iba a ganar. La verdad, Barata estaba preocupado porque no quería botar
dinero y apostó por una candidata que perdió”.
Allí se requiere que el fiscal aclare la línea de tiempo
porque se supone que la entrega del dinero a la campaña nacionalista se acordó
a fines de 2010, cuando Humala era un colero en las encuestas y no en la
coyuntura de segunda vuelta que menciona Odebrecht.
Como fuera, el brasileño dijo que “es casi seguro que le
dimos una contribución a Keiko a su campaña y al partido”.
Lo interesante se encuentra en su interpretación de la
anotación de su agenda y su relación con los US$ 3 millones que habría aportado
a la campaña de Humala en el 2011 por órdenes de Lula.
“No sé si hablé con Barata de 500”, declaró, “pero le comenté: si tú crees que
tendrás un riesgo, haz una donación mayor a Keiko y se resuelve”.
Explica que esto ocurre “en la época en que veo la gestión
en Brasil que estaban pidiendo los 3 millones (para Humala). Ella era candidata
contra Humala en la segunda vuelta. De ahí la preocupación de Barata porque
todo el sector empresarial estaba apoyando a Keiko y la percepción era que
Keiko iba a ganar. La verdad, Barata estaba preocupado porque no quería botar dinero
y apostó por una candidata que perdió”.
Allí se requiere que el fiscal aclare la línea de tiempo
porque se supone que la entrega del dinero a la campaña nacionalista se acordó
a fines de 2010, cuando Humala era un colero en las encuestas y no en la coyuntura
de segunda vuelta que menciona Odebrecht.
Como fuera, el brasileño dijo que “es casi seguro que le
dimos una contribución a Keiko a su campaña y al partido”.
También apuntó que “lo que me informaron es que en Perú no
era un delito hacer donaciones no contabilizadas”. Al respecto, resulta
interesante que el abogado Arsenio Oré reconociera que, en el 2016, Barata le
pidió un informe sobre si los aportes de campaña constituían lavado de
activos (CARETAS
2471). Oré dio una opinión negativa y el abogado que representó a Keiko
durante el interrogatorio de noviembre a Odebrecht, Edward García, pertenecía
al estudio Oré.
LAS HERIDAS DE PPK
La descripción que Odebrecht hace de la relación de su empresa con Kuczynski
también es muy detallada:
“Yo recuerdo que contratamos a PPK para dar conferencias
para nosotros. No tenía ninguna ilicitud. Era exministro y antes de ser
candidato. Daba una visión económica y política de Perú para los que estaban
llegando”.
Odebrecht dijo que una reunión del consejo del directorio de
la constructora se realizó en Lima y que “PPK hizo una presentación para
nosotros… Imagino que la conferencia no fue dada gratis y que la consultoría
tampoco fue hecha gratis”.
El Presidente no se ha referido a este episodio.
Resulta igualmente importante la relación de tensión que
describe entre Odebrecht y Kuczynski, particularmente con la Interoceánica Sur,
por cuya licitación el expresidente Alejandro Toledo habría recibido US$ 20
millones de coima:
“El proceso de IIRSA fue muy complicado para viabilizarlo.
Existía mucha interacción de Proinversión que, si no me falla la memoria,
estaba ligada a PPK… Y Toledo siempre decía: voy a hablar con PPK. Y era famoso
el bache que había entre Toledo en querer hacer el proyecto; y PPK y
Proinversión. Era un bache muy grande. Toledo, como político, quería
desarrollar el proyecto… En esa discusión legítima, PPK estaba en una punta, y
Toledo en la otra. Era un político contra un financista. Inclusive la relación
(de PPK) con Barata en la época era muy desgastante. Eso Barata lo va a poder
calificar mejor. Mi percepción es que la contratación de PPK como consultor fue
una manera de curar las heridas”.
Cuando el fiscal pregunta si “¿Pedro Pablo Kuczynski siendo
ministro gestionó los intereses de Odebrecht para la consecución del proyecto
que finalmente se adjudicó?”, Odebrecht responde que “creo que fue lo
contrario. Como ministro fue la mayor piedra en el zapato que tuvimos”.
En otras circunstancias, sería claramente un punto a favor del Presidente. Pero
lo que queda por aclarar es si los contratos que posteriormente ganó Westfield,
con la rúbrica de Sepúlveda, fueron la lucrativa forma de “curar heridas”.