Estados Unidos se dispone a superar el umbral de los 300 millones de habitantes y a consolidarse como el tercer país más poblado del planeta, por detrás –a mucha distancia– de China e India. La vitalidad demográfica de la principal superpotencia contrasta con el estancamiento o el declive de Europa, Rusia y Japón. El fuerte crecimiento norteamericano descansa sobre dos pilares: la inmigración y una tasa de fertilidad inusualmente alta entre los países industrializados (2,1 hijos por mujer). No es desdeñable un componente psicológico para explicar este fenómeno, pues Estados Unidos ha sido, desde su origen, un país optimista y de mentalidad expansiva.

Según la Oficina del Censo estadounidense, la cota de los 300 millones se alcanzará a las 7.46 de la mañana (hora de la costa este) del martes 17 de octubre. Se trata de una  estimación basada en el último censo real, del año 2000, y un cálculo matemático que tiene en cuenta estas variables: cada 7 segundos se produce un nacimiento, cada 13 segundos una muerte y cada 31 segundos llega un nuevo inmigrante. El resultado neto es que la población aumenta en una persona cada 11 segundos. "Hoy Estados Unidos es un país más poblado, más educado y más proclive que nunca a habitar en áreas metropolitanas; la cifra de 300 millones es una oportunidad para hacer una pausa y reflexionar", afirmó Charles Kincannon, director de la Oficina del Censo, en una conferencia organizada por la Universidad de Virginia. "Cuando llegamos a los 100 millones, fue una celebración del poder de Estados Unidos en el mundo; cuando llegamos a los 200 millones estábamos solidificando nuestra posición; pero con 300 millones empezamos a vernos aplastados bajo el peso de la degradación de nuestro propio sistema de vida", declaró el profesor Dowell Myers, de la Universidad del Sur de California, a The Washington Post.

ENTREVISTA a William H. Frey, profesor de Demografía de la Universidad de Michigan

"Debemos asegurar que los inmigrantes se educan bien y entran en la clase media"

William H. Frey, profesor de Demografía en la Universidad de Michigan y miembro visitante de la Brookings Institution, el prestigioso think tank centrista en Washington, piensa que el vigor demográfico y la fuerte inmigración son una gran oportunidad para Estados Unidos en la economía globalizada. En una entrevista concedida a La Vanguardia,Frey insistió en que la clave del éxito es una buena educación para moverse en una economía basada en el conocimiento.

- ¿Cuáles son los mayores desafíos de llegar a los 300 millones de habitantes? ¿Estamos hablando de aspectos medioambientales, económicos o políticos?

- El principal desafío con que nos encontramos es incorporar a los nuevos estadounidenses en nuestra población. La mayor parte de este crecimiento es debido a la inmigración. En principio, los inmigrantes son buenos para nuestro país: rejuvenecen la fuerza laboral y diversifican a la población en la economía global. Pero debemos asegurar que reciban el tipo de educación que necesitan para entrar en la clase media y disponer de oportunidades. Si podemos lograr este tipo de incorporación económica, seremos una economía muy fuerte.

- ¿Es optimista en el terreno educativo? ¿Considera que se está haciendo lo correcto?

- Debemos hacerlo mejor en el futuro. Aquí en Estados Unidos vamos a tener mucha experimentación nueva con la política de inmigración en este siglo. Es bueno tener inmigración, pero debemos pensar mejor qué tipo de gente debemos traer en términos de sus capacidades, de cómo adaptarlos a la economía. Cuando ya estén aquí debemos asegurar que sus hijos reciban la educación adecuada, que puedan tener éxito integrándose en una economía nacional basada en el conocimiento.

- ¿Y las consecuencias medioambientales?

- No creo que eso sea un gran problema. El problema no es tanto el número de personas que llegan como su forma de consumir, la manera inteligente en que desarrollamos el territorio, que usemos fuentes alternativas de energía, que podamos asumir el crecimiento de manera inteligente. También pienso que en el futuro dispondremos de innovaciones tecnológicas, como siempre las hemos tenido, que nos ayudarán a resolver todo el problema de los recursos.

- ¿Piensa que este gran crecimiento demográfico garantiza que Estados Unidos se mantendrá en el futuro como la principal superpotencia?

- Lo que nos hace es ser un protagonista en la economía global. El hecho de que venga mucha gente de otros países, tantos hijos de inmigrantes, significa que nos ayuda a establecer conexiones con esos países en una economía que será más interdependiente. Nose trata de que Estados Unidos dominen. Se trata de que Estados Unidos sea un actor principal en asociaciones y relaciones con otros países, porque ésa es la naturaleza de nuestra economía. Es una economía global.

- ¿Cuáles son las consecuencias políticas de este crecimiento?

- En Estados Unidos tenemos ahora los estados rojos (republicanos) y los azules (demócratas), los conservadores y los liberales. Lo que ocurrirá es que algunas partes del país crecerán con rapidez y otras estarán en declive. Los que crecerán serán los de población más joven, con más inmigrantes. Los de declive tendrán población de más edad. La América vieja estará más preocupada por cuestiones de la tercera edad, de la Seguridad Social, del seguro médico. La América joven estará más preocupada por cuestiones de los niños, de los jóvenes. Esa fractura será más importante que la de conservadores contra liberales.

- ¿Y los hispanos?

- La población hispana será una gran parte de la América joven, en los estados del sudoeste y sudeste, en grandes ciudades, y no tanto en el medio oeste y el nordeste.

- La distribución de crecimiento no es muy equilibrada. ¿Le preocupa?

- Sí, es un problema. Debemos tomar medidas para evitar el crecimiento horizontal descontrolado en esas áreas de fuerte crecimiento. Sucederá cuando agotemos los recursos. Y entonces empezaremos a repoblar partes del país que ahora están en declive.