Ni en los peores años de la crisis hubo una agresión tan brutal a un cargo tan importante. Hay una conexión entre la paliza al alcalde de Salónica y el tiroteo en una escuela de Texas.
¿Qué tienen en común la última matanza en Santa Fe (Texas) (viernes 18 de mayo),
y la paliza que recibió el alcalde de Salónica, Yiannis Boutaris,
hace apenas dos días (sábado 19 de mayo)? Nada, aparentemente, además de la violencia. Sin embargo,
los dos sucesos son síntomas de una ideología extremista y nacionalista que se extiende por
igual a ambos lados del Atlántico. Los dos hechos fueron perpetrados por griegos
conectados con el nacionalismo radical.
El joven Dimitrios Pagourtzis,
de apenas 17 años, entró en la escuela texana con una escopeta
cargada y preparada para matar sin compasión. Mientras miraba a uno de los
estudiantes, le dijo “te voy a matar” antes de dispararle. Pagourtzis
había dado ya señales de su tendencia violenta: había colgado en varias
ocasiones fotos de pistolas en Instagram o simbología nazi en Facebook.
Y según las primeras indagaciones de los
medios estadounidenses en la vida de sus padres, la historia se parece a la
película 'American History X', en la que el discurso de odio que se explica en
la mesa del salón acaba convertido en un alegato violento y directamente
nazi. Dimitrios pudo haber llevado a la práctica una ideología que ya estaba latente en su casa.
El padre de Dimitris, Antonis, es un
ferviente seguidor de Fox News y de la Asociación Nacional del Rifle(NRA), y como tal tenía
en su casa varias armas... armas que empuñó su hijo para perpetrar la matanza.
En su página de Facebook ha quedado recogido que, aparte de páginas sobre
cultura y ciudades griegas, no hay muchas más en las que haya puesto “me
gusta”. Una de ellas es la de Dana Loesch, la portavoz de la NRA
que saltó a la fama por su papel de abogada del diablo tras la matanza
de Parkland.
La madre, que según sus redes sociales
es una ferviente ortodoxa, usó en uno de sus posts “Make America Great Again,
Go to church and worship God” (Haz América grande de nuevo, ve a la iglesia
y adora a Dios). Antonis emigró a Estados Unidos hace más de una década -su
hijo nació ya en Estados Unidos-, es marinero de profesión y procede de la
localidad norteña de Magoulitsa, lugar donde todavía mantiene lazos y donde la
gente que lo conoce asegura que es una persona normal, al igual que su hijo. No
les relacionan con la violencia.
Cuando la televisión griega consiguió
contactar con él aseguró que “no estaba al tanto de que algo le pasaba (a su
hijo)” y dice que el día anterior al tiroteo estaba normal. No obstante,
sospecha que la razón por la que apretó el gatillo fue por algo que pasó hace
una semana. “¿Alguien se burló de él? Era un chico muy fuerte”,
declaraba. Antonis pedía perdón.
Los tentáculos de los nazis griegos
en EEUU
El activista estadounidense Tariq
Nasheed es el autor
de la conexión
inesperada entre los dos lados del Atlántico. Nasheed resaltaba el parecido de
la simbología del grupo terrorista neonazi "Atomwaffen" con
el de Amanecer Dorado, el círculo de laurel que rodea el
escudo de ambos grupos. Attomwaffen tiene su base de operaciones en Florida,
aunque también tiene miembros en Texas y en Montana. Este grupo, según los
analistas demasiado extremista incluso para la 'alt-right', opera bajo el radar
del 'mainstream' como tantos otros grupúsculos de extrema derecha, que
además ahora sufren menos presión por el auge del racismo
desde que Donald Trump llegó al poder.
Bajo el radar operan precisamente las
ramas de Amanecer Dorado en Estados Unidos, donde viven entre 1,3 y 3
millones de griegos y estadounidenses de origen griego. Allí tienen tres
“divisiones” abiertas entre 2012 y 2013: Nueva York, Los
Ángeles y otra llamada de los Estados del Oeste. Nada más
comenzar sus actividades en las nuevas sucursales recibieron el apoyo del
Partido Nazi Americano, el Movimiento Nacionalsocialista, y de Craig Cobb,
un supremacista que trata de construir una nación
paralela caracterizada por la pureza aria.
La rama de Nueva York, la más antigua,
es también la más activa en internet, y sus miembros se mezclan sin rubor con
otros griegos en fiestas como la conmemoración de la Independencia de
Grecia, día en el que se celebran desfiles folclóricos que recorren
Manhattan de norte a sur. La comunidad grecoamericana, cuyos representante
rechazan esta ideología, tiene difícil evitar el caldo de cultivo que
son los Estados Unidos de hoy para la extrema derecha europea.
Los neonazis salen de sus cuevas,
alimentados por sus iguales de otros países, y cada vez van más lejos. El
domingo, el alcalde de Salónica, de 75 años, fue agredido,
con diversas patadas en la cabeza, en un acto de conmemoración del
genocidio de los griegos pónticos, acaecido durante la Primera Guerra Mundial,
y que tiene muchas similitudes con el armenio en métodos y perpetradores, las
autoridades otomanas. Ni en los peores años de la crisis se había visto
una agresión tan brutal a un cargo tan importante.
Tras ver las decenas de vídeos que
circulan por internet, el ataque parece claramente coordinado. Decenas de
jóvenes de estética no claramente neonazi, pero cercana a la que utilizan los
radicales de extrema derecha en Grecia: mucho pelo rapado, muchas horas de
gimnasio bajo polos negros de una talla inferior a la propia. Sorprende que los
únicos que defienden al alcalde Boutaris, conocido por sus visiones
antinacionalistas y en muchos casos laicas -una rareza-, son sus
guardaespaldas, ya que no hay ni un solo policía.
Tras lanzarle decenas de botellas,
Boutaris consigue llegar a su coche, que es golpeado por varios agresores más.
“Fue una pesadilla”, declaró el alcalde a un medio griego, “había varias
personas que me atacaron. Me pegaron por todas partes”. Pasó la noche en el
hospital.
Tanto el Gobierno, que definió a los
agresores como “abusones de extrema derecha que pagarán por sus actos”, y el
principal partido de la oposición, Nueva Democracia, que pidió que sean
“arrestados inmediatamente”, están haciendo poco para evitar la normalización
de la extrema derecha en Grecia. A pesar de los ataques y a pesar de que sus
diputados están suspendidos, el partido Amanecer Dorado sigue instalado
cómodamente en la tercera posición en las encuestas. Mientras, para
conspicua vergüenza del sistema judicial griego, los que asesinaron al rapero
Pavlos Fyssas hace cinco años siguen sin ser procesados.