El aparato, que realizaba el vuelo MH17 entre Ámsterdam y Kuala Lumpur y llevaba a bordo a 298 personas, se estrelló en la región de Donetsk, en un área bajo control de las fuerzas separatistas. Todos los ocupantes del avión perecieron. El disparo se efectuó desde zona rebelde.

En nombre del JIT habló el jefe de detectives de la Policía holandesa, Wilbert Paulissen, quien aseguró que se ha podido concluir que la lanzadera pertenecía a las Fuerzas Armadas rusas gracias a multitud de testimonios, fotos, vídeos y otras pruebas. El vehículo, según Paulissen, llegó al este de Ucrania desde Kursk y allí regresó inmediatamente después de que estallara el escándalo internacional por el derribo del avión.

El jefe de la dotación de la lanzadera sería uno de los identificados, según aseguraban recientemente algunos medios de comunicación rusos. Moscú, sin embargo, siempre ha negado su implicación en la catástrofe. El Ministerio de Defensa ruso ha vuelto a reiterar hoy que nunca fue enviada a Ucrania ninguna lanzadera "Buk".

El JIT ya determinó en 2015 que el Boeing 777 malasio se vino abajo como consecuencia de la explosión, junto a la cabina de los pilotos, de un cohete de fabricación rusa disparado por una lanzadera «Buk», también rusa.

Los familiares de las víctimas pretenden poner ante la Justicia a los responsables de la muerte de los 298 personas que viajaban en el avión, pero Rusia ha bloqueado la creación de un tribunal internacional bajo auspicio de la ONU que se ocupe del caso y juzgue a quien corresponda. Por eso, la idea es que sea la Justicia holandesa la que enjuicie a los implicados. Los países que más víctimas sufrieron fueron Holanda (192), Malasia (44) y Australia (27), pero en aquel fatal incidente perecieron personas de otros siete estados más.