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25/08/2018 | La lista que roba el futuro en la India

Victor M. Olazabal

Cuatro millones de ciudadanos podrían ser deportados por las autoridades

 

Miedo a ser apátrida de la noche a la mañana. Miedo a ser llevado a un campo de detención. Miedo a ser deportado. Miedo a una solución desconocida. La minoría musulmana residente en el estado de Assam, al noreste de India, teme ser el objetivo de una operación que busca expulsar del país a los inmigrantes que viven en aquella región de forma ilegal. Las autoridades quieren clarificar quién merece la ciudadanía india y quién no. Una lista con millones de nombres tiene la respuesta.

Después de que el gobierno de Assam, un estado con 33 millones de habitantes que colinda con Bután y Bangladesh, publicara el borrador final de una lista que aprueba la identidad de sus residentes, crece la intranquilidad entre quienes no aparecen en ella. Y la fecha límite para entrar en la lista se acerca. 29 millones de nombres han recibido el visto bueno, pero los cuatro restantes, por ahora excluidos,pueden perder sus derechos de ciudadanía; tienen hasta septiembre para reclamarlos presentando documentos que demuestren que ellos o sus predecesores tienen raíces autóctonas previas a marzo de 1971. "Ningún ciudadano indio genuino debe de tener miedo", apuntó el registrador general.

La frontera de 4.000 kilómetros entre India y Bangladesh, una línea antaño borrosa y ahora vallada con alambre de espino, ha sido escenario de migraciones durante siglos. A partir de 1971 cientos de miles de bangladesíes cruzaron la linde huyendo de una cruenta guerra en la que el país del Golfo de Bengala se separó de Pakistán. Muchos se asentaron en Assam, pero allí se han ido encendiendoconstantes tensiones entre nativos y foráneos por motivos religiosos, étnicos o laborales o por disputas sobre la propiedad de la tierra. El peor episodio se vivió en 1983, cuando un pogromo en aldeas de inmigrantes musulmanes dejó al menos 2.000 muertos a golpe de machete. Desde entonces la población local, de mayoría hindú, achaca el crecimiento de la comunidad musulmana a la llegada persistente de extranjeros sin documentos.

El proceso de revisar los antecedentes de todos los residentes de Assam empezó hace varios años y cuenta con la supervisión del Tribunal Supremo. En diciembre se publicó un primer borrador que ya hizo saltar las alarmas entre las minorías, temerosas de acabar en alguno de los seis campos de detención construidos para gestionar la deportación de quienes sean considerados ilegales. En la actualidad hay un millar de personas encerradas en esos centros.

"Aunque nos han dicho que podemos presentar [las pruebas] otra vez, estamos preocupados por nuestro futuro", dijo a Reuters Nur Banu, una mujer de 45 años que no encontró en la lista a ninguno de sus seis familiares. En el último año se han documentado varios suicidios de individuos que no vieron su nombre en los borradores provisionales. Se han dado también casos de familias divididas: hijos que aparecen en listados en los que no están sus padres.

El problema básico de muchos de ellos es que no conservan documentos tan antiguos o sólo poseen escritos a mano. No tienen forma de demostrar su origen, algo que podría ocurrirle a ciudadanos indios a lo largo y ancho de un país donde los registros oficiales, las pruebas de identidad y los censos son cuestionables. También los índices de analfabetismo.

"Haber nacido en India no te convierte en ciudadano indio. Esa gente puede ser expulsada si no prueba que ha estado aquí durante generaciones", afirma a EL MUNDO el analista Abhijit Iyer-Mitra. El experto del Instituto de Estudios de Paz y Conflicto cree que este asunto es "una amenaza muy seria" porque se está dando la vuelta a un principio básico: "Ahora el acusado es culpable desde el principio y debe probar su inocencia, esto traerá consecuencias muy dramáticas en Assam".

El ministro del Interior, Rajnath Singh, del partido hinduista BJP, pide que no se desate un "pánico innecesario" porque ha ordenado que no se realicen deportaciones basadas en la última lista publicada. Su colega de formación y jefe de gobierno de Assam, Sarbananda Sonowal, ha asegurado que ninguno de los cuatro millones de excluidos será enviado a un campo de detención. Pero el mismo Sonowal en enero ya adelantó que las personas que no figuren en la lista definitiva, prevista para finales de año, perderán sus derechos constitucionales. El responsable de finanzas de su gabinete añadió, por si había dudas, que "todos aquellos cuyos nombres no figuren en la lista tendrán que ser deportados".

Las organizaciones de derechos humanos denuncian los paralelismos que existen entre el proceso que vive Assam y la negación a la ciudadanía que sufrieron los rohingyas en Birmania en 1982. Human Rights Watch y Amnistía Internacional han mostrado además su preocupación ante posibles detenciones arbitrarias y ante la creación masiva de personas apátridas que difícilmente podrán ser deportadas a Bangladesh, país que no las reconoce.

El investigador Niranjan Sahoo, especializado en políticas públicas y exclusión social, cree que este es un problema "muy politizado" que el BJP usa con fines electorales, que podría agravarse si prospera una enmienda a la ley nacional de ciudadanía. La reforma, aún por aprobarse, tiene el objetivo de diferenciar qué migrantes pueden llegar a ser ciudadanos indios según la religión que profesen: pretende aceptar a las minorías religiosas que sean perseguidas en sus países de origen, siempre que no sean comunidades musulmanas. "Es una idea muy discriminatoria que espero que acabe tumbando el Tribunal Supremo", afirma Sahoo a este diario.


El Mundo (España)

 



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