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18/11/2018 | Europa - Entrevista a Lorenzo Vidino: Hemos cometido errores. Se ven más niqabs en Europa que en las calles de Marruecos

Ángel Martinez

Lorenzo Vidino: Más de 15 años investigando el islamismo en Europa y EEUU avalan la visión de Lorenzo Vidino sobre una cuestión clave de nuestro tiempo: el avance del islam político en Occidente.La mayoría de líderes salafistas en Cataluña pertenecen a la corriente saudí, una corriente que es muy problemática pero que no es violenta.

 

Más de 15 años investigando el islamismo en Europa y EEUU y las dinámicas de reclutamiento de la yihad avalan la visión de Lorenzo Vidino sobre una de las grandes cuestiones de nuestro tiempo: el avance del islam político en Occidente y la integración de las comunidades musulmanas. Director del Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington, Vidino (Milán, 1977) ha estudiado la evolución del salafismo en Cataluña o las actividades de las organizaciones islamistas en el Viejo Continente. Autor entre otras obras de 'La nueva Hermandad Musulmana en Occidente', sus 'recetas' para evitar la radicalización son un gancho directo a ciertos axiomas: "no todo es integración socio-económica" o "el error fue permitir actitudes radicales". Con motivo de su participación en el seminario "Radicalización, terrorismo y prisiones", organizado por el Real Instituto Elcano, El Confidencial analiza con Vidino las claves de un fenomeno que ha provocado un giro en el escenario político europeo.

PREGUNTA. ¿Podemos afirmar que el islam político se está extendiendo por Europa?

RESPUESTA. Depende de lo que entendamos por islam político. Generalmente lo divido en tres categorías: el yihadismo, el salafismo, que busca aislarse de la sociedad, y los Hermanos Musulmanes, que participan en la sociedad. La primera, el yihadismo que vimos entre 2012 y 2017, creció mucho más de lo que los expertos pronosticaron, con el "Califato" y los grandes atentados, pero ha estado relativamente tranquilo en el último año.

La segunda, el salafismo, ha crecido bastante en varios estados europeos, como Alemania, Austria, los países escandinavos. No es necesariamente violento pero es justo decir que todos ellos tienen un mensaje de rechazo a la sociedad occidental. El salafismo es problemático cuando llegas a la cuestión de la cohesión social, a los derechos de la mujer, de los homosexuales, a la idea de libertad religiosa…

En cuanto a los Hermanos Musulmanes, no necesariamente debemos hablar de un crecimiento, cada país tiene una experiencia diferente, pero han sido capaces de crear estructuras en muchos estados occidentales que no son vistas por mucha gente como la hermandad musulmana, operan bajo nombres diferentes, crean muchas organizaciones encubiertas bajo nombres como Organización Musulmana de Gran Bretaña. No son muchos, pero están muy bien organizados.

P. ¿Quiénes son los principales financiadores del islamismo en Occidente?

R. El salafismo tiene diferentes corrientes, no tiene un liderazgo unificado. Hay una rama muy cercana a Arabia Saudí y controlada en gran medida por los saudíes. Por un lado, ese control es muy problemático porque son receptores de enormes cantidades de dinero y, por otro, diría que la corriente saudí del salafismo, durante los últimos años, no ha participado en actos violentos.

Cataluña es el ejemplo, si ves la cifra de “foreign fighters” (combatientes que se unen a Daesh) la inmensa mayoría no procede de las comunidades salafistas. ¿Por qué? Porque la mayoría de las mezquitas y los líderes salafistas en Cataluñapertenecen a la corriente saudí, una corriente que es muy problemática pero que no es violenta.

En cuanto a los Hermanos Musulmanes, la financiación procede de Egipto y Oriente Medio en general, de individuos que tienen un pasado en la Hermandad pero que han ido por otras rutas.

P. La islamofobia está en auge y la mejor prueba son los éxitos electorales de partidos políticos que han convertido la cuestión en un punto principal en sus programas. Parte de la ciudadanía cree imposible la integración de las comunidades musulmanas en Occidente y, dado que el islam europeo se ha radicalizado por el avance del salafismo y otras corrientes, ¿cree posible dicha intengración?

R. Es una cuestión muy compleja. Creo que hemos cometido muchos errores, pero debo destacar dos grandes fallos: muchas sociedades europeas han tolerado actividades que promueven la radicalización. Es algo muy difícil para las sociedades libres, que creen en la libertad de expresión y en las que dicha libertad de palabra está protegida constitucionalmente, y es comprensible, pero hay cosas que se podrían haber hecho, como cortar las redes de financiación procedentes de ciertos países. Llevo estudiando el fenómeno casi 20 años y desde el primer día se hablaba del problema de la financiación extranjera de las mezquitas… seguimos en la misma página.

La cuestión es que en la batalla por los corazones y mentes de las comunidades musulmanas en Occidente han aparecido voces más radicales. Por ejemplo, las comunidades marroquíes están más radicalizadas aquí que en Marruecos, hay más mujeres que llevan el niqab aquí que en las calles de Marruecos. ¿Por qué? Porque Marruecos utiliza ciertas herramientas (contra el islamismo) que no serían aceptables en un país europeo. Y estas no deberían ser aceptables pero tampoco deberíamos tolerar las actividades de agentes radicalizadores que llevan actuando desde hace décadas. Sin sobrepasar los límites que impone una sociedad democrática se podrían haber tomado medidas, prestar más atención, aprobar leyes para prohibir la financiación extranjera.

En segundo lugar, hay una cierta debilidad en las sociedades europeas respecto a ciertos valores. Parte de la integración supone aceptar dichos valores y creo que EEUU, que tiene mucha más experiencia en recibir inmigración musulmana, ha sido mucho más firme a la hora de no aceptar algunas prácticas y defender valores propios del país.

P. El perfil del 'foreign fighter' europeo que se une a Daesh es un inmigrante de segunda o tercera generación, educado en una familia musulmana pero generalmente sin un background religioso… ¿cómo podemos combatir la radicalización de estas personas? ¿cómo pueden nuestros gobiernos mejorar las políticas públicas de respuesta a este fenómeno?

R. No estoy necesariamente convencido de que sea solo una cuestión de integración, de integración socio-económica, hay que hacer más investigación psicológica. Alrededor de un 25% de los “foreign fighters” son (musulmanes) conversos. Es una cuestión de pertenencia, de sentir que uno forma parte de la sociedad y para las personas que padece una lucha interna por su identidad, que se preguntan si son españoles o marroquíes, el yihadismo se ha convertido en una ideología atractiva. De una forma u otra, atrae a personas que no se sienten integradas en la sociedad. Puedes tener un buen trabajo, una buena familia... pero los mecanismo de las redes yihadistas funcionan. Tenemos que trabajar ese sentimiento de pertenencia al país, a la sociedad en la que viven.

No obstante, debo decir que hay una mejoría en muchos países europeos en esta cuestión, en las políticas y las medidas de lucha contra esa captación por parte de las redes yihadistas.

P. ¿Cómo funcionan los sistemas de reclutamiento en la actualidad? ¿Cuál es la diferencia entre las estrategias de captación de Al Qaeda y de Daesh?

R. Daesh es mucho más abierto, cualquiera que lo desee puede unirse al grupo. Al Qaeda era un 'club' mucho más exclusivo. Pero en el caso del Estado Islámico, cualquiera puede ser un soldado del "Califato". Por otra parte, Al Qaeda no utilizaba las redes sociales ni disponía, hace una década, de la misma tecnología. De todas formas debo destacar que Al Qaeda sigue siendo un grupo muy activo con seguidores por todo el planeta.

P. En el verano de 2015 Occidente sufrió una cadena de atentado sin precedentes… casi uno por semana… ¿estamos ahora en un mejor momento? ¿qué ha cambiado?

R. Se debe a una combinación de factores. En esa época Daesh tenía la capacidad de movilizar a muchas personas porque había creado una amplia red en Europa, su propaganda era muy efectiva y a ello se sumaba un efecto imitación. Las agencias de Inteligencia han mejorado en la lucha contra el yihadismo, han aprendido, han aumentado la coordinación entre estados y el intercambio de información.

P. Dado que Arabia Saudí controla o financia las grandes mezquitas de Occidente y, por lo tanto, es responsable de la expansión del salafismo y el auge del wahabismo, ¿no debería rendir cuentas? ¿no deberíamos exigir su cooperación en la lucha contra el islamismo radical?.

R. He visto algunas señales genuinas de que los saudíes son conscientes del problema. Parte de los líderes más jóvenes entienden que el islamismo es problemático y, aunque se enfrentan al conservadurismo del estamento religioso, creo que hay espacio para presionar.

https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-11-15/islam-occidente-isis-salafismo-arabia-saudi_1647206/


El Confidencial (España)

 



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