Esta hubiera sido una oportunidad idónea para que la Casa Blanca pusiera coto a esas aspiraciones: al fin y al cabo Riad ha participado, de una forma u otra, en el asesinato en su propio consulado en Turquíade un disidente que residía en Washington y trabajaba para un diario estadounidense. Trump, sin embargo, ha preferido conformarse con una leve ronda de sanciones financieras y la rescisión de 21 visados.