De los ocho candidatos demócratas que ya han anunciado que le disputarán la presidencia de Estados Unidos a Donald Trump en 2020, Kamala Harris es la que más interés está suscitando por una razón: no sólo es mujer e hija de inmigrantes jamaicanos e indios, sino que además, como fiscal general de California tiene en su historial el haber sido especialmente dura en materia de lucha contra la criminalidad.

Harris anunció el lunes que se presenta a las primarias demócratas —que comienzan en un año— aprovechando que se celebraba el día de recuerdo de Martin Luther King, líder de los derechos civiles. A sus 54 años es senadora por California desde 2016 y fue el azote del juez Brett Kavanaugh en el proceso de confirmación de este para el Tribunal Supremo, haciéndole las preguntas más duras sobre las acusaciones de agresión sexual en su contra.

Harris hizo el anuncio en el programa Good Morning America, el más visto de la franja matutina en las televisiones generalistas. Dijo en él que en su candidatura tratará de defender «los valores americanos», en una enmienda implícita a la presidencia de Trump. Debe vencer sin embargo un obstáculo: según una encuesta de CNN un 51% de los norteamericanos no ha oído nunca hablar de ella.

La senadora, que se identifica como afroamericana, se opone a la construcción del muro con México y en 2014 tuvo que lidiar, en calidad de fiscal general de California, con la llegada a la frontera de miles de niños centroamericanos sin papeles que solicitaban asilo. Apoya la concesión de ciudadanía a todos los ‹sin papeles› que llegaron a EE.UU. de niños.

La candidata viene del mundo judicial: fue fiscal en San Francisco entre 2004 y 2011 y fiscal general (consejera de Justicia) de California entre 2011 y 2016. En aquellos años fue especialmente dura en la lucha contra la criminalidad: defendió que los presos cumplieran sus sentencias completas; contradijo a un juez que trató de anular la pena de muerte; siempre intentó proteger a los agentes ante el incremento de acusaciones de brutalidad policial, y se resistió a obligarles que llevaran cámara en el pecho para grabar todos sus movimientos.

Harris, que como es habitual entre los candidatos acaba de publicar una autobiografía, asegura que esa dureza era resultado de su cargo, y que en realidad está a favor de que se reforme el código penal. Para ganar la nominación debe girar a la izquierda, pero su experiencia centrista le podría venir bien si se tuviera que medir con el candidato republicano en 2020.