El banco abandonará la parte de negocio de mediación en bolsa y 'trading', aunque mantendrá un pequeño departamento para mercados de capital. También recortará su sección de renta fija, tradicionalmente visto como una de sus especialidades. En total, el banco planea reducir la cantidad de activos calificados de riesgo en sus operaciones comerciales en alrededor de un 40%.

Se creará, asimismo, un "banco malo", destinado a gestionar la liquidación de activos de su banco de inversión, que contaba a 31 de diciembre con 74.000 millones de euros en activos de riesgo y 288.000 millones con exposición al apalancamiento.

La banca corporativa, el cambio de divisas, los mercados de capital y deuda, gestión de fusiones y adquisiciones, banca privada y gestión de activos serán las nuevas prioridades del Deutsche Bank. El banco calcula que la reestructuración le costará 7.400 millones de euros hasta finales de 2022 (3.000 millones solo en el segundo trimestre de este año) y que provocará este año una pérdida neta de 2.800 millones de euros.. Un coste que dice poder asumir, pero por los que renuncia a repartir dividendos al menos este año y el próximo. Con las medidas, planea reducir sus gastos anuales en 17.000 millones para ese año, mejorando su rentabilidad.

Deutsche Bank, que el año pasado ya suprimió 6.000 empleos, explicó que quería reducir sus costos en 6.000 millones de euros anuales. Para el año en su conjunto, Deutsche Bank debería, con toda probabilidad, volver a concluir en rojo, luego de una pequeña ganancia en 2018, que fue antecedida por tres años consecutivos de pérdidas.