Claves de la seguridad. El lector podrá encontrar más artículos del señor Corbat en sus dos blogs: plumaderecha.blogspot.com y unliberalquenohabladeeconomia.blogspot.
Un chiste de la Guerra Fría decía que cuando nevaba en
Moscú los marxistas tiritaban en Buenos Aires. Aquella historia que pareció
concluir con la caída del Muro de Berlín y el colapso de la URSS conserva su
gracia, porque por desgracia todavía queda Cuba, y los comunistas en Argentina
ahora sienten frío o calor según como regule su aire acondicionado el embajador
de la tiranía castrista Orestes Pérez.
Es evidente que además de la representación diplomática
de la dictadura, Orestes Pérez oficia como director de orquesta de la izquierda
vernácula, violentando en ello la prohibición de intervenir en la política
interna de nuestro país.
Así es como aparecen vinculados a la embajada cubana
buena parte de los actores de la conflictividad social y política local. Y no
es algo oculto, pasa a vista de todos, como cuando a la muerte de Fidel Castro
los sindicalistas Roberto Baradel, Silvia Alesso y Hugo Yaski dieron fe
irrefutable de su condición de comunistas comprometidos con la revolución. ¿Y
alguien puede creer que habiendo dando testimonio de su compromiso con la
dictadura comunista que oprime a Cuba, donde no hay educación sino
adoctrinamiento totalitario, puedan luchar en la Argentina por una educación
democrática? Su lucha no es por la dignidad docente, sino por esa mal llamada
revolución que es la tiranía castrista.
LOS SATELITES
Cuenta la embajada cubana con numerosos y reputados
satélites, entre otros el Partido Comunista, la Federación Juvenil Comunista,
Quebracho, la CTA, y desde luego las organizaciones de derechos humanos, cuyo
real lamento es por la derrota militar de los esbirros de la dictadura
castrista. De hecho, cada una de las organizaciones que el 24 de Marzo de 2017
se concentró en la Plaza de Mayo para reivindicar abiertamente el accionar
violento de las organizaciones terroristas de los años 70"s, Montoneros y
ERP principalmente, tiene alguna conexión de subordinación a Cuba. Por lo que
conviene recordar todo el tiempo lo que supo acreditar Juan Bautista Yofre:
"Fue Cuba"; y lo sigue siendo.
Lo preocupante de aquella reivindicación de la lucha
armada no fue que la izquierda blanqueara su vocación antidemocrática (en combo
con la mentira de los 30.000 desaparecidos y llamar dictadura a la presidencia
de Mauricio Macri surgida del sistema constitucional, por elecciones libres a
diferencia de Miguel Mario Díaz-Canel), sino la lamentable pasividad del
gobierno para desperdiciar la oportunidad de iniciar allí, a pie firme, la
batalla cultural que nunca dio.
Luego, el 26 de Enero de 2018, la agrupación de abogados
Bloque Constitucional denunció formalmente por nota ante Cancillería que a
través de la Propuesta Tatú, programa dirigido desde la Embajada de Cuba, so
pretexto de brindar asistencia médica solidaria se explotan conflictos sociales
y adoctrina a niños de las provincias de Buenos Aires y Santiago del Estero en
las bondades de la revolución cubana, de sus movimientos guerrilleros y el
culto a la personalidad del criminal Ernesto Guevara. En ese mismo escrito,
Bloque Constitucional reclamó al canciller Jorge Faurié la expulsión del
embajador Orestes Pérez. Téngase presente que por menos de lo que hace aquí
Orestes Pérez, la republica africana de Zambia expulsó al embajador cubano en
abril de 2018.
PROPUESTA TATU
Cabe acotar que la Propuesta Tatú lleva trece años
implementándose en Argentina, es parte del uso de la medicina como propaganda
de la dictadura castrista y tapadera de sus operaciones de infiltración y
colonización. No es casual, en este contexto, que Florencia Kirchner se
encuentre refugiada en Cuba, contribuyendo al mito de la medicina cubana; cuya
condición de fraude fue ampliamente expuesta por la Dra. Hilda Molina.
Nuevamente el gobierno argentino eligió la pasividad.
Cancillería tramitó la denuncia de Bloque Constitucional en forma burocrática,
permitiendo el gobierno la continuidad del proselitismo revolucionario
desplegado por Orestes Pérez. Es curioso y a la vez significativo que
sosteniendo el gobierno un discurso duro contra la dictadura títere de Nicolás
Maduro en Venezuela, omita confrontar con los dueños del muñeco.
Pero no fue sólo pasividad, porque en mayo del 2018
Marcos Peña viajó a Cuba para "consolidar las relaciones bilaterales"
y en septiembre Mauricio Macri se reunió demasiado amablemente en la ONU con
Miguel Díaz-Canel. Debe convenirse que resulta un muy extraño modo de luchar
por la democracia en Venezuela esa incoherencia de estrechar lazos con sus
tiranos.
Por eso el enviado de la tiranía sigue moviéndose a sus
anchas y, por ejemplo, el pasado 7 de Julio impartió una apología sobre los
"los logros y la historia de la Revolución Cubana en sus 60 años de
existencia", ante un auditorio de jóvenes del Colegio Arturo Illia,
perteneciente a la Universidad Nacional de Mar del Plata. De más está decir que
la dictadura no toleraría en Cuba a ningún embajador que predicara entre los
pioneritos los logros del capitalismo y las ventajas de la Libertad.
ADN PROGRE
El ADN progre del PRO le impide tanto asumir que
Argentina es un objetivo de dominación codiciado por la dictadura castrista,
como entender que cuando al costo de muchísima sangre el intento armado de
conquista a través del ERP y Montoneros fracasó, el empeño colonizador se
focalizó en la cultura. Si hoy el embajador cubano muestra impunemente el
interés de la tiranía por adoctrinar niños y adolescentes argentinos, es porque
viene cebado con la inercia del kirchnerismo que el macrismo nunca detuvo.
Cristina Fernández de Kirchner intentó convertir a la
Casa Rosada en Casa Roja, emplazando allí el retrato del Che Guevara, y con
Teresa Parodi en el Ministerio de Cultura le entregó a Cuba la soberanía
cultural argentina. El acto tuvo todos los condimentos de una claudicación lisa
y llana, encubierta bajo la firma del acta protocolar de la carta de intención
para el "hermanamiento" de La Casa de Las Américas con el Centro Cultural
Kirchner en Octubre de 2015.
Lo expuesto indica una perspectiva complicada para la
seguridad de los argentinos. Ya que, de un lado de esa trampa que es la
polarización electoral, el gobierno sin neutralizar la amenaza no interpreta
que su tibieza mantiene en riesgo el estilo de vida propiciado por la
Constitución Nacional. Del otro, el kirchnerismo es Cuba.
***Ariel Corbat, Periodista