Irán dice haber descubierto en su territorio a un círculo de agentes secretos que trabajaba para la CIA. Expertos alegan que con esa historia se pretende poner a la población del país en contra de Estados Unidos.
A principios de esta semana, los servicios secretos de
Irán anunciaron que habían detenido a diecisiete ciudadanos iraníes bajo
sospecha de ser espías de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados
Unidos. La información se hizo pública en una rueda de prensa en Teherán, pero
no se mencionaron los nombres de las personas arrestadas. Sólo se dijo que
algunos de los señalados ya habían sido procesados y condenados a muerte. Desde
Washington, el presidente Donald Trump y su secretario de Estado se limitaron a
desmentir lo dicho al otro lado del mundo. "Lo que afirma Irán debe ser
tomado con pinzas”, declaró Mike Pompeo.
¿Maniobra de política interior?
El hecho de que Teherán se arrogue ese éxito en este
instante no es obra de la casualidad. Sus fricciones con Estados Unidos y otros
países occidentales se vienen intensificando desde hace semanas. El último
suceso digno de mención es la decisión de Irán de retener a un tanquero
británico en el estrecho de Ormuz; pero las tensiones comenzaron mucho antes,
cuando Trump retiró el apoyo de Estados Unidos al acuerdo firmado por Alemania
y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para
limitar el desarrollo nuclear de Irán. Washington le ha impuesto sanciones cada
vez más fuertes a Teherán.
La meta de Trump es obligar a Irán a renegociar el
tratado atómico en cuestión, pero, hasta ahora, el resultado de su táctica ha
sido lo contrario: el endurecimiento progresivo de los frentes en el ámbito
político. Las sanciones aludidas les dificultan cada vez más la vida a los
habitantes de Irán; pero es precisamente aquí donde entra en juego la supuesta
detención de los diecisiete espías de la CIA. Doug Bandow, investigador
asociado del think tank Instituto Cato, asegura que el Gobierno iraní miente
con la intención de obtener respaldo interno de la población, presentando a
Estados Unidos como el villano que concibe acciones perversas contra Irán.
Hecho improbable
Amir Fakhravar, miembro de Congreso Nacional Iraní, un
grupo de disidentes persas con sede en Estados Unidos, sostiene que Teherán
busca "desviar la atención de lo que ocurre en el Golfo Pérsico”. Fakhravar
es una figura controvertida, incluso entre los opositores al Gobierno iraní;
muchos lo acusan de simplificar la situación al meter a todos los críticos del
régimen en un saco y describirlos como simpatizantes de Trump. Por otro lado,
él mismo fue acusado de ser un espía de Estados Unidos. "Por ello pasé más
de cinco años en prisión”, cuenta. Tachar de espías a personas incómodas tiene
una larga tradición en Irán.
Bandow, del Instituto Cato, cree improbable que los
diecisiete detenidos en Irán sean realmente espías. "Si las autoridades
iraníes realmente hubieran capturado a agentes de la CIA y los creyeran
importantes para Estados Unidos, no habrían puesto a circular la noticia como
lo hicieron”, arguye. Y aún si fuera cierto, acota el especialista en política
exterior, "¿qué pedirían los iraníes a cambio? ¿la suspensión de las
sanciones? Eso no va a pasar. A mis ojos, Estados Unidos hizo lo correcto:
refutar lo dicho por Teherán como la insensatez que es”.
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