Abu Mazen podría incluir el cese de la cooperación en materia de seguridad con Israel al que denuncia no cumplir sus obligaciones y pide la reconciliación interna con Hamas.
El presidente palestino, Abu Mazen, ha creado una
comisión para aplicar la decisión de dejar de implementar los acuerdos firmados
con Israel. La medida -que podría afectar la cooperación en materia de
seguridad entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y los organismos de
seguridad israelíes- fue tomada en la reunión del Consejo Central de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) convocada anoche a raíz de
la demolición israelí de una decena de edificios, en su gran mayoría en
construcción, en la zona de Sur Baher situada entre Jerusalén Este y
Cisjordania, a principios de semana.
Hay mucha cautela respecto a si finalmente cumple dicha
medida y en ese caso qué efectos tendría. Entre otros motivos, porque no es la
primera vez en los últimos años que el veterano 'rais' anuncia la suspensión de
los acuerdos que engloban un amplio abanico de aspectos económicos que rigen la
ANP creada a raíz del proceso de Oslo en 1993. A finales del 2018, Abu Mazen
anunció la decisión del cese de la cooperación en materia de seguridad y
economía (protocolos de París) y del reconocimiento de Israel "hasta que
reconozca el Estado de Palestina".
El presidente palestino y líder de la OLP alega su
decisión "a la insistencia de la autoridad de la ocupación en la
denegación de todos los acuerdos firmados y sus obligaciones". "No
sucumbiremos a los dictados y la imposición de un hecho consumado en el terreno
con fuerza bruta específicamente en Jerusalén. Todo lo que el Estado de
ocupación está haciendo es ilegal y nulo", ha afirmado en el discurso en
Ramala, citado por la agencia oficial palestina WAFA y en el que envió mensajes
a Israel, Estados Unidos y el grupo islamista Hamas.
Según una fuente del liderazgo palestino consultada por
la emisora israelí KAN, Abu Mazen ya ha ordenado a los jefes de los organismos
de seguridad "reducir al mínimo necesario" la cooperación con Israel.
A primera hora de la tarde, las autoridades israelíes no tenían constancia al
respecto. Esta cooperación es muy criticada por Hamas y otras facciones
palestinas mientras que para Abu Mazen solía ser una "línea roja".
Para los responsables de seguridad en Israel, "la coordinación de seguridad
beneficia a ambas partes porque evita atentados contra israelíes y frustra los
intentos de Hamas de tener una infraestructura en Cisjordania y tomar el
control de la ANP".
La demolición de decenas de viviendas, en su mayoría
deshabitadas, y la evacuación de 17 palestinos el pasado lunes provocó la
condena palestina, árabe, europea y de la ONU. Israel sostiene que actuó por
motivos de seguridad cumpliendo la sentencia del Tribunal Supremo que dictaminó
el derribo de las construcciones sin permiso legal israelí al estar muy cerca
de la valla de seguridad en la aldea de Wadi Humus. Los palestinos alega que
tenian permisos de la ANP. Mientras Israel lo considera "una acción de
seguridad de acuerdo a la ley", Abu Mazen lo define como "limpieza
étnica y crimen contra la humanidad".
Pero el malestar palestino va más allá de Wadi Humus.
Desde hace meses, se niega a recibir el dinero de sus impuestos que Israel
recauda mensualmente en su nombre de acuerdo a los tratados. La razón es que en
el marco de una nueva ley antiterrorista, Israel no incluyó en la transferencia
el dinero que la ANP destina a los presos palestinos en las cárceles israelíes
y sus familias.
Mientras Israel lo ve como "un incentivo económico
del liderazgo palestino para cometer más atentados terroristas", la ANP
replica que se trata de dinero palestino y que su deber es ayudar a esas
familias y a los presos. El contencioso ha provocado una importante crisis
económica en la ANP que ha sido aliviada parcialmente gracias a la ayuda de
Catar.
Proceso de paz estancado desde 2014
Israelíes y palestinos llevan cinco años y tres meses sin
entablar negociaciones de paz. Abu Mazen y el primer ministro israelí, Benjamin
Netanyahu, se encuentran más alejados que nunca. En especial tras las medidas
del presidente estadounidense Donald Trump como el traslado de su embajada a
Jerusalén y el reconocimiento de esta ciudad como capital de Israel. Abu Mazen
aspira declarar la parte oriental de Jerusalén, ocupada por Israel en la guerra
del 67, como capital de su futuro Estado.
Con los puentes rotos entre la Casa Blanca y la Mukata,
Abu Mazen rechaza rotundamente el plan de paz que Trump espera anunciar en los
próximos meses, que es llamado "Acuerdo del Siglo", y acusa a EEUU de
"cubrir las violaciones israelíes contra nuestro pueblo".
Hace un mes, la fase económica de la 'Pax Americana' fue
presentada en Bahrein con la promesa de una inversión internacional de 28.000
millones de dólares para Gaza y Cisjordania. Abu Mazen rechazó participar en la
cumbre y definió el pan económico como "soborno".
"Nuestras manos han estado y siguen estando
extendidas para una paz justa, exhaustiva y duradera, pero eso no significa que
aceptemos el 'statu quo' o nos rindamos ante las medidas de la ocupación. No
aceptaremos el Ácuerdo del Siglo o la bofetada del Siglo. Palestina y Jerusalén
no están en venta ni en negociación", declaró anoche aclarando que no son
un "inmueble".
Hamas, el gran rival interno de Al Fatah, celebra la
decisión de Abu Mazen de suspender los acuerdos pero exige que "sus
palabras se conviertan en hechos". Para el movimiento islamista que
controla la Franja de Gaza desde el 2007, el 'rais' debe poner fin a la
cooperación de seguridad con Israel y reanudar el camino hacia la
reconciliación palestina. Abu Mazen señaló que su mano "está
extendida". "Ha llegado el momento de ponerse más serio para
conseguirlo", añadió citando el pacto logrado en El Cairo en el 2017 como
base de la unidad ante Israel.
https://www.elmundo.es/internacional/2019/07/26/5d3b082efdddfff7878b464c.html