Lo mismo en el caso de la participación de México en el Consejo de Seguridad de la ONU que en el enfoque estratégico del Tratado de Comercio Libre con los EE. UU. y que en la invasión de grupos criminales terroristas en Ciudad de México, el problema se localiza en la ausencia de una doctrina real de seguridad nacional mexicana.
O más bien, la debilidad mexicana depende de
planteamientos utópicos que nada tienen que ver la preservación del Estado, la
independencia y la soberanía. La gran crisis de la autonomía de México ha
estado en la suscripción de acuerdos y entendimientos con los Estados Unidos
que le restan soberanía nacional al Estado mexicano, como los acuerdos
comerciales y sobre todo las negociaciones secretas para subordinar a México a
las políticas migratorias del presidente Trump.
El punto central radica en la carencia de una doctrina de
seguridad nacional; existen planteamientos, declaraciones, objetivos, pero no
una política estratégica vis a vis la doctrina de seguridad nacional
expansionista, nacionalista y defensora del american way of life de la Casa
Blanca.
El problema se encuentra en la auto definición de México
como un país ideal. El único intento de doctrina de seguridad nacional mexicana
lo hizo el presidente Miguel de la Madrid en su Plan Nacional de desarrollo
1983-1988, redactado por Carlos Salinas de Gortari como secretario de Programación
y Presupuesto. En pocas palabras definió la seguridad nacional mexicana que
seguirá vigente hasta 2024:
“México, por principio, funda su propia seguridad en la
reiteración del Derecho y en la práctica de la cooperación internacional y no
en la idea de que la seguridad de una nación depende de la afirmación de su
propio poder, a expensas de otro”.
Los intereses nacionales de EE. UU. se basan en la
imposición de su modo de vida y sus fronteras geopolíticas de expansión
imperial, es decir, en la exacción de riquezas de otras naciones y en el
dominio de otros Estados para beneficio del Estado de Seguridad Nacional (Gore
Vidal). El control estadunidense del petróleo fuera de los EE UU. es el ejemplo
de la política imperial: la seguridad nacional estadunidense depende del
control de otras naciones.
Los intereses nacionales de México… son nacionales;
“elementos constitutivos del Estado mexicano conformados por la población, la
soberanía y el territorio nacionales, así como por el orden constitucional, el
gobierno y la democracia” (Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018).
Sin embargo, el escenario de interrelación entre Estados
cambió con la guerra fría EE- UU.-URSS, la lucha por el control del petróleo y
el dominio comercial en la globalización. A pesar de que el eje de la
soberanía, la independencia y los intereses nacionales mexicanos se desplazaron
al escenario internacional, ningún presidente de la república se ha preocupado
por redefinir la doctrina utópica de seguridad nacional por una nueva que
defienda los intereses nacionales en la disputa mundial por el poder político y
el control de la economía.
Las oficinas mexicanas de seguridad nacional civiles le
han dado vueltas a la noria de nacionalismos inexistentes, mientras los
gobiernos en el ciclo neoliberal siguieron subordinándose al paraguas de la
seguridad nacional de la Casa Blanca. Todas ellas --DFS, DISEN, CISEN y ahora
CNI-- se han dedicado al espionaje político para la defensa de la seguridad de
la élite dominante, su proyecto de gobierno y el régimen priísta vigente y no a
la defensa del Estado ante la asechanzas extranjeras y nacionales articuladas a
grupos del exterior.
Los planteamientos de seguridad nacional mexicana son
iguales a los de los EE. UU. --proteger el modo de vida--, sólo que la Casa
Blanca los impone por la vía del imperialismo dominante y México los soslaya en
forma persistente para sobrevivir subordinándose. Si las bases del Estado
mexicano son la soberanía y el bienestar, estos dos objetivos han sido
disminuidos desde 1975. En este sentido, la doctrina de seguridad nacional de
México se apoya en el escenario mundial de finales de los setenta cuando los
EE. UU. arreciaron su guerra fría contra la Unión Soviética en la disputa por
el mundo y ganaron en 1989-1991 con el desmoronamiento del Muro de Berlín, la
desaparición de la URSS y el fin de comunismo soviético.
El plan de apoyo de México a Centroamérica con dinero
presupuestal es una forma de ver la seguridad nacional mexicana como parte de
la seguridad nacional de la Casa Blanca: México y Centroamérica como el muro de
contención de los EE. UU. ante amenaza del ingreso abrupto de decenas de miles
de centroamericanos sin pasar por los controles rigurosos aduanales de un país
que existe y domina en función de su seguridad nacional. Así, los intereses
mexicanos son en realidad los intereses estadunidenses.
Un modelo de desarrollo autónomo es la base de la
seguridad nacional.
*Política para
dummies: La política es el ejercicio del poder real.
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