La historia del voto electrónico en Suiza es la de un sueño audaz con un despertar brusco y confuso. Ahora, el destino de este proyecto es más que incierto. Los escépticos se han impuesto. Hablamos con dos de ellos.
El debate sobre el voto electrónico es también una
muestra de cómo funciona la democracia directa en Suiza.
He aquí, en un breve y rápido resumen, el trasfondo del
asunto:
El gobierno propone un proyecto: los adversarios, en este
caso profesionales de las tecnologías de la información (TI), manifiestan
rápidamente su escepticismo y expresan sus críticas.
Se produjo un vibrante debate entre políticos,
funcionarios y profesionales de las TI. A raíz de ese debate se llegó a una
decisión desestimatoria.
El argumento que prevaleció es que el riesgo de
manipulación era demasiado grande y amenazaba romper la columna vertebral de
Suiza, es decir, la democracia directa.
Pero democracia significa también que ninguna decisión es
eterna e inamovible.
Hernâni Marques y Adrian Aulbach militan en las filas de
los escépticos. Marques es lingüista informático, sociólogo, neuroinformático y
miembro de la junta directiva del Chaos Computer Club de Suiza. Es de Zúrich.
Aulbach es ingeniero de software y candidato de Los
Verdes a las próximas elecciones parlamentarias suizas. Este bernés del
Oberland participa en esta entrevista en calidad de especialista en software.
swissinfo.ch: ¿De qué va el debate sobre el voto
electrónico? ¿De la seguridad de los datos o de la confianza en la democracia
directa?
Hernâni Marques (H. M.): Se trata principalmente de la
confianza. En el sistema actual de voto con papeleta hasta los más profanos
comprenden los pasos esenciales. Y en caso de sospecha, siempre se puede
realizar un recuento de forma transparente y pública. De esta manera, es muy
sencillo eliminar cualquier duda sobre los resultados finales. Es verdad que en
el sistema de voto con papel es posible, y a veces ocurre, que se dé alguna
manipulación en casos muy concretos. En cambio, las manipulaciones grandes son
caras y llamativas.
swissinfo.ch: En un ordenador se graba y almacena todo.
También se puede hacer un recuento de los votos emitidos electrónicamente, ¿qué
problemas podría haber en una votación?
H.M.: En el estado actual de la tecnología esto no es
posible en una votación electrónica, ya que el papel es reemplazado por un mar
anónimo de bits y bytes. Y esto puede utilizarse muy fácilmente para suscitar
dudas sobre el resultado final, ya que, debido al secreto del voto, nadie puede
hacer un seguimiento del origen de los datos. En caso de duda o sospecha no
queda otra solución que repetir la votación, lo que a su vez merma la confianza
en el sistema.
swissinfo.ch: ¿Es suficiente una moratoria de al menos
cinco años para la introducción del voto electrónico en Suiza, como lo exige
una iniciativa popular?
Adrian Aulbach (A.A.): Probablemente no, cinco años es un
plazo demasiado ajustado. No obstante, la iniciativa que exige esta moratoria
incluye un segundo punto más importante aún, que consiste en que transcurrido
el periodo de cinco años solo se podrá levantar la prohibición si se cumplen
los requisitos de seguridad y de trazabilidad definidos en el texto de la
iniciativa.
swissinfo.ch: ¿No es más fácil gestionar el voto
electrónico que el voto por correo?
A.A.: No, al contrario. El voto postal es de una
simplicidad difícil de superar. En un sistema de votación electrónica para
Suiza habría que comparar largas cadenas de datos para asegurarse de que ese
voto no se encuentra manipulado en otro sitio web y que, por tanto, es contado
correctamente. Esto no ocurre con el voto postal.
swissinfo.ch: El voto electrónico es particularmente útil
para los 170 000 suizas y suizos en el extranjero registrados como votantes. En
su opinión, ¿qué alternativas existen sin el voto electrónico?
A.A.: Una posibilidad sería recibir por medios
electrónicos los documentos de votación e imprimirlos uno mismo. Esto se
denomina correo electrónico. Así se ahorra, como en la votación electrónica, un
envío postal. Hace poco se aprobó en el Consejo Nacional [cámara baja del
Parlamento suizo] una moción similar presentada por Claudio Zanetti.
Otra opción sería contar los votos en el consulado suizo
del lugar correspondiente. De este modo, las papeletas de voto no tendrían que
viajar por todo el mundo.
swissinfo.ch: ¿Por qué funciona el voto electrónico en
Estonia?
H.M.: Se puede gestionar técnicamente una votación
electrónica sin ser segura ni fiable. Esa votación electrónica fue muy
criticada, tanto a escala nacional como internacional. Por ejemplo, un grupo de
investigación independiente publicó en la web estoniavoting.orgEnlace externo
unos resultados que mostraban unas posibilidades de manipulación espeluznantes.
En Estonia utiliza el voto electrónico casi una tercera parte del electorado,
aunque está disponible para todos los ciudadanos.
swissinfo.ch: ¿Por qué funciona la banca electrónica y en
cambio el voto electrónico no?
A.A.: En la banca electrónica todo funciona con un
protocolo. El banco sabe a través de qué acceso, cuándo y qué acción se llevó a
cabo. Si se piratea algo, y eso sucede a veces, las transacciones
correspondientes se pueden seguir y deshacer.
En el caso del voto electrónico, y debido al secreto del
voto, no se puede realizar ese protocolo, por lo que los ataques que sufra el
sistema no se pueden detectar ni revertir de manera segura.
swissinfo.ch: Hoy somos capaces de hacer casi todo con
nuestro teléfono inteligente. ¿Por qué esto no funciona con el voto
electrónico?
A.A.: Naturalmente, el problema del secreto del voto que
he mencionado antes se aplica también al teléfono inteligente. Además, en el
sistema de votación electrónica se recibe por correo ordinario las claves de
acceso. Por lo tanto, no es tan fácil votar si estás de viaje y solo tienes
contigo tu smartphone. Pero, si de todos modos hay que llevar consigo la
documentación para votar, entonces también se puede rellenar en papel y
depositarlo en el buzón más próximo.
swissinfo.ch: El cantón de Zug utiliza la tecnología de
cadena de bloques (blockchain) en las votaciones electrónicas como una solución
segura y rastreable. ¿Tienen los ciudadanos de Zug la llave del futuro de la
democracia directa?
H.M.: Con blockchain ocurre lo mismo. No solo interesa
tener los datos de votos sino también de quién procede cada uno. El resultado
puede ser conforme o no con la voluntad del pueblo. En caso de sospecha no es
posible un recuento. Además, en el sistema de la ciudad de Zug la tecnología
blockchain no guarda de manera descentralizada los datos en los dispositivos
electrónicos de los ciudadanos -por ejemplo, en los móviles-, sino en una nube
de la empresa. La descentralización que se prometió en los medios no existe.
swissinfo.ch: ¿Existe un código fuente seguro y
resistente a los piratas informáticos?
A.A.: En teoría eso es concebible y posible a pequeña
escala. El problema es que, en el caso de grandes programas, no se puede probar
que el código funcione sin errores ni puertas traseras.
El código fuente de algunas soluciones de votación electrónica
tiene más de 400 000 líneas. Por otra parte, es imposible descartar que se
produzcan lagunas o vacíos. Y además, si se producen ataques contra los
ordenadores, incluso un código fuente seguro no ofrece fiabilidad.
swissinfo.ch: La compañía suiza de correos Swiss Post
elogia la verificabilidad universal de su futuro sistema. ¿Por qué es tan
importante?
H.M.: La verificabilidad universal consiste en poder
demostrar matemáticamente que todos los votos entrados en el sistema de
votación electrónica son válidos. Es decir, que la urna electoral digital es
fiable y segura. Pero la verificabilidad universal no puede demostrar si el
resultado es exclusivamente producto de los votantes, si ha habido ataques al
código desde dentro o fuera del sistema o si se ha podido cambiar, añadir o
eliminar votos.
En una votación electrónica los votos son datos anónimos,
no hay rastro humano. Solo se puede confiar en los algoritmos.
Voto electrónico: el camino hacia el final
En Suiza llegó a haber dos sistemas de votación
electrónica: el del cantón de Ginebra y el de Swiss Post. 10 de los 26 cantones
utilizaron en algún momento uno de estos dos sistemas de votación electrónica.
Noviembre de 2018: el cantón de Ginebra entierra su
sistema, por razón del alto coste que supone.
Febrero de 2019:
un comité compuesto por miembros de varios partidos lanza una iniciativa
popular para pedir una moratoria de al menos cinco años sobre la votación
electrónica.
Marzo de 2019: un equipo de Sarah Jamie Lewis,
especialista en tecnologías de la información y con residencia en Canadá,
examina el nuevo y futurista sistema desarrollado por Swiss Post. El examen
revela graves fallosEnlace externo. En particular, logran romper la
verificabilidad individual y universal. Su «mensaje de error» marca un punto de
inflexión.
Marzo de 2019: para el referéndum del 19 de mayo Swiss
Post cierra el sistema que venía empleando. Motivo: fallos de seguridad.
Junio de 2019: la Confederación anuncia un alto en el
camino a la introducción del voto electrónico.
Julio de 2019: Swiss Post desconecta por completo su
sistema de voto electrónico. Sin embargo, se embarca en el desarrollo de un
nuevo sistema, que debería estar listo a principios de 2020 para iniciar el periodo
de pruebas. Tres cantones exigen a Swiss Post una indemnización y un cuarto
cantón está estudiando presentar también una reclamación similar.
***Traducción del alemán: José M. Wolff