San Salvador, El Salvador: El presidente, Nayib Bukele, ordena reclutar 3.000 nuevos soldados y aumentar la presencia policial en las calles para asfixiar a las pandillas.
Cientos de militares patrullan fuertemente armados el
centro de San Salvador. La entrada a la Catedral, frente al Palacio Nacional,
está rodeada de soldados que caminan de dos en dos con el rostro cubierto pese
al intenso calor. Lo hacen acompañados de un agente de la policía con quien
vigilan las calles aledañas atestadas de gente que ha acudido a comprar al
laberíntico mercado de la ciudad, donde apenas hay un hueco para las armas de
gran calibre que portan los uniformados.
En diferentes puntos de la ciudad, así como en los
principales periódicos, el mensaje del nuevo Gobierno de Nayib Bukele es claro:
"No perdás tu vida en las pandillas. Es fácil entrar, pero las únicas
salidas son la cárcel o la muerte", se lee en una imagen en la que cientos
de pandilleros se encuentran hacinados en el suelo de una prisión con las manos
en la cabeza. Todo ello forma parte del denominado Plan Control Territorial
anunciado el 20 de junio por el presidente del país centroamericano, que se ha
propuesto asfixiar a las pandillas hasta derrotarlas "en tres o cuatro
años" para poner fin a un azote que deja miles de muertos cada año desde
que irrumpieran a principios de los años 90 tras originarse en Los Ángeles.
Mientras, el Ministro de la Defensa, René Merino, no se muestra tan optimista.
En declaraciones a EL MUNDO, aseguró: "No le puedo decir que ya no haya
pandillas en cuatro años, pero al menos ya deberá estar debilitada la fortaleza
que tienen".
"Vamos a controlar territorios que antes no estaban
controlados, como los centros históricos de las ciudades más importantes. Vamos
a hacer valer el Estado donde el Estado debe de estar", recalcó el
presidente el día que presentó el plan. La primera fase cuenta con un
presupuesto de 31,4 millones de dólares destinados a militarizar las calles con
más de 7.000 soldados y aumentar la presencia policial con 2.500 agentes en 12
municipios con altos índices de pandillas y criminalidad, entre ellos San
Salvador. También ha endurecido las condiciones en las 28 prisiones, aislando a
los pandilleros prohibiéndoles las visitas familiares y durante varios días
incluso la salida de sus celdas hasta para ducharse, cortándoles cualquier tipo
de comunicación para evitar que dieran órdenes de asesinar o extorsionar.
PRESIDENTE POR TWITTER
Nayib Bukele, que recurre cada día a Twitter para dar las
órdenes a su Gobierno, anunció el 16 de julio que "por primera vez en
décadas, iniciaremos un proceso masivo de reclutamiento en nuestras fuerzas
armadas que nos ayudarán a combatir la delincuencia". Al día siguiente,
pidió a través de esta red social a su ministro de Defensa que "incremente
el reclutamiento voluntario a 3.000 nuevos soldados". Inmediatamente, el
ministro contestó con el siguiente tuit: "A la orden Señor Presidente. Se
incrementará el reclutamiento a 3.000 nuevos efectivos".
Los primeros 1.060 ha se incorporaron este 29 de julio en
un acto frente al Palacio Nacional en el que Bukele remarcó que "si hay
alguien que pensaba que la delincuencia podría derrotar a El Salvador estaba
equivocado y si hay alguien que pensaba que no íbamos a poder hacerle frente a
ese gran reto de darle seguridad a nuestra población, estaba equivocado".
Según avanzó el ministro de Defensa, los otros 2.000 se irán sumando
paulatinamente hasta enero de 2020.
El mandatario ofreció su primer discurso a la nación el
pasado 10 de julio para pedir a la Asamblea Nacional que autorizase un
presupuesto de 91 millones de dólares para la segunda fase del Plan Control
Territorial. Denominada Oportunidad, se puso en marcha el 3 de julio y lo que
se pretende es que los jóvenes no entren en las pandillas y rescatar a los que
ya forman parte de ellas ofreciéndoles posibilidades de estudiar. Bukele ha
presentado su plan al Banco Mundial, al que ha pedido apoyo para impulsar los
proyectos que pretenden acabar con la violencia de las pandillas a la que
ningún gobernante hasta ahora le ha puesto fin.
En este problema, el presidente cuenta con el apoyo de la
población salvadoreña, que ve en él la esperanza de lograr un país sin las
bandas Mara Salvatrucha y Barrio 18, tal como lo demuestra una encuesta
publicada en el país, que revela que el 81,2% respalda el plan. No es de
extrañar este espaldarazo, ya que cada día, el Gobierno ofrece buenas noticias
como la detención hace unas semanas de más de 60 personas pertenecientes a
pandillas acusadas de homicidio y extorsión, ascendiendo a más de 2.000 la cifra
de arrestos en las últimas semanas, según la policía.
"Evidentemente, no estamos en un país seguro, pero
no hay ninguna duda de que el Plan ha funcionado", ha afirmado Bukele. El
15 de julio se jactó de que "El Salvador solo tuvo un homicidio y no está
relacionado con pandillas". El propio fiscal general del país, Raúl
Melara, le ha dado la razón al presidente y ha asegurado que "el Plan
Control Territorial ha reducido los homicidios diarios y hay que
reconocerlo".
No obstante, aún faltan cinco fases más de esta
iniciativa para comprobar si tuvo su efecto y disminuyen las 62 muertes
violentas por cada 100.000 habitantes que se registran cada día en El Salvador
y que lo convierten en uno de los países más violentos del mundo, según un
reciente estudio de la ONU.
***Mas:
https://www.elmundo.es/internacional/2019/08/12/5d501d8afc6c83061a8b4590.html