La mayoría de los policías de todo México han resultado no aptos para el servicio, a tres años de la imposición por el gobierno de un plazo inamovible para una reforma global de la institución, lo que resalta la falta de voluntad política para mejorar una institución con una urgente necesidad de rehabilitación.
Al día de hoy, 75 por ciento de los 330.776 agentes activos de la
policía local y federal en México no están certificados para el
servicio, luego de que en 2016 el gobierno acordara establecer un plazo
estricto de tres años para que todos los miembros de esa institución
certificaran sus calificaciones para el trabajo policial. Ese plazo
expiró a comienzos de septiembre,
según informó Animal Político.
Según la Ley Nacional de Seguridad
Pública del país, los más de 246.000 policías que no cuentan con la
certificación oficial deberían haber sido retirados del servicio.
Solo cinco de los 32 estados de México, reportaron que se habían
certificado más de la mitad de sus efectivos: Querétaro y Durango (75
por ciento), Colima (60 por ciento), Guanajuato y Campeche (entre 50 y
55 por ciento), según Animal Político.
La policía de la capital, Ciudad de México, fue una de las divisiones
con las tasas de certificación más bajas, pues solo alrededor de nueve
por ciento de los agentes cumplieron los criterios requeridos para el
servicio activo. En el suroeste del estado de Guerrero, solo está
certificado el 8,3 por ciento de los agentes, mientras que en el pequeño
estado de Tlaxcala, al este de Ciudad de México, solo se llegó al
asombroso número de 20 agentes aptos para el servicio, entre más de
3.200 miembros.
La policía de México ha adolecido por largo de tiempo de falta de inversión crónica y es extremadamente vulnerable
a ataques selectivos. El nuevo informe se presenta en medio de una
oleada de violencia que no da tregua. En agosto de 2019, casi 80
personas fueron asesinadas cada día en todo el país.
Análisis de InSight Crime
El continuo fracaso en la reforma de
la policía en México se conoce en un momento en que la inseguridad se ha
salido de control y nuevamente los ciudadanos están optando por armarse, ante la ausencia de un organismo de seguridad efectivo que vele por su protección.
Pero los problemas con la institución policial en México están muy arraigados
y no comenzaron con el actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, en lugar de disponer recursos para la profesionalización,
el entrenamiento y el equipamiento de los cuerpos de seguridad
existentes que necesitan una reforma, el jefe de estado optó por crear
una Guardia Nacional militarizada que se ha mostrado incapaz de contener la violencia y proteger a los ciudadanos.
Dado que en el primer semestre de 2019, el número de muertos por violencia se disparó a más de 17.000, lo que deja a México a punto de terminar el año con un nuevo récord de
violencia, los ciudadanos que viven en zonas azotadas por el crimen
organizado se han tomado la justicia en sus manos, lo cual convierte la
situación en un espiral de violencia.
En Tepalcatepec, municipio en la
frontera entre los estados de Michoacán y Jalisco, donde el Cartel
Jalisco Nueva Generación (CJNG) y un grupo rival libran una guerra por el control, los habitantes han optado por armarse ante
la desprotección del Gobierno. Sin embargo, tomar la justicia en por
sus propias manos es una acción que no puede justificarse.
“No somos criminales. Somos
productores, padres de familia, hijos y hermanos, que, aunque les duela,
estamos haciendo el trabajo de seguridad que le compete al gobierno”,
declaró un trabajador local a El Universal.
La situación de seguridad es tan
grave que a la policía no solo le falta la dotación para proteger a las
comunidades en mayor riesgo del país, sino también para protegerse a sí
mismos. En lo corrido de 2019, han sido asesinados 272 agentes como mínimo, y en 2018, cayó muerto un policía por día, según la organización no gubernamental Causa en Común.