El florentino lanza su Italia Viva y declara querer hacer con el PD lo que el presidente francés hizo con los socialistas. Las encuestas les dan un 4,8% de intención de voto, pero el ex primer ministro aspira a crecer por la derecha.
La Leopolda fue la primera estación de tren que se
construyó en Florencia. Empezó a edificarse en 1841 por orden del gran duque
Leopoldo II. Las obras llevaron más tiempo que el esperado, y para cuando fue terminada
ya se había construido la que hoy es Santa Maria Novella, hoy la mayor en el
centro de Florencia. Con la competencia a 15 minutos a pie, terminó abandonada.
Desde entonces ha tenido muchos usos. Durante la Gran Guerra fue utilizada como
un laboratorio para la creación de proyectiles. Pero si ahora se la conoce en
Italia es porque en este escenario un jovencísimo Matteo Renzi decidió lanzar
su convención política. Era noviembre del 2010, era alcalde de Florencia, y se
le entreveía una prometedora carrera.
Desde entonces, la Leopolda ha sido testigo de las luces
y sombras de Renzi durante estos casi diez años. Sus asistentes han visto desde
su ascenso fulgurante en las primarias que le eligieron secretario general del
Partido Demócrata italiano (PD) en el 2013 hasta su caída tras dimitir también
como líder de la formación por los pobres resultados –un 19,5% de los votos–
obtenidos en las elecciones de marzo del 2018. Jugando en casa, la cita que se
ha celebrado este fin de semana en Florencia ha sido la más especial para el
exprimer ministro. Era la primera vez que se presentaba a sus fieles como jefe
de su propia criatura política, Italia Viva, que ha nacido oficialmente después
de un parto que ha durado meses. Según dijo, cuenta con más de 10.000 afiliados.
El sábado anunciaron su logo, el nombre del partido en
azul y fucsia y un símbolo en forma de ‘v’ que recuerda a una gaviota, aunque
Renzi dice que es una marca de lo logrado en una lista. Ayer fue el día fuerte:
se esperaba que el ex primer ministro avanzase una declaración de intenciones
de lo que va a ser Italia Viva en estos años y, sobre todo, que tipo de
relación va a tener con el PD, su casa durante tanto tiempo. Pese a que
insistió que los políticos socialdemócratas serán siempre sus “queridos
amigos”, no se escondió al declararles abiertamente la
guerra al compararse con el presidente francés, Emmanuel
Macron.
“Está claro que Macron no recibió el aprecio de los
socialistas franceses”, explicó Renzi. “Yo quiero hacer una cosa como lo que
hizo Macron con el Partido Socialista francés”, continuó. La aparición de
Macron y su movimiento En Marche ha acabado prácticamente con los socialdemócratas
en Francia, que de gobernar con Hollande pasaron a tener el 6,3% en el 2017.
“Macron es un punto de referencia, ha sido un punto de contacto para construir
cosas importantes para nosotros en el pasado y lo será también en el futuro”,
aseguró a La Vanguardia Ettore Rosato, uno de los 44 parlamentarios que ya se
han inscrito en Italia Viva.
Ahora mismo, las encuestas dan sólo un 4,8% d e intención
de voto a los renzianos, todos provenientes del espacio del PD, aunque Renzi
insistió ayer en intentar arañar diputados y votos del mundo de Forza Italia,
porque cree que con la supeditación de Silvio Berlusconi a Matteo Salvini –que
quedó patente en la gran marcha en Roma de este sábado– hay muchos huérfanos.
“Les digo que vengan a darnos una mano, hay un espacio demócrata y liberal”,
suplicó. Renzi promete que llegarán muchos más diputados de este partido. De
momento, esto no ha sido así. Entre los miles de partidarios que le han
secundado este fin de semana, era muy difícil encontrar alguno que antes votase
Forza Italia. Todos vienen del PD.
“No podía esperar más a que rompiese, el PD se ha quedado
antiguo para nosotros”, opinaba Francesco, un millennial romano. En las paredes
había una cita de Kennedy animando a no mirar al pasado. Antes de que saliese al
escenario sonó Non avere paura , la canción de Tomasso Paradiso, hasta hace
poco líder de Thegiornalisti, un popular grupo entre los jóvenes, que decidió
hace unas semanas romper con la banda. Para Renzi, es mejor que las que hacían
en conjunto. Es su propia declaración de intenciones.
“No queremos desconectar a este Gobierno”
Para el alivio de Giuseppe Conte, Renzi no se salió ayer
del guion y aseguró su apoyo al Gobierno con el fin de contener a la
ultraderecha de Matteo Salvini. “No queremos desconectar a este Gobierno, eso
debe quedar claro. El tren de la legislatura llegará al 2023”, dijo. Estos
últimos días, Conte sufre por los desencuentros con Renzi y el líder del
Movimiento 5 Estrellas (M5E), Luigi Di Maio, por las críticas a los
presupuestos que está tejiendo con el ministro de Economía, Roberto Gualtieri,
del PD. El florentino prometió que su objetivo principal es impedir que Salvini
decida el sucesor de Sergio Mattarella como presidente de la República, cuyo
mandato termina en el 2022, y para el que suena Romano Prodi. “Si sigue en pie
esta legislatura, el jefe del Estado hasta el 2029 será resultado de fuerzas
políticas que no ponen en duda el euro y no llenan plazas junto a CasaPound”,
dijo refiriéndose al partido fascista que acudió a la marcha de Salvini y
Berlusconi en Roma.