Entre el martes 15 y el sábado 19 de octubre deliberaba la asamblea anual conjunta del FMIy el BM. El primer día dieron a conocer el informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales,ajustando a la baja la tasa de crecimiento global dejándola en 3% para 2019 y 3,4% para 2020 y, por cierto, nunca aciertan. Según Bloomberg Economics, el ritmo de expansión global ya se desaceleró al 2,2% en el tercer trimestre, desde el 4,7% a principios de 2018.
Según el FMI, el 90% de los países experimenta debilidad
económica. No es para menos, ya que dadas las políticas neo keynesianas
expansivas -de exagerada emisión monetaria, créditos baratos y aumento del
gasto público-, el globo va por carriles muy anómalos al punto que US$ 14
billones en bonos tienen rendimientos negativos, cuando la renta variable sube
14% este año según el índice MSCI World.
Ahora, el crecimiento global de las ganancias
empresariales se estancó en el segundo trimestre deprimiendo la confianza
empresarial induciendo recortes en el gasto de capital. Además, aumentaron los
salarios -gracias a las políticas expansivas- sin un crecimiento de la
productividad que lo justifique y podrían recortarse puestos de trabajo.
Coherente con su ego, inversamente a lo propuesto en
países como Argentina en donde quiere asegurarse los fondos de modo que le
devuelvan los préstamos, el FMI exhorta a relajar los presupuestos y, por
supuesto, siempre subir los impuestos. Pero Morgan Stanley estima que el
déficit fiscal primario que subió al 3,5% del PBI en las principales economías
desde el 2,4% en 2018, aumentará “solo” al 3,6% en 2020.
Entretanto, concedieron el Nobel de Economía a Banerjee,
Duflo y Kremer "por su aproximación al alivio de la pobreza global".
Básicamente, se hacen preguntas concretas que responden con experimentos de
campo. Por ejemplo, en Kenia, Kremer comprobó que con libros de texto y comidas
gratis no mejoraban los resultados escolares, en cambio, eran efectivos los
programas de apoyo a estudiantes como las tutorías de refuerzo.
Entre sus “descubrimientos” está que los microcréditos
solo sirven para aumentar la inversión o el consumo y que la ayuda foránea solo
sirve para puntuales crisis humanitarias, o sea que son parches. Teorías
interesantes las de los nuevos nobeles pero que también son un parche y que
parten de creer que la pobreza es algo natural y, por tanto, no consideran una
solución de fondo. Pero no lo es. Por caso, el hambre no lo es desde que la
naturaleza - “infinitamente sabia”- provee dealimentos suficientes para todo el
mundo.
Según la FAO, la producción mundial solo de cereales
basta para alimentar a casi 12.000 millones de personas. El hambre y la
malnutrición se deben, básicamente, a problemas de distribución. Ahora, dado
que la violencia es, precisamente, aquello que desvía el curso espontáneo de la
naturaleza, según la definía Aristóteles, son los Estados los que impiden el
desarrollo natural, espontáneo, con su poder policial, sus impuestos y
regulaciones.
Por cierto, creer que existen impuestos mejores que otros
no tiene sentido. Todos empobrecen ya que, por la ley de marginalidad,son
derivados hacia los pobres subiendo precios, bajando salarios, etc. Y no
entender que el FMI prolonga la vida de gobiernos fracasados con fondos
públicos es escapar a la realidad. Los gobiernos deben responder a la
eficiencia del mercado y, si no lo hacen, deben desaparecer, no ser
financiados.
*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global
Prosperity, de Oakland, California
@alextagliavini
www.alejandrotagliavini.com