A raíz de los últimos acontecimientos que ha atravesado el país, se han generado nuevas heridas y profundizado las ya existentes. Nuestro país no volverá a ser el mismo de antes, en términos políticos y sociales, principalmente.
Debemos reconocer que las “soluciones” que se han dado,
son políticas y coyunturales, las cuales no dejarán contentas a todas las
personas y sectores; algunos mostrarán satisfacción, y otros no. A fin de
cuentas, no estamos hablando de que se haya realizado un gran pacto o acuerdo
nacional que, a mediano plazo, debería realizarse.
La situación nos ha demostrado que existen elementos del
Estado Plurinacional que no pueden ser borrados, como el tema de la whipala,
que ha llevado a muchos sectores a las calles buscando el desagravio de la
misma, y que ha servido de excusa para otro tipo de protestas; asimismo, ha
salido a flote el componente indígena que no quiere perder derechos adquiridos
en la gestión de Evo Morales, y que, aunque dejasen de respaldar a éste,
seguirán con la idea de la plurinacionalidad adquirida desde 2009.
Existen temas de suma urgencia que deben ser tratados a
la mayor brevedad posible, como el normal funcionamiento de la Administración
Pública, el tratamiento de leyes pendientes, designación de nuevas autoridades
del Órgano Electoral Plurinacional y, sobre todo, la convocatoria a nuevas
Elecciones Generales, con presupuesto para tal efecto, en el entendido de que
si no hay recursos económicos, nada se puede realizar.
Precisamente allí es donde el Movimiento al Socialismo
lleva ventaja, ya que posee 2/3 del Órgano Legislativo y tiene fuerza en las
calles; este aspecto no se puede desconocer y si bien algunos se están
desmovilizando para la tranquilidad y paz social, los más radicales continuarán
con las medidas de presión en las calles y carreteras. Si algo ha realizado el
MAS en el poder, es fortalecer vínculos con áreas rurales y periurbanas, donde
allí posee fuerza.
No debemos desconocer que el MAS todavía posee presencia
en el país, y no dejará pasar cualquier situación para hacer lo que mejor sabe:
presión en las calles y manejar los 2/3 del Legislativo de manera tajante. Y,
por supuesto, no es menor el detalle de que Evo Morales sigue siendo el líder
del partido, que continúa llamando a sus adeptos, y éstos obedeciéndolo.
Hay que entender que las venideras elecciones no serán la
solución a los momentos de crisis y tensión que estamos atravesando; que el
convocarlas, será un duro proceso; que el MAS tiene 2/3 del Legislativo y va a
buscar imponerse. Es por eso, que deben terminar las consignas partidarias, y
que oficialistas y opositores piensen en el país antes que en intereses
partidarios o sectoriales. Sobre todo, el que tiene el sartén por el mango en
dicho Órgano.