Washington - Sonland señala a Trump y afirma que la Casa Blanca planteó un intercambio de favores a Ucrania para que investigaran a sus rivales políticos.
No se sabía por dónde podía tirar pero tan pronto como
Gordon Sondland ha llegado al comité de Inteligencia del Congreso y ha
enchufado el ventilador con un testimonio explosivo en el que ha confirmado la
condicionalidad de la ayuda de Estados Unidos a Ucrania a su ayuda electoral
así como la implicación directa del presidente Donald Trump y diferentes altos
cargos de la Casa Blanca en las gestiones.
“Todo el mundo estaba al corriente”, ha insistido en
varias ocasiones durante su declaración Sonland, embajador de Estados Unidos
ante la Unión Europea, el primer testigo de la investigación del impeachment
que no sólo tuvo contacto directo con Trump sino que fue un actor fundamental
de las maniobras para conseguir que el gobierno ucraniano abriera las
investigaciones que el presidente le requería.
Intercambio de favores: Seguíamos las órdenes del
presidente
“Seguíamos las órdenes del presidente”, ha asegurado
Sonland, que ha confirmado que la apertura de investigaciones por parte del
presidente Volodymyr Zelenski formaba parte de un quid pro quo o intercambio de
favores a cambio de una visita a la Casa Blanca y, más adelante, de la entrega
de 391 millones de dólares en ayuda militar a Kíev, aunque él sólo se dio
cuenta de la condicionalidad más adelante y no fue el presidente quien se lo
dijo abiertamente.
La estrategia “no era ningún secreto”, ha insistido. El
secretario de Estado, Mike Pompeo, “estaba al corriente” y apoyaba la
estrategia, basada en las direcciones que recibían del abogado del presidente,
Rudy Giuliani, al igual que el exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton y
otros altos cargos del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad
Nacional. También el vicepresidente Mike Pence estaba al corriente de lo que
estaba ocurriendo. La idea de que las relaciones con Ucrania pasaran no por el
Departamento de Estado sino por el abogado del presidente a él y a otros les
pareció “inadecuado”, afirma. “No queríamos trabajar con Giuliani. Por decirlo
llanamente, jugamos con las cartas que se nos repartieron… Así que seguimos las
órdenes del presidente”, ha recalcado Sonland, que ha terminado su intervención
ante el comité de Inteligencia de la Cámara recalcando que obró “de buena fe”.
Pero si hubiera sabido de los tratos de Giuliani y su relación con ciertos
individuos ahora investigados criminalmente, personalmente no habría accedido a
su participación” en las gestiones, ha subrayado el embajador.
Como una bomba
A diferencia de otros testigos, Sonland no es un
diplomático de carrera ni un empleado público sino un aliado de Trump
Sonland testificó hace unas semanas a puerta cerrada ante
los legisladores y días después, cuando trascendió el testimonio de otros
testigos, envío una rectificación escrita al Congreso para informarles de que
había recordado algunos detalles más de los hechos sobre los que se le
interrogó. “Ahora recuerdo” haber comunicado a las autoridades ucranianas que
no recibirían la ayuda militar hasta que el gobierno no anunciara públicamente
la apertura de las investigaciones que Giuliani les había pedido, referidas a
la empresa gasística Burisma, para la que trabajó el hijo de Joe Biden,
potencial rival electoral de Trump en el 2020, y la supuesta injerencia
electoral ucraniana en el 2016.
La corrección de la declaración cayó como una bomba. A
diferencia de otros testigos, Sonland no es un diplomático de carrera ni un
empleado público sino un aliado de Trump, un empresario de la hostelería que
fue nombrado embajador por el presidente después de donar un millón de dólares
a su toma de posesión. “Casi no conozco a ese caballero”, aseguró Trump después
de que trascendiera su nuevo testimonio, a pesar de que poco antes lo había
llamado “un gran hombre”.
Sondland ha asegurado que sí hubo ‘quid pro quo’
“No tengo costumbre de tomar notas” y “mi memoria no ha
sido perfecta”, ha reconocido hoy ante el Congreso Sonland, que se ha quejado
de que la Casa Blanca le haya vetado el acceso a documentos, mensajes y
registros de llamadas que le habrían ayudado a reconstruir con más precisión
los hechos que han llevado al impeachment del presidente. Tanto él como Kurt
Volker, que recientemente dimitió como representante especial para Ucrania, y Rick
Perry, el secretario de Energía, aceptaron trabajar con Giuliani porque no
veían “otra opción” y él personalmente pensaba que era la única manera de
“cementar las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania”. Otros testigos han
estimado en cambio que Sonland, Volker y Perry --los llamados ‘tres amigos’, en
castellano— eran una parte activa de la inusual estrategia seguida en las
relaciones con el país y no sólo meros mandados que cumplían órdenes.
El núcleo de la investigación del impeachment de Trump es
la llamada del pasado 25 de julio a Zelenski, en la que según los demócratas el
presidente condicionó los objetivos de la política exterior de Estados Unidos a
sus intereses personales y políticos. Antes de pasar al turno de preguntas con
los legisladores demócratas y republicanos, el embajador Sonland ha ido directo
a la cuestión. “Algunos miembros de este comité a menudo han resumido estos
complicados asuntos a una sencilla pregunta: ¿Hubo ‘quid pro quo’ [intercambio
de favores]?. Como ya testifiqué, respecto a la visita y la reunión a la Casa
Blanca, la respuesta es sí”.
Igual de categórico ha sido minutos después al señalar
que no fue el presidente quien le dijo que el desembolso de la ayuda militar a
Kíev, así como su reunión con Zelenski en Washington, estaban condicionadas a
que anunciaran las investigaciones solicitadas si bien a principios de
septiembre “ya todo el mundo entendía” que era así. La Casa Blanca ya está
distribuyendo el pasaje en el que Sondland admite que no fue Trump quien se lo
dijo directamente (“No recuerdo que el presidente Trump me hablara de la
asistencia militar”) como prueba de su inocencia. ¿Cómo llegó entonces a esa
conclusión? le han preguntado los republicanos después.”Cuando el presidente me
dice que hable con Rudy” y Giuliani les presenta unas condiciones tan
concretas, “asumes que vienen del presidente”.