El líder opositor Juan Guaidó pasó de ser un absoluto desconocido a autoproclamarse presidente de Venezuela, con el beneplácito de gran parte de la comunidad internacional. Sin el objetivo cumplido de sacar a Nicolás Maduro del poder, termina un año con sus toldas en llamas.
En enero de 2019 surgió Juan Guaidó como una figura
inesperada en las filas de la oposición venezolana.
Diputado por el partido Voluntad Popular, fue escogido
presidente de la Asamblea Nacional y el 23 de enero decidió autoproclamarse
como presidente Interino de Venezuela. Su misión sería desconocer al Gobierno
de Nicolás Maduro, "lograr el cese de la usurpación, un gobierno de
transición y elecciones libres". Una frase que se convirtió en una especie
de mantra, en las altas y bajas del político.
Ya pasaron 11 meses desde aquella promesa. Y en todo su
camino ha contado con el apoyo de 58 países que lo reconocieron como
"mandatario legítimo" de Venezuela y con el respaldo del grueso de la
oposición. Sin embargo, no el haber materializado su tesis de desalojar a
Nicolás Maduro del palacio presidencial lo ha llevado a una pérdida estrepitosa
de popularidad.
Para la politóloga Ana Milagros Parra, a pesar del
declive político que atraviesa, este no fue un mal año para Guaidó. "Fue
un año sin precedentes para la oposición", señaló la experta. No obstante,
admitió que tuvo un problema de comunicación al transmitirle a la gente que la
salida de Maduro sería rápida: "Las soluciones mágicas no existen y (él)
no fue claro. No pudo cumplir la promesa, después del 30 de abril su plan
decayó".
Guillermo Tell Aveledo, experto en política, también
reconoció que el líder joven opositor no tenía la fuerza estructural de base y
que el no haber logrado la meta principal le está pasando factura. Tell Aveledo
cree que pese a los altibajos de Guaidó, este sigue siendo el político opositor
más importante de Venezuela. "Penetró en la sociedad venezolana, proyectó
la causa democrática hacia fuera, sigue teniendo contacto con multitudes",
destacó.
Rogando continuidad en la Asamblea Nacional
El mayor reto que tiene ahora por delante Juan Guaidó es
reelegirse como presidente de la Asamblea nacional para seguir siendo la cabeza
visible de la oposición. Tiene en contra la molestia profunda de más de 70
diputados que le han pedido explicación sobre los recursos que ha recibido como
presidente interino y de los cuales hay serias dudas.
La trama de corrupción donde se han vuelto implicados
algunos diputados opositores, también le ha salpicado, lo ha puesto en tela de
juicio entre sus seguidores y en boca del oficialismo.
Tell Aveledo dijo que los diputados fueron penetrados por
el Gobierno de Maduro para romper la mayoría calificada: "El escándalo no
es que robaron. Hubo empresarios testaferros del Gobierno que compraron a
algunos Diputados y esa compra implica esas contradenuncias que se compaginan
con las denuncias de corrupción de otros sectores de la oposición", dijo a
este medio.
Pese a todo, Guaidó confía en que será reelegido. Hace
pocos días declaró que conseguirá los votos para quedarse en la Asamblea
Nacional, "a pesar de que Maduro continúa hostigando y encarcelando a
miembros de nuestra oposición".
Con la elección está en juego el destino político de la
oposición porque para muchos si se pierde el control de la Asamblea, esta
podría quedar fracturada y volvería a la situación de desarticulación de 2018.
Guaidó en bajada y Maduro aferrado al poder
Mientras Guaidó pierde popularidad, el presidente Nicolás
Maduro se afianza en el poder. Evadió sanciones internacionales, las más duras
de Estados Unidos, y sigue respaldado por los militares, su gran bastión.
Para Ana Milagros Parra hay otros elementos que aún lo
sostienen como mandatario.
"Las sanciones no han sido efectivas como estrategia
de política exterior porque el chavismo tiene otras maneras de financiarse.
Además, no solo los militares lo mantienen, varias cúpulas políticas entre
ellos gobernadores y quienes manejan los recursos naturales, sumado al apoyo de
Rusia y China. Hay países que les conviene que Maduro siga en el poder",
agregó la politóloga.
Tell Aveledo añadió que los otros factores que ayudan a
Nicolás Maduro es que controla al Estado venezolano, tiene la recaudación de
impuestos, las finanzas públicas. Asimismo, agregó que hizo una jugada
económica a su favor.
"Ahora con la liberación del dólar disminuyó la
presión económica la cual está generando más desigualdad y más emigración que
termina en más entrada de dinero para el país a través de las remesas",
indicó.
El 2020 se vislumbra como un nuevo escenario de confrontación
entre oficialismo y oposición, mientras la diáspora venezolana se hace aún más
grande, las promesas expiran y la comunidad internacional reorganiza sus
prioridades en la región.