El mundo árabe podría ser clave para que el plan de paz de Trump en Oriente Medio tenga éxito. Algunos Estados simpatizan más con Israel de lo que se conoce oficialmente. Lo que los une es la hostilidad hacia Irán.
El plan de paz del presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, para el conflicto de Medio Oriente está recibiendo gran atención en
muchos países árabes. Sus relaciones con Israel son muy diversas y, en algunos
casos, han sufrido cambios significativos.
Arabia Saudí
Oficialmente, Israel y Arabia Saudí no tienen relaciones.
Pero, de hecho, ambos países han dado enormes pasos el uno hacia el otro desde
2002. Ese año, el rey saudita Abdullah lanzó una iniciativa para resolver el
conflicto entre Israel y los palestinos. En 2015, representantes de ambos
países se reunieron repetidamente para mantener conversaciones. Ambos países
están preocupados por el programa nuclear iraní, que se ve en Riad y Jerusalén
como una expresión de una ruda lucha por el poder regional. Esta es otra razón
por la cual el Gobierno de Riad no ha proporcionado fondos de apoyo a la
Autoridad Palestina durante años.
Israel dio un paso pequeño pero simbólicamente
significativo el fin de semana pasado: el ministro del Interior, Arie Deri, firmó
un permiso que permite a los israelíes viajar a Arabia Saudí por primera vez.
Sin embargo, el permiso solo se otorga en dos casos: para viajes por motivos
religiosos, por ejemplo, para el Hajj, la peregrinación musulmana a La Meca, o
para viajes de negocios. TAmbién se requiere una invitación del gobierno saudí.
Sin embargo, Riad dejó en claro este lunes (27.1.2020) que las visitas de
israelíes al reino no son bienvenidas hasta nuevo aviso.
Baréin
La posición de Baréin con respecto a Israel sigue en gran
medida a Arabia Saudí, con la que mantiene estrechos vínculos políticos. En
junio de 2019, al margen de una reunión de la Iniciativa de Paz Árabe (API)
emprendida por Arabia Saudí al comienzo del nuevo milenio, el ministro de
Relaciones Exteriores de Baréin, Khalid bin Ahmed al Khalifa, habló con el
periódico Times of Israel sobre la relación de su país con Israel: aunque
todavía no quiso hablar de relaciones diplomáticas oficiales, dejó en claro que
Baréin reconoció el derecho de Israel a existir: "Israel es un país en la
región... y está allí para quedarse". Baréin quiere la paz con Israel. Un
año antes, ya había condenado un boicot a Israel promovido por la Liga Árabe.
Catar
Las relaciones entre Catar e Israel también han mejorado.
Oficialmente, no existen en absoluto, pero los dos países han estado trabajando
de la mano durante algún tiempo, especialmente con el fin de entregar ayuda a
la Franja de Gaza. En Jerusalén hay conciencia de que la precaria situación
social está radicalizando a muchos palestinos. Desde que Hamás asumió el poder
en Gaza en 2007, Catar ha sido el donante extranjero más importante para la
región autónoma. Hasta ahora, el Emirato del Golfo ha invertido más de 1.500
millones de euros allí. El liderazgo del exilio de Hamás también tiene sede en
la capital de Catar, Doha. De esta manera, Catar también puede ejercer
influencia política en el liderazgo de Hamás. Dado que Catar también tiene
contactos con la Autoridad Palestina en Cisjordania, es uno de los mediadores
regionales más importantes en el conflicto de Medio Oriente para Israel, junto
con Egipto. Catar, por otro lado, espera liberarse del aislamiento político que
ha provocado el boicot lanzado por Arabia Saudí desde 2017.
Egipto
Egipto desempeñó un papel pionero en el acercamiento en
las relaciones árabe-israelíes. En noviembre de 1977, el entonces presidente
Anwar al Sadat declaró que iría al fin del mundo e incluso a la Knéset si esto
conducía a la paz permanente en la región. El entonces primer ministro israelí
Menachem Begin lo invitó a su país. El 20 de noviembre, Al Sadat habló en el
Parlamento israelí. Esto abrió un proceso político que, bajo la mediación del
entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, dio como resultado el tratado
de paz egipcio-israelí en marzo de 1979. Actualmente, el presidente egipcio,
Abdel Fatah al-Sisi, está tratando de mediar en el conflicto israelí-palestino.
Ambos países comparten un interés en detener acciones yihadistas, así como la
lucha de Irán por el poder.
Jordania
Israel también ha tenido una relación política funcional
con Jordania desde un acuerdo de paz firmado en octubre de 1994. Pero los dos
países nunca han logrado un verdadero acercamiento. La población jordana, casi
una quinta parte de la cual son refugiados palestinos, se opone firmemente a la
política israelí en Cisjordania. Siempre hay también pugnas con respecto a
Jerusalén. Según el tratado de paz, el rey jordano es el guardián de los sitios
islámicos y cristianos en la ciudad. Él ve este papel cuestionado
repetidamente.
Los países del Magreb
Por último, pero no menos importante, las relaciones
israelíes en el norte de África se basan en los numerosos judíos que huyeron a
Israel después de la fundación del Estado, y que aún tienen un vínculo
emocional intenso con los lugares de donde vinieron. Israel mantiene buenas
relaciones con varios países del Magreb. En 1994, Marruecos, Mauritania y Túnez
establecieron relaciones diplomáticas con Israel. En noviembre del mismo año,
Israel abrió una oficina de enlace en la capital marroquí, Rabat. Por su parte,
Marruecos estableció al poco tiempo una oficina en Jerusalén. Un año después,
Mauritania e Israel también intensificaron sus relaciones de esta manera, y
otro año después, Túnez decidió dar este paso.
Además, las conversaciones políticas tienen lugar más
allá de los canales oficiales. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu,
por ejemplo, se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores marroquí,
Nasser Bourita, en Nueva York en septiembre de 2018. Aquí, también, es la tensa
relación con Irán lo que une a ambos países. Marruecos ha roto las relaciones
diplomáticas con Irán. El Gobierno de Rabat acusa al de Teherán de interferir
en los asuntos internos de Marruecos al apoyar al Frente Polisario. La milicia
está luchando por la independencia del Sahara Occidental controlado por
Marruecos.
Mientras tanto, las relaciones de Israel con Túnez se han
vuelto más difíciles. El nuevo presidente, Kais Saied, elegido en octubre de
2019, considera que cualquier forma de relación con Israel es
"traición".
Siria
Las relaciones de Israel con Siria son particularmente
tensas. Desde la Guerra de los Seis Días, el Estado judío ocupó los Altos del
Golán, que hasta entonces habían sido parte del territorio sirio. Las Naciones
Unidas han pedido desde 1981 a Israel que devuelva el territorio ocupado. Para
esto, sin embargo, Israel exige un tratado de paz integral. Varias
negociaciones no oficiales fracasaron. En marzo de 2019, el presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, reconoció los Altos del Golán como parte del territorio
israelí, una medida que causó enojo en gran parte del mundo árabe.
Ambos países mantuvieron intensas conversaciones de paz
bajo la mediación estadounidense de 1992 a 1996 y luego nuevamente de 1999 a
2000, pero no dieron ningún resultado. Durante la guerra en Siria, las tropas
iraníes y la milicia libanesa de Hezbolá, que cuenta con el apoyo de Teherán,
expandieron su presencia en grandes partes del país. Los israelíes ven esto
como una amenaza inmediata para su territorio. Por esta razón, el ejército de
Israel ha lanzado numerosos ataques contra posiciones iraníes y de Hezbolá.
Hasta ahora, sin embargo, no ha podido expulsarlos de Siria.
***Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania
y produce periodismo independiente en 30 idiomas.