Al inicio del juicio una veintena de pandilleros armados irrumpieron en la sala e iniciaron el tiroteo.
Cuatro policías fueron asesinados el jueves durante un
tiroteo causado por una veintena de pandilleros en Honduras que irrumpieron en
un tribunal para liberar a uno de los líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13).
Se trata de Alexánder Mendoza, alias «el Porkys», uno de los cabecillas de esta
poderosa pandilla que estaba acusado de cometer cinco delitos de asesinato.
El asalto ocurrió en el juzgado de El Progreso, municipio
ubicado a unos 30 minutos en coche al este de San Pedro Sula, ciudad
considerada de las más peligrosas del mundo. Los pandilleros llegaron abordo de
al menos tres camionetas e inmediatamente abrieron fuego contra varios agentes,
según informa la prensa local. En total, fallecieron cuatro policías y uno
resultó herido.
«Mi solidaridad con las familias de los héroes caídos y
de los heridos el día de hoy en El Progreso sirviendo al pueblo hondureño y cumpliendo
su deber de luchar contra la criminalidad», dijo en Twitter el presidente del
país, Juan Orlando Hernández. En un segundo mensaje, Hernández afirmó que el
Ejecutivo ha ordenado a todas las instituciones que se centren en la captura de
«el Porkys», y, además, elevó a 2 millones de lempiras (unos 73.000 euros) la
recompensa a quien ayude a detenerle.
Estaba programado que tras la audiencia del jueves en el
juzgado, Mendoza sería trasladado a la cárcel del municipio de Támara. Sin
embargo, los delincuentes actuaron antes de que el proceso fuera completado,
según informa el diario «El Heraldo». En 2018, este líder de la MS-13 fue
sentenciado a 20 años de prisión por asociación ilícita. Había sido detenido en
2015 acusado de estar detrás de cinco asesinatos. También se le señala por
haber participado en el asesinato de las fiscales Marlene Banegas y Patricia
Eufragio, quienes fueron tiroteadas en octubre de 2014.
La violencia que generan las maras, como también se
conoce a las pandillas, es uno de los principales motivos detrás del éxodo
centroamericano a Estados Unidos. Cada año, unos 500.000 centroamericanos
abandonan el Triángulo Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras- y emigran
hacia la primera potencia. De hecho, la mitad de los centroamericanos que
atraviesan México confiesan emigrar por razones relacionadas con la violencia,
según un estudio de Médicos Sin Fronteras que fue publicado en 2017.
Hernández llegó al poder en 2014 y, desde entonces, ha
centrado sus esfuerzos en intentar combatir la criminalidad. Entre otras
medidas, creó una unidad especial de policía conocida como TIGRES, sus siglas,
centrada en combatir al crimen organizado y la delincuencia común. Con esta
política de «mano dura» contra el crimen, su administración ha logrado reducir
actualmente la tasa de homicidios a 41 por cada 100.000 personas, mientras que
en 2014 rondaba los 75,1 por 100.000 habitantes.